Los monstruos, basado libremente en el cuento de Maurice Sendak y el guión escrito a partir de él por Dave Eggers y Spike Jonze, trata sobre la confusión de un niño, Max, que se abre paso en un mundo que no puede controlar. Su padre se ha marchado, su madre pasa el tiempo con su joven novio y su hermana está entrando en la adolescencia y ya no se interesa por él. Al mismo tiempo, Max se descubre capaz de actos asombrosos: se disfraza de lobo y muerde a su madre, y no siempre logra dominar sus arrebatos. Durante una pelea en casa, Max huye corriendo al bosque. Allí encuentra una barca, sube a bordo y acaba en mar abierto, a la deriva. Desembarca en la isla de los Monstruos y pronto se convierte en su rey. Pero las cosas se complican cuando Max comprende que los Monstruos esperan tanto de él como él de ellos. Divertida, oscura y vital, Los monstruos es una historia eterna que ha resistido el paso del tiempo y resulta atractiva a cualquier edad.
Ay, qué monos son los monstruos ^^. A veces dan ganas de abrazarlos, y otras de escapar de ellos. Max nos cuenta su aventura en la isla y sus problemas para ser un rey que haga felices a todos: Carol, Ira, Douglas, Alexander, Judith, Toro, y Katherine. Tendrá una corona y un cetro, convocará un desfile y un gran banquete, aullarán todos juntos al borde de un acantilado… pero no es tan fácil complacer a todo el mundo. Max se dará cuenta de lo egoísta que es, en casa con su familia y en la isla con sus compañeros.
Carol y Max haciendo de las suyas
Dave Eggers, a pesar de haber escrito el guión de la película, consigue que “Los monstruos” no sea una simple novelización. Como él mismo admite en los agradecimientos al final del libro, «Al fin y al cabo el Max del libro infantil es una versión de Maurice y el Max de la película, una versión de Spyke. El Max de este libro, por tanto, es una combinación del Max de Maurice, el Max de Spike y el Max de mi infancia». Y esto se agradece ya que estoy segura de que una persona que haya visto la película disfrutará igualmente de la novela.
Según avanzas las páginas el libro se transforma. Cuando comienzas parece que estás leyendo una historia de un niño incomprendido (hay que decir, que el niño es un poco traste), que vive en un barrio normal con una familia normal. Cuando Max llega a la isla y se encuentra con los monstruos, todo se vuelve mágico y divertido. Disfrutas cuando saltan, corren, aúllan… Pero en la parte final, la historia se oscurece un poco y no todo son risas y alegrías. Esto le da profundidad al libro y se ve cómo Max crece poco a poco. Me encantó el final y llegó incluso a emocionarme un poco. Los monstruos son tan entrañables (y tan bestias al mismo tiempo) que me daba pena que se terminara.
Veré la película y os haré un Celuloide VS Papel. Mientras tanto, disfrutad del trailer. Precioso, con una música impresionante y que además no os destrozará ni la película ni el libro. Auuuuuuuuuuuu! Auuuuuuuu!