Los misterios de la Atlántida

Publicado el 23 abril 2016 por Redespress60

La leyenda cuenta que la Atlántida era una isla de grandes dimensiones, se podría considerar un continente, según algunas hipotesis en el Mediterráneo, en otras versiones en el Océano Atlántico, fue destruída por un terremoto o tsunami que inundó totalmente sus tierras dejándola por siempre sumergida bajo las aguas y olvidada en el pasado…

La Atlántida

Sus habitantes poseían una tecnología y cultura muy superior a la de los contemporáneos de su época y fueron decisivos en los avances de todas las culturas mundiales. Su ubicación les permitía el acceso a culturas tan dispares como la egipcia y la Maya y eran consumados viajeros, dominando con sus barcos todos los mares y océanos del planeta. La similitud entre estructuras arquitectónicas como las piramides Mayas y Egipcias, o el parecido fonético de algunas palabras en culturas separadas por aguas y miles de kilómetros de distancia se deben según los partidarios de la existencia de dicha isla o continente y a la influencia que los Atlantes gracias a su avanzada tecnología marcaron culturas de todo el mundo.

Nacimiento y Caída de la Atlántida

La leyenda de la Atlántida parte de Platón hacia el 350 a.C. quien cuenta la historia de una civilización floreciente que vivía en una isla “más allá de las columnas de Hércules” (nombre antiguo del Estrecho de Gibraltar). Él aseguraba basarse en el sabio griego Solón, que 200 años antes decía haber oído en Egipto que una isla había sido destruida “al oeste” como consecuencia de un gran cataclismo que la sumergió en las aguas en tan solo unas horas. En más o menos veinte páginas describe esta floreciente cultura, sus ciudades y abundancias y como debido a una afrenta a los dioses (eran adoradores de Poseidón) fueron castigados y una serie de cataclismos les sumergieron en las aguas.

Hasta aquí podría parecer la típica historia moralista tan habitual en Mitología griega, pero numerosos estudiosos a lo largo de la historia han buscado su significado real pues en gran cantidad de culturas existen mitos similares a los de la Atlátida de Platón, según algunos de ellos existe una especie de memoria histórica o componente real en dicha historia y si bien la mayoría de las hipótesis fueron desestimadas por falta de pruebas o demostrada su invalidez, es cierto que de tratarse de una leyenda fue de gran difusión en una edad tan temprana del hombre que pervivió en diferentes y dispares culturas.

Ubicación de la Atlántida

La imagen romántica de una isla fabulosa tragada por el mar, ha significado que su ubicación haya sido buscada desde la época de Platón, aunque nadie está seguro si existió realmente muchos son los investigadores que la buscaron, una empresa no del todo descabellada, pues al fin y al cabo también la Troya de Homero se creía producto de la fantasía, hasta que el arqueólogo Heinrich Schliemann la descubrió en 1903. Las ubicaciones sugeridas para la Atlántida, incluyen lugares diversos a continuación las ubicaciones más nombradas:

En el Mar Mediterráneo:  Del relato de Platón se deduce que la civilización atlante debió florecer hace más de 12.000 años. Este dato no puede ser exacto en ningún caso, puesto que en aquellos remotos tiempos todavía no existía ninguna cultura evolucionada que trabajara los metales, estuviera gobernada por reyes y dominara los mares con sus barcos. En cuanto a la localización del misterioso continente, el texto del filósofo ateniense lo sitúa “más allá de las Columnas de Hércules”, y esto significaba, según la concepción de la antigüedad, al otro lado del estrecho de Gibraltar, es decir, en el océano Atlántico. Pero atención, recordemos que la fábula procede de los antiguos egipcios y, para ellos, la isla perdida se llamaba Keftiu (el nombre que tenían para Creta). La fuente de información de Platón, el legislador y estadista Solón, pensaba naturalmente en griego, de modo que traduciría las indicaciones del sacerdote egipcio a su propia lengua, pudiendo producirse por esto algunos equívocos. Posiblemente los egipcios tenían en mente un lugar totalmente diferente al referido por Solón, ya que para esta civilización confinada en el valle del Nilo, el mundo conocido terminaba no ya en el Atlántico, sino en el mismo Mediterráneo.

La teoría que desde 1909 ha sumado más adeptos afirma que la Atlántida fue Creta u otra isla cercana, la de Santorini. Por consiguiente, la civilización atlante se identificaría con la minoica. Son muchos los datos que apoyan esta tesis. Para los antiguos egipcios, Creta constituía un lugar de interés a causa de su cercanía y su fuerza, aunque resultaba casi inaccesible debido a su ubicación en mitad del Mediterráneo. Por otro lado, la decadencia y caída de esta civilización encaja con el dramático final descrito por Platón: hacia el año 1500 a.C. una tremenda erupción volcánica en la isla de Thera (hoy llamada Santorini) originó terremotos, tsunamis y lluvias de cenizas que acabaron por dar el golpe de gracia a aquella cultura de la Edad del Bronce, que ya había sufrido anteriores seísmos.

La fecha es lo único que no concuerda, pues recordemos que, según Platón, la Atlántida debió florecer alrededor de 12.000 años atrás. Sin embargo, pudo ocurrir que el informador egipcio de Solón se hubiera basado para sus cálculos en uno de los calendarios lunares al uso en aquella época, confundiendo al griego, quien habría tomado los años lunares por solares. En tal caso, la fecha referida por el sacerdote sería el año 1200 a.C. aproximadamente, lo cual coincide, admitiendo un margen de tolerancia de dos o tres siglos, con la explosión de Thera.

En cualquier caso, por bien que suene esta hipótesis -desarrollada y defendida sobre todo por los investigadores griegos Angelos Galanopoulos y Spyridon Marinatos– también tiene sus puntos débiles. Así, la clasificación cronológica de los diferentes estilos cerámicos de la isla de Santorini demuestra que esta cultura sobrevivió al menos cincuenta años a la erupción del volcán. La Atlántida no se hundió, por tanto, en este lugar. Y menores son las posibilidades de que se tratara de la cercana isla de Creta; Cnosos, el centro de la cultura minoica, no se colapsó hasta algunos siglos después de la erupción del volcán y, como todos sabemos, la isla continúa en su sitio.

En el Océano Atlántico: El relato de Platón hablaba de una enorme isla “más allá de las columnas de Hércules” este dato hacia suponer que debía encontrarse en el Océano Atlántico y durante siglos investigadores del tema la situaron en dicho emplazamiento. Dicha teoría fue totalmente rechazada en 1.950 cuando se demostró la tectónica de placas y se comprobó que no existen ni existieron vestigios de ningún continente sumergido.

Hasta que dicho teórico emplazamiento se demostró que no era correcto, investigadores como Ignatius Donnelly, quien publicó su libro Atlantis: The Antidiluvian World en 1882, obra que conocería más de cincuenta ediciones y que sirvió de punto de partida para numerosas teorías posteriores. Donnelly estudió los enigmas de distintas culturas y elaboró a partir de tan misteriosos ingredientes una hipótesis irresistible: la Atlántida fue un continente entre Europa y América que se sumergió y que incluso llegó a constituir un puente terrestre entre ambos mundos.

Ignatius Donnelly

Los principales datos que corroborarían su teoría son los siguientes: la lengua de los aztecas posee asombrosas semejanzas con la de los egipcios. Los egipcios no fueron los únicos que construyeron pirámides; también los antiguos pueblos centroamericanos levantaron este tipo de estructuras, de modo que debió existir algún contacto entre ellos.

Donnelly no ofrecía nuevas pruebas de la existencia de la Atlántida, sino una síntesis tan brillante como persuasiva de las ya existentes, echando mano de informaciones procedentes de campos tan diversos como la arqueología, la oceanografía, la filología, la geología, la historia, la mitología, la etnología, la zoología y la botánica para argumentar la historia de Platón y con la intención de demostrar que sin un continente que hubiera servido de puente las coincidencias que proponía no hubiesen podido darse.

La Atlántida en América: Al ser descubierto el nuevo continente surgió como es lógico una nueva teoría, ¿Podría ser América el continente descrito por Platón?, ¿era posible que las tierras descubiertas por Cristóbal Colon fueran parte de la isla soñada?

