En el número de septiembre de nexos que ya está circulando, nuestro buen amigo Gustavo García ha declarado la muerte de la crítica de cine en México. Yo he estado en este negocio como profesional -es decir, escribiendo de cine en medios escritos nacionales- desde hace dos décadas y desde entonces la crítica de cine en nuestro país ya estaba, me decían, difunta.
Puede que los argumentos de Gustavo suenen exagerados y apocalípticos pero, en realidad, también tienen mucho de razón: los espacios en prensa son cada vez menos y cada vez están más reducidos, no hay un equivalente de las añoradas Dicine y/o Nitrato de Plata -las dos revistas en las que empecé a publicar mis primeros trabajos en la Ciudad de México- y hasta don Jorge Ayala Blanco ha batallado para publicar su siguiente libro en la serie del abecedario del cine mexicano. Coincidimos, pues, en que las cosas están mal -aunque tambien es cierto que nunca han estado muy bien que digamos, en cuanto a cultura cinematográfica se refiere.
Sin embargo, es necesario matizar. Es cierto que puede resultar chocante que uno que otro se improvise como "opinador cinematográfico" sin más armas que una cinefilia tan limitada como egocéntrica. Pero la respuesta a ello la da el propio Gustavo: en cuestión de semanas, