En un país de estilos rígidos de enseñanza y escasez de plazas universitarias, estudiantes y profesores están explorando lo que puede aportar la enseñanza 'online'
¿Cómo deja un adolescente indio con talento como Gaurav Goyal su marca en el mundo? Normalmente, su destino se hubiera trazado la mañana de 2008 en la que realizó el examen de acceso universitario más difícil: el IIT Joint Entrance Exam (Examen Conjunto de Admisión de los Institutos Tecnológicos de la India). Más de 300.000 estudiantes cualificados probaron suerte con el examen ese año; sólo 8. 652 conseguiron entrar en uno de los institutos tecnológicos ultra elitistas de India.
Goyal consiguió una puntuación dentro del 1%, ganando así la admisión a IIT Delhi. Pero se quedó justo antes del corte para el programa de grado más competitivo, el que más quería cursar: ciencias informáticas. En su lugar, a Goyal se le sugirió realizar un grado de ingeniería civil. Otros estudiantes podrían aprender sobre bases de datos; a él le esperaba la hidrología.
Decidido a cambiar su destino, Goyal, un joven extrovertido con un pronunciado interés por los negocios, encontró la manera de engañar al sistema. Como explicó recientemente mientras cenaba en un restaurante elegante a orillas de un lago en el distrito Hauz Khas de Nueva Delhi (la India), consiguió colarse en varias asignaturas de administración de empresas en IIT Delhi y antes de graduarse consiguió un empleo en Wipro, una de las empresas más exitosas de la India en la deslocalización de tecnologías de la información.
Entonces Goyal se dispuso a mejorar su curriculum vitae. A principios de 2014, se matriculó en tres cursos online de la ciencia de datos mediante Coursera, todos ellos impartidos por profesores de la Universidad de Johns Hopkins (EEUU). Al recibir la certificación de estos cursos, demostrando así experiencia en áreas como la herramienta de programación R, Goyal impresionó a Dunnhumby, una de las empresas de análisis de clientes más grandes de Reino Unido. Ahora trabaja para ellos como analista senior radicado en Nueva Delhi, empleando datos para averiguar qué será lo próximo que demandarán los consumidores británicos.
Por toda la India, la educación online está ganando terreno como un acelerador de carreras, sobre todo dentro de los campos técnicos. Las matrículas indias representan aproximadamente el 8% de la actividad global de Coursera y el 12% de la actividad de edX, los dos principales proveedores de cursos en línea masivos y abiertos conocidos como MOOC (por sus siglas en inglés). Sólo la cuota de Estados Unidos es más alta; la de China es comparable. Las universidades técnicas líderes de la India han creado cursos grabados en vídeo de más de 700 asignaturas que ofrecen de manera gratuita, con el objetivo de establecer un contacto digital entre los estudiantes de las universidades regionales y los profesores más prestigiosos del país.
En Estados Unidos y Europa, los MOOC se han mostrado menos revolucionarios de lo que preveían sus defensores cuando se lanzaron a gran escala en 2012. En lugar de desplazar los programas universitarios tradicionales, los MOOC dentro de las economías desarrolladas parecen encontrar su mayor público en las personas que están ansiosas por aprender más sobre la historia, la psicología o algún otro interés personal. Estos matriculados prueban muchas clases pero suelen abandonarlas después de varias sesiones.
12%
Proporción de estudiantes de edX radicados en la India
El cuento es distinto en la India. Allí, los cursos online de Estados Unidos o Europa están encontrando un gran seguimiento entre los estudiantes universitarios y los recién graduados, dice Rick Levin, el CEO de Coursera, que está radicada en Mountain View, California (EEUU). Representan un grupo más serio, que espera que los cursos tecnológicos adecuados puedan ayudarles a conseguir mejores empleos. Como una bendición para los resultados de Coursera, los alumnos procedentes de los mercados emergentes a menudo están también dispuestos a pagar entre 29 y 250 dólares (entre 26 y 226 euros) por un certificado que da fe de su exitoso desempeño en un examen final.
"Creo que al final la India supondrá un mercado mucho mayor para los MOOCs que Estados Unidos", dice el director ejecutivo de edX Anant Agarwal, que también es un profesor de ingeniería eléctrica y ciencias informáticas del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, EEUU). Los estudiantes indios anhelan acceder a conocimientos avanzados que pueden abrirles las puertas a una vida más próspera, dice Agarwal: "Si se te ha pisado durante toda la vida, ahora encuentras que puedes estar codo con codo con los mejores".
