Revista Filosofía

Los movimientos colectivos de clase media como respuesta al poder corporativo multinacional causa de la globalizacion. dos ejemplos: la multipropiedad societaria (crowdfunding) y el prestamo colectivo (crowdlending)

Por Occidental En Lucha @occidentaldecad

 

En los primeros años de este siglo y fruto de los avances de la tecnología y la apertura de los mercados hemos vivido un fenómeno que comenzaba a atisbarse ya en los finales del anterior:

"La libertad de consumo, la posibilidad de elegir multitud de gamas de productos, una de los grandes argumentos panegíricos del capitalismo victorioso ante la planificación comunista se ha tornado en la victoria de grandes grupos corporativos que imponen sus estándares de consumo. Las diferencias y variedad en un mismo producto es cada vez menor en lo esencial"

Es un hecho. Cada vez hay  menos grupos mundiales para fabricar los mismos productos y muchos de ellos mantienen sus estándares similares: acotan sus costes llevándolos a los mismos países emergentes o especializados, a veces encargando a los mismos proveedores y externalizando en las mismas empresas, que les permiten engordar sus márgenes.

Se produce un fenómeno sorprendente: las fábricas pueden ser  las mismas pero emiten productos de diferentes marcas.  Se cambian los envases, los lemas, las formas, los nombres pero apenas los contenidos.

Estamos ante una versión 2.0 de la economía planificada pero, esta vez, no por Estados, sino por grandes corporaciones con presupuestos como Estados. Un comunismo capitalista de masas. Masas que ahora compran el IPhone con ansiedad , solo porque figura un 5 en lugar de un 4, y que no saben muchas veces que los componentes de sus teléfonos pueden ser de los mismos proveedores  y ensamblarse en fábricas similares de un mismo país que las de otras marcas y competidores. Que no saben que detrás del número no hay avances tecnológicos o aplicaciones relevantes que justifiquen los incrementos de precios o que si lo saben lo ignoran simplemente por temas de imagen.

Esto supone que se pueden incrementar los márgenes financieros en los productos, no en función de sus costes o su mejora tecnológica, sino de una valoración o influencia subjetiva, estética o de prestigio en el consumidor. La clave está en la propaganda, en la creación de mercado (marketing). Esta es la gran vuelta de tuerca que deja al sistema sin rosca.

Se funda  así el capitalismo sin límites de profesionales de las finanzas y directivos multinacionales con rentas cientos  de veces superiores a los de los escalones intermedios y miles o millones de veces  a los de los inferiores  de sus corporaciones: a través del marketing, la externalización-deslocalización y la palanca financiera. Esta nueva forma de economía, con la potencia de las nuevas tecnologías de la información,  ha conseguido una homogeneización en el consumo mundial que ningún dirigente estalinista hubiera siquiera imaginado.

No se diferencia mucho, en su ética, de la explotación y depauperación comunista que los conservadores y liberales de los 80 en Londres o Washington denunciaban en el estalinismo: comisarios políticos comiendo caviar y gente de a pie haciendo colas para conseguir una nevera o una barra de pan.

La innovación de proyectos que comienzan en una empresa mediana o pequeña es inmediatamente comprada y rentabilizada por los grandes grupos que, con su poder financiero, acaparan los proyectos novedosos convirtiéndolos en pesados vehículos de su burocracia corporativa, hundiendo su factor de dinamismo en la economía y liquidando las ventajas competitivas y que se ofrecían al consumidor final.

Es paradójico que la sofisticación máxima de mercados financieros y de materias primas haya dado lugar a una situación en la que todos los principios que supuestamente inspiran el capitalismo liberal, se subviertan: incentivo de la innovación, competencia perfecta y eficiencia en los mercados.