La respuesta parecía ser muy improbable con la tecnología de la época que relataba Platón pudiesen realizarse viajes en barco a tan larga distancia y más cuando se describían flotas de 1200 barcos que conquistaban allá por donde pasaban con sus tropas. Un dato cuando menos curioso sobre esta teoría es el siguiente:

En una sesión de trance realizada en 1933, el vidente norteamericano Edgar Cayce describió de una forma colorista y fantástica la vida en aquella antigua civilización, prediciendo, además, que una parte de ella sería encontrada en el año 1968. Y en efecto, un año más tarde de lo vaticinado se descubrieron en el fondo marino frente a las Bahamas ciertas estructuras aparentemente realizadas por la mano humana. La localización de la Atlántida en esta zona ya había sido propuesta por otros investigadores, que sin duda se remitían a los datos aportados por el geógrafo romano Marcelo, del primer siglo antes de nuestra era. Según él, el continente perdido habría estado integrado por siete islas pequeñas y tres grandes, la mayor de ellas de 1.000 estadios de diámetro, lo que equivale aproximadamente a 200 kilómetros.

Edgar Cayce

¿Debemos buscar los restos de la Atlántida en el Caribe? La mayor de las islas antillanas, La Española, tiene un tamaño que coincide más o menos con el calculado por el sabio Marcelo. Sin embargo, estas especulaciones tienen muy poco que ver con la descripción de Platón. Las formaciones de piedra encontradas son según los expertos tan solo una formación rocosa insólita y no tienen nada que ver con la mano del hombre y aún en el caso de ser estructuras arquitectónicas creadas por el hombre parece muy poco probable que perteneciesen a la Atlántida que relataba Platón y con casi total seguridad serían parte de una cultura megalítica aun desconocida.

La tectónica de placas no deja lugar a dudas, no hay lugar para la Atlántida, ningún continente o isla de dimensiones como las descritas pudo haberse sumergido o inundado sin dejar pruebas de ello. Por lo cual tenemos que pensar que de ser algo mas que un mito deberíamos buscar la Atlántida entre las tierras ya conocidas..

Los dioses de la Atlántida

La mayoría de los investigadores que dedican su tiempo al misterio de la Atlántida, llegan a la conclusión de que los reyes y señores de la Atlántida eran los después dioses de la antigüedad en Egipto, Grecia, América y el norte de Europa. Ésta conclusión se basa en la afirmación de que las tribus primitivas estaban tan llenas de asombro ante las habilidades de los refugiados de la Atlántida a quienes consideraron y aceptaron como divinidad.

En la mitología griega, Zeus era el padrino de la tercera dinastía celestial, e hijo de Cronos y Rea. Los romanos se referían a él como Júpiter. Él era el gobernante supremo del monte Olimpo, pero no pudo influir en el destino. Zeus era el jefe de los doce dioses Olímpicos, dividiendo el mundo entre él y sus hermanos Hades y Poseidón. Zeus gobernó el cielo, Hades recibió el inframundo y Poseidón obtuvo el mar. Zeus se casó con Hera, quien estaba enojada con Zeus a causa de sus numerosas aventuras amorosas, algunas de las cuales dieron luz a hijos, entre ellos Heracles (Hércules) y Atenea.

Poseidón, otro hijo de Rea y Cronos, gobernó sobre el mar y el océano. Poseidón fue referido por los romanos como Neptuno, y mantuvo su independencia con respecto a Zeus. Poseidón se casó con Anfitrite que era una nereida. Cuando los atenienses hicieron a Atenea su deidad, Poseidón inundó la ciudad y la tierra circundante.

En la mitología griega, Atlas era el hijo de Jápeto y la ninfa Clymene, se decía que acarreaba el mundo sobre sus hombros. Cuando él luchó contra Zeus con los viejos Titanes divinos, fue obligado a llevar el mundo como un castigo. Por otra parte, Atlas vigilaba el fruto divino, en el oeste, a orillas del Océano Atlántico. Algunas fuentes griegas informan que él era un gran astrónomo, y por lo tanto, acarrea el firmamento con los doce signos del zodiaco en sus hombros.

Gaia era la tierra y gran madre quien dio a luz al dios del cielo Urano. Cronos, el hijo menor de Gaia, castró a Urano, y como resultado el cielo y la tierra fueron separados.
La historia acerca de la separación de los cielos y de la tierra también se puede encontrar en la mitología asiática. Por otra parte, la Biblia incluye una versión alterada de la creación del mundo, así como cataclismos y una masiva inundación global.
Los escritos de numerosos filósofos clásicos incluyen registros de islas y continentes desaparecidos. En uno de los escritos más famosos “Critias”, Platón nos recuerda que nuestra tierra ha sido testigo de cataclismos cíclicos que a menudo culminan en una pérdida total de la civilización.

‘.. Tu recuerdas sólo un diluvio, a pesar de que han habido varios..
Usted y sus conciudadanos son descendientes de los pocos sobrevivientes que quedaron, pero usted no sabe nada al respecto porque las tantas generaciones venideras no dejaron constancia por escrito. El cambio en la salida y puesta del sol y los demás cuerpos celestes, como en aquellos tiempos se establecían en donde ahora se levantan, y se levantaban donde ahora se establecen..
De todos los cambios que han tenido lugar en los cielos, esta inversión es la mayor y la más completa.. Hay en ese momento gran destrucción de los animales en general, y sobrevive sólo una pequeña parte de la raza humana. ‘ -Critias de Platón

El filósofo griego Isócrates (436-338 AC), sostuvo la opinión de que los escritos de Platón encarnan una derivación del sistema estatal egipcio. Posidonio (135-51 AC), filósofo y líder intelectual de Cicerón, afirma que Platón esta en lo correcto. Plutarco (46-120 AC) menciona un continente llamado Saturnia, y una isla llamada Ogygia, que se supone se encuentran a un viaje de cinco días al oeste de Gran Bretaña. Éstas “Islas de los Bienaventurados” tenían climas leves, y se asume que fueron los Campos Elíseos elogiados por Homero.

Homero (siglo octavo a.C), antes de Solón y de Platón, escribe en su “Odisea”, sobre la isla de Scheria en el océano occidental. Scheria fue el hogar de los Feacios, los que tenían templos cuyas paredes estaban decoradas con mineral puro y las molduras eran de acero azul. El núcleo de la ciudad estaba rodeada por un muro circular y había todo tipo de fruta. La ciudad también contaba con dos muelles – no hay duda de que se trataba de una tierra rica. En este capítulo de la “Odisea” es casi posible conciliar las descripciones de la isla de Scheria con la Atlántida: antes de que Odiseo llegara a la isla de los Feacios, él estuvo preso en la isla de Ogygia, la que pertenecía a Calipso, hija de Atlas. Tomó un viaje de dieciocho días desde ésta isla a Scheria. Finalmente, fue Poseidón, asumido fundador de la Atlántida, quien infligió éstos viajes agotadores en él.

Diodoro de Sicilia (100 AC) escribe acerca de una guerra entre las Amazonas y una nación llamada “Atlantioi” la que se encuentra a varios días de viaje de Libia.

Éste poderoso imperio fue dividido entre los hijos de Urano, el más famoso de ellos es Cronos. Además, Sículo nos informa que éste imperio era muy rico y también tenía condiciones climáticas moderadas. El imperio fue nombrado después de Atlas, la montaña más alta de la isla. Crantor (330-275 AC), afirma que él vio los rollos con la historia de la Atlántida. Además, dice que otros testigos antiguos mencionan también un enorme continente situado en el Océano Atlántico. La capital de la isla fue nombrada “Poseidón”, después de Poseidón, el dios del mar y patrón del Océano Atlántico.

Éstas diferentes observaciones parecen asemejarse entre sí en muchos aspectos, aunque tengan diferentes orígenes. En el área mediterránea, en el antiguo Egipto, en Mesoamérica, en Mesopotamia, en todo el mundo los mitos y leyendas de un continente hundido en el océano Atlántico son difundidos y plausibles. Así como la leyenda de Troya, descrita por Homero en su “Odisea”y que se convirtió en realidad arqueológica. La misma prueba de que Troya ha sido encontrada y excavada por el arqueólogo pionero alemán Schliemann demuestra que hay una verdad sustancial detrás de las antiguas leyendas.

Fuentes: Selecciones del Reader’s Digest – Wikipèdia – Mundoparanormal – Escalofrío –   AtlanteanGardens

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