La demografía avala su argumento: la población de India de más de 1.200 millones es casi cuatro veces la población de Estados Unidos. Los estudiantes más brillantes de la India disfrutan del caché de los campus de IIT como el campo de entrenamiento de los líderes del sector tecnológico. Un puñado de universidades privadas o subvencionadas por el gobierno también alcanzan un estatus parecido. Pero por lo general, una licenciatura de la mayoría de las 35.000 universidades indias simplemente no destaca a ojos las empresas internacionales.
3.2 millones
Número de estudiantes indios matriculados en programas universitarios de ingeniería
Para los indios aspirantes a ingeniero o científico, las credenciales online ofrecen una manera de destacarse. La oferta de Coursera más popular en la India es un curso intensamente práctico de la Universidad de Maryland (EEUU) sobre el desarrollo de apps móvil para dispositivos Android. Después van dos cursos de programación Python de la Universidad de Michigan (EEUU) y la Universidad de Rice (EEUU). Después está un curso de la Universidad de Stanford (EEUU) sobre el aprendizaje de máquinas. En resumidas cuentas, 8 de los 10 cursos más populares de Coursera en la India son altamente técnicos. (Incluso los dos cursos no técnicos están diseñados para competidores: Aprendiendo a aprender e Introducción a las Técnicas de Hablar en Público).
El ejecutivo de Coursera Kabir Chadha intenta persuadir a los principales empresas de alta tecnología de la India a considerar los certificados de consecución de Coursera como una parte importante del cribado de candidatos dentro del reclutamiento. A día de hoy, empresas como Google, Wipro, Infosys, Infineon y Microsoft han contratado a ingenieros indios con credenciales educacionales online, aunque tales logros aún no se han incluido en los estándares de reclutamiento de una manera consistente, si es que lo han hecho en alguna medida. Miles de ingenieros indios ahora hacen referencia a universidades estadounidenses como las de Stanford, MIT y Carnegie Mellon como parte de su formación en LinkedIn, basado solamente en la consecución de cursos online ofrecidos por profesores de estas universidades estadounidenses.
"Los primeros MOOC fueron réplicas de la tradicional experiencia de semestre. Ahora la gente está experimentando con muchos formatos que rompen con la tradición".
Pocas personas han luchado de forma más extensa con el reto de enseñar ingeniería eléctrica a los universitarios que Anant Agarwal. Producto de IIT Madras (India) y la Universidad de Stanford (EEUU), lleva impartiendo clases en MIT desde 1988, perfeccionando dentro del aula un estilo energético y positivo que le ha merecido dos premios de la enseñanza. Con su voz estruendosa, sus camisas de cuadros que lleva por fuera del pantalón y sus gestos dramáticos, Agarwal proyecta un carisma geek. Una de sus clases de 2007 ha atraído unas 550.000 visitas en YouTube.
Dada la oportunidad hace cuatro años de crear un curso online de un atractivo global sobre los circuitos, Agarwal podría haber acaparado el papel de estrella él mismo. En lugar de eso, cambió los ángulos de cámara para convertirse en una voz invisible - mientras que los diagramas y problemas disfrutaron del protagonismo. Estudiantes online necesitaban poner en práctica inmediatamente los conceptos de la clase, con el diseño de sus propios circuitos y analizando el modo operativo de amplificadores, inductores y otros dispositivos. Un software incorporado permitía que los trabajos realizados por los estudiantes en un cuaderno digital fueran corregidos de forma automática en cuestión de segundos.
Representaba un enfoque decididamente no indio, sorteando las largas clases, el aprendizaje a base de la memorización y el gran énfasis en los principios fundamentales que caracterizan muchas asignaturas universitarias indias. Los campus y las empresas tecnológicas indias empezaron a hablar de esta inusual oportunidad de experimentar la enseñanza práctica. Circuitos 6.002x, como se titulaba su MOOC, atrajo a 155.000 personas de todo el mundo en su debut en 2012 - casi 50.000 de ellas radicadas en la India.
"Me emocioné muchísimo con la perspectiva de ser un alumno virtual del MIT", recuerda Shreyas Jayaprakash. Estaba terminando sus estudios en una universidad regional en Bengaluru en ese momento, preocupado por no poder competir con los otros alumnos de 6.002x del mundo entero. Pero Jayaprakash se apuró a completar los exámenes del curso horas después de que se publicaran. Acabó sacando una nota de 99 sobre 100 en el examen final. Hoy es un ingeniero de diseño para la oficina de Bengaluru de Avago Technologies, donde inspecciona chips que van a parar a servidores de Dell, Cisco o Facebook.
