¿Sabías que puedes resfriarse tanto en verano como en invierno? De hecho, casi podríamos decir que todos nos podemos resfriar, agripar y a catarral durante prácticamente todo el año. Solo necesitamos un organismo al que 'infectar', un virus que lo contagie y unas defensas debilitadas. Una vez estas tres cuestiones entren en contacto, todo está hecho. Sin embargo, sí es cierto que en invierno se tienden a producir más casos fundamentalmente por varios motivos: la combinación del frío y una humedad escasa, tendemos a convivir más tiempo en casa y en espacios cerrados, es más habitual que nuestras fosas nasales se sequen más fácilmente por lo que las hace más susceptibles a los virus...
Pero en verano también es posible acatarrarnos. Por ejemplo, basta con sudar un poco en la calle como consecuencia de las elevadas temperaturas y del sol, y de entrar en una tienda o en una casa con el aire acondicionado fuerte. El cambio brusco de temperatura influirá en nuestras defensas de forma negativa, de manera que nos hace mucho más susceptibles al contagio de los virus causantes de gripes o resfriados.
No obstante, aunque ya sepamos que nos podemos enfermar de gripe y resfriado en invierno y en verano, aún hoy día existen muchísimos mitos que rodean a ambas enfermedades y que aunque pensemos que son verdaderos son en realidad del todo falsos. Te desvelamos algunos de los más curiosos.
La vitamina C previene o cura el resfriado y la gripe
¿Cuántas veces hemos escuchado que debemos tomar mucho jugo de naranja en otoño e invierno para no resfriarnos o agriparnos? Sin embargo, se trata de una creencia errónea, ya que hasta estos momentos no se han encontrado evidencias científicas que hayan demostrado que un aporte extra de vitamina C sea útil para prevenir los catarros.
Más aún, tampoco se ha encontrado que cure los resfriados o las gripes. No obstante, sí debemos tener en cuenta que seguir una alimentación variada y equilibrada es la mejor forma para aportar a nuestro organismo nutrientes esenciales útiles para mejorar nuestra salud y aumentar nuestras defensas, lo que será útil para reducir los casos de catarros.
El frío causa los resfriados
Efectivamente, se suele pensar que el frío en invierno es la principal causa de que nos resfriamos o nos agripemos. No obstante, es un completo error, ya que el frío no es la causa de los catarros, sino los virus que se transmiten de unas personas a otras, los cuales viajan especialmente por vía aérea a partir de las pequeñas gotitas originadas por las personas contagiadas al toser, hablar o estornudar.
El motivo por el que aumenten los casos de catarros y gripes en invierno no es por el frío en sí, sino por una combinación de factores: las bajas temperaturas que pueden debilitar nuestras defensas, tendemos a pasar más tiempo en casa y en espacios cerrados, nuestras fosas nasales suelen secarse más fácilmente...
Los medicamentos ayudan a curar el catarro o la gripe
Se suele pensar que tomar medicamentos es útil para ayudarnos a curar los catarros. Pero es un completo error, dado que en realidad los catarros y la gripe desaparecen por sí solos entre 3 a 7 días aproximadamente.
Eso sí, los medicamentos sí pueden resultar útiles a la hora de aliviar los síntomas más molestos. No obstante, solo deben haber sido prescritos por un especialista médico.
Los antibióticos son útiles frente a gripes y catarros
Suele pensarse que, además de los medicamentos tales como antitusivos o antigripales son útiles para curar los catarros, también los antibióticos son buenos para el tratamiento de los resfriados o la gripe. Pero no, los antibióticos solo son útiles contra las bacterias.
Si tenemos en cuenta que las gripes y resfriados son causados por virus, es un completo error tomar antibióticos para estas enfermedades, ya que un uso incontrolado e indiscriminado puede suponer un riesgo para nuestra salud, porque contribuye a que las bacterias generen resistencias.