Más propiamente debería hablarse de los homúnculos, ya que se trata de una serie de leyendas en las que la naturaleza de estos seres, especie de demonios hechos a semejanza humana, se adapta a distintas interpretaciones de tal manera que podrían considerarse mitos diferentes.
Lo que une todas las leyendas sobre homúnculos es la idea de un ser que es un modelo del ser humano real. A veces es a un ser creado artificialmente, a modo de Golem o de monstruo de Frankenstein, otras veces son plantas que crecen en forma de ser humano allá donde se derramó una gota de semen. Pero estas son las versiones folclóricas que acaso sirvieran de precursoras para los verdaderos mitos de la razón.
Unas sagas filosóficas que hoy se antojan bastante arcanas, conocidas como preformacionismo, hablaban de diminutos seres humanos contenidos en el esperma y que crecían dentro del cuerpo materno. Homúnculos que, de ser machos, debían contener también sus propios homúnculos y así indefinidamente o, por lo menos, debía contener suficientes generaciones como para llegar hasta el fin del mundo.
La Psicología ha desarrollado sus propias leyendas de homúnculos, que aparecen como duendecillos de miembros y rasgos deformados para hacerlos proporcionales a las zonas del cerebro humano encargadas de los aspectos sensoriales o motores de las distintas partes del cuerpo humano.
Los homúnculos, revoltosos e inquietos, se acaban colando en corrientes filosóficas más modernas como parte de sus ritos didácticos en sus intentos de cambiar los mitos antiguos por otros nuevos. Se trataría de caricaturizar las viejas historias de la dualidad cuerpo-mente, haciendo habitar en ellas un homúnculo que suele ser conocido con el nombre de Fantasma en la Máquina. A pesar del distinto nombre, las semejanzas entre los mitos son evidentes. Debía ser un ser humano diminuto dentro del cerebro, pero en espíritu, no en materia, y que contuviera todas las capacidades del ser humano incluida, claro está, la de contener su propio fantasma.
Increíblemente, este mito perdura hoy en día no solo en algunas filosofías, sino también en ámbitos ajenos a los mitos de la razón como son los religiosos. Estos, en su afán de hacerse pasar por razonables, siguen los pasos de las leyendas más antiguas de para meter un homúnculo, no ya en el esperma, sino en el cigoto y sacarlo del cuerpo en el momento de la muerte.
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------Hace tres años en el blog: La Economía de la discriminación 7.
Hace cinco años en el blog: El dormilón.
Y también: Si es que las visten como putas.
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------