Cursar 6.002x "mejoró mi capacidad de resolución de problemas", afirma Ashwith Rego, que está estudiando un master en ingeniería eléctrica de IIT Bombay. Un examen le proporcionó a Rego un mayor entendimiento de osciloscopios. Otro le hizo analizar los sistemas de suspensión de los coches. En los problemas más difíciles, se valió de foros online poblados por estudiantes de lugares tan lejanos como Argentina y Ucrania.
Lo que Agarwal empezó, ahora han exportado otras docenas de profesores estadounidenses a la India también. Jim Fowler, un profesor adjunto de matemáticas de la Universidad Estatal de Ohio (EEUU), imparte el curso más popular online de cálculo avanzado. En lugar de hablar sin parar delante de una pizarra, para periódicamente para hinchar un globo o proyectar sombras con una marioneta de mano - ayudando a los aprendices a visualizar los integrales y derivadas que se les pide calcular.
Se deleitó Surya Prakash con este espectáculo en 2013, cuando la estudiante de Bengala Occidental realizó el MOOC de cálculo avanzado de Fowler. Prakash había terminado los estudios secundarios e intentaba conseguir suficiente nota en el Examen Conjunto de Admisión para conseguir una plaza en una prestigiosa universidad tecnológica. Sus intentos anteriores de dominar el cálculo habían salido mal, pero Prakash aprovechó los ejemplos de Fowler y se basó en ellos para conseguir una buena puntuación - y la admisión a una universidad de primera en Jaipur.
Mezclar datos con la diversión en un MOOC "te ayuda a recordar mejor el contenido a la hora de examinarte", afirma Mahesh Kumar Hiremath, un estudiante de ciencias informáticas de último curso de la Universidad de Ingeniería BMS en Bengaluru, que ha cursado al menos ocho MOOC, a menudo para conseguir otra perspectiva sobresus las asignaturas que cursa en la universidad como algoritmos o Java. El esfuerzo extra dio sus frutos; Hiremath ha sacado la puntuación más alta en la mayoría de sus clases y empezará a trabajar en SAP después de graduarse.
El campus urbano y acogedor de BMS es un santuario del ruidoso tráfico de motos del Bengaluru moderno y un contraste al templo opulento del siglo XVI al semidiós Hindi Nanda que se encuentra al otro lado de la carretera de acceso principal. La universidad atrae a la gente con un enfoque unilateral en lo académico, muchos de ellos son hijos de los contables, ingenieros y biólogos de la clase media.
"Hay muchos ingenieros informáticos en mi familia", observa con ironía Chaitra Chandrasekhar, que estudia electrónica médica e ingeniería biomédica en BMS, durante una charla de mesa redonda con té y galletas en la universidad. Como muchos de sus compañeros, ha utilizado los cursos online como una manera fácil y segura de ampliar sus horizontes, incluso cuando tales exploraciones (como un breve intento de aprender alemán) no llegaron a puerto. Medha S. Bharadwaj, una estudiante de electrónica médica, realizó un curso de programación Python para ayudarle en el mercado laboral, y un curso en música occidental para divertirse.
Las universidades tecnológicas de la India raramente ofrecen el amplio abanico de asignaturas optativas que se encuentran en los campus estadounidenses. Así que estudiantes de BMS como Sharath Chandra tienden a reírse cuando reconocen haberse apuntado a excentricidades online como un MOOC de gestión deportiva de la Universidad de Pennsylvania (EEUU). Es irrelevante para su grado de ciencias informáticas, concedió Chandra. Aun así, añadió, "fue fascinante aprender como el Real Madrid puede fichar a un jugador por 80 millones de dólares, y volver a ganar la mitad de esa cuantía con la ventas adicionales de camisetas".
El gran tamaño y rápido desarrollo de la India conducen a la escasez de profesores. Con un récord de 3,2 millones de estudiantes inscritos actualmente en los programas de ingeniería de nivel universitario, no hay suficientes expertos para enseñar a todos en persona. Los cursos esenciales no se pueden ofrecer ni siquiera en algunas universidades rurales; en otras partes, personas con tan solo una licenciatura son empleadas como instructores para asignaturas de primer año. La mayor esperanza para arreglar esta situación, dice el pionero profesor indio de ciencias informáticas Deepak Phatak, es un papel mucho más atrevido para la educación online.