El libre mercado da lugar a las acumulaciones de capital de las que, posteriormente, se derivan monopolios y oligopolios económicos. La ruptura de este círculo, primero virtuoso y después vicioso, de acumulación de riqueza, solo se ha conseguido históricamente desde la intervención de los Estados con dos políticas:

  • - Las leyes de competencia o anti-trust y normativas de protección al consumidor
  • - Los impuestos y leyes que permiten la redistribución de la riqueza bajo criterios de justicia o de solidaridad

Al debilitarse la estrategia favor de la clase media local de los Estados y "madurar" hacia economías con cada vez menos fronteras en el comercio y el capital, en la globalización, los mismos Estados se debilitan tanto en sus valores y concepciones como en sus fines, para bien y para mal.

Las leyes anti-trust, en mercados de estas características, resultan inoperantes a nivel local. Una empresa puede gestionar porcentajes en varios mercados que le hagan controlar, como un actor principal, un producto o materia prima concreta a nivel global. Por otro lado puede hacer alianzas que burlen las leyes de la competencia o crear vehículos societarios no financieros que diluyan los porcentajes prohibidos u oculten su influencia en los mercados globalmente.

En esta situación se forman lobbies de poder, gigantes multinacionales con más influencia a veces que los propios estados o que pueden influir en las élites dirigentes políticas locales de cada nación.

Por el lado de la redistribución, la existencia de "paraísos" u oasis fiscales, una anomalía curiosamente defendida por muchos supuestos paladines del libre mercado y la eliminación de fronteras al comercio, ha dado lugar a que esos grandes grupos de sociedades diluyan o evadan sus obligaciones fiscales en los países de origen y en los que residen sus filiales. La consecuencia inmediata de eso es una carga tributaria mayor en aquellos sujetos que no pueden evadirse de las obligaciones y que tienen que mantener la maquinaria de un Estado de Bienestar  burocratizado y  con elites políticas cada vez más ineficaces para defender sus intereses: los trabajadores por cuenta ajena y el pequeño-mediano empresario o profesional, la clase media.

Al no contar las clases medias con las medidas legales que las protegían en anteriores décadas, la colaboración entre afectados, el llamado asociacionismo, así como la creación de negocios propios o el desarrollo como agente o profesional independiente, son algunas de las respuestas de "guerrilla" a las caídas de rentas y empleo que se han producido y que, poco a poco, están cambiando el paisaje social, aunque muy lentamente.

Por suerte en esta versión 2.0, al contrario que en las dictaduras del proletariado, las leyes aun protegen la libertad de empresa y  la libertad de expresión, a pesar que de "facto", la intervención de los poderes corporativos y ciertas legislaciones "protectoras" lo limitan.

En ese proceso de reacción  a la "paradoja del libre mercado" que tiene ya sus fenómenos propios, se habla de Responsabilidad Social Corporativa, de ética en los negocios y también de salir de los circuitos habituales de financiación y de  la economía oficial. Pero también de herramientas concretas de oponerse a los monopolios financieros que controlan el crédito, ahora escaso: la multi-propiedad societaria (crowdfunding) y  el préstamo colectivo (crowdlending).

Estas nuevas herramientas de financiación inciden en la idea de asociarse los particulares por fines económicos y éticos, conjuntamente. Su innovación consiste, sobre todo, en dar una posibilidad al pequeño ahorrador y también a personas sin empleo pero con una pequeña renta acumulada a asociarse  o ayudar a fundar proyectos con futuro abanderados por nuevos pioneros tecnológicos y/o empresariales.

Más importante aún es que pueden ser el puntal para hacer realidad proyectos colectivos que, hoy por hoy, serían coto exclusivo de aquellos con acceso al capital por influencias o capacidad financiera (proyectos políticos, de comunicación, científicos o culturales).

El futuro de estas herramientas dependerá:

  • De la actuación ante ellas de los poderes públicos y de la normativa que se las quiera aplicar (¿banca en la sombra-shadowbanking?)
  • Las reacciones de los bancos y las grandes corporaciones: su capacidad para utilizarlas y/o anularlas por integración en sus estructuras o por contra transformarse en paralelo a ellas siguiendo sus principios.

Estamos, por tanto, ante una época apasionante de cambios pero también una etapa de enormes incertidumbres.

 ¡Sírvanse ustedes mismos!


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