Phatak es el defensor más persistente de la India de los métodos tecnológicos para aprovechar mejor las aulas. En 2002, junto con un compañero, organizó la transmisión en directo, por vídeo, de su asignatura de ciencias informáticas de IIT Bombay a otras universidades indias. Es un defensor activo de un programa nacional que pone los archivos de vídeos de clases de prestigiosas universidades a la disposición de cualquiera que quiera verlos. Recientemente, Phatak y otros tres instructores de IIT Bombay unieron fuerzas con edX para ofrecer su propio curso de introducción a la programación.
Hacer que la tecnología triunfe es la parte fácil, afirma Phatak. Es más difícil reorganizar las prioridades de las universidades para que los mejores profesores puedan conseguir suficiente tiempo para diseñar MOOC de primera clase. Otra barrera, según Phatak, es la reticencia de las universidades de conceder créditos académicos por el aprendizaje online. Ha estado trabajando con el Consejo Indio para la Educación Técnica para establecer nuevas directrices que permitan que los estudiantes puedan ganarse el 15% de los créditos online.Una propuesta sería dejar que las universidades más periféricas empleen un modelo mixto, en el cual la instrucción online suplemente las asignaturas presenciales. Ese enfoque se pondrá en marcha para el curso académico de 2015-2016, cuando aproximadamente el 50% de los institutos autónomos asociados con IIT Bombay ofrecerán MOOC mixtos para tres asignaturas.
Ansioso por demostrar que la India es capaz de crear sus propios cursos avanzados online en lugar de importar el contenido de Estados Unidos, el Ministerio del Desarrollo de Recursos Humanos trazó el año pasado sus planes para desarrollar su propia plataforma MOOC, llamada Swayam. A fecha de junio de este año, sin embargo, sólo tres cursos Swayam se habían anunciado. Coursera y edX ofrecen más de 500 cursos online cada uno.
Mientras que los estudiantes indios están aprovechando las emociones visuales y mini-pruebas incesantes de los MOOC de estilo estadounidense, sus profesores no están tan encantados. En 2012, Gautam Shroff, un profesor adjunto de IIT Delhi, decidió crear un MOOC de Coursera sobre la inteligencia web y big data. Se quedó con impresiones contradictorias. Llegar hasta un amplio público era seductor, observa, pero "el alumno medio no estaba ni de lejos tan preparado como el típico estudiante de IIT". Esto le obligó a enseñar a un nivel más rudimentario de lo que hubiera querido, aunque varios alumnos disponían de tantos conocimientos de entrada que casi no necesitaron el curso.
Shroff también encontró que dentro de su campo, era difícil poner a prueba el nivel de entendimiento de sus alumnos. El formato MOOC le obligó a diseñar deberes y exámenes que podían corregirse a máquina, que orientó todo hacia preguntas más superficiales que las que podría incluir un examen tradicional, corregido a mano.
En general, concluyó, los estudiantes de MOOC tienen más probabilidades de terminar con una "conciencia" de un campo, en lugar de un conocimiento profundo. Eso no es del todo malo, observó. Sólo significa que, al menos para Shroff, impartir un MOOC es "más parecido a escribir un libro corto que impartir una clase".
R. K. Shevgaonkar, el antiguo director de IIT Delhi, lleva al menos una década probando varios métodos de educación online. Confía en que el aprendizaje digital, al menos en alguna forma, es "una buena solución" para la India mientras busca diseminar el conocimiento técnico lo suficientemente rápido para satisfacer la demanda de una nación grande en rápida expansión. Tiene muchas ganas de ver a la India convertirse en un exportador de instrucción académica en línea en lugar de un importador neto de los Estados Unidos.
Shevgaonkar mismo ha publicado en YouTube una serie de 60 clases sobre líneas de transmisión y ondas electromagnéticas. A esta presentación del 2007 le faltan pruebas interactivas y el bombo y platillo de la edición de video, pero Shevgaonkar no se disculpa por la entrega espartana. La clase inicial ha atraído 285.000 visitas, un número robusto, y un número respetable de 8.800 alumnos llegaron hasta la última clase (la sexagésimo).
"Cada curso no puede darse con el formato interactivo [estadounidense] ", argumenta Shevgaonkar. "Algunas deben ser clases muy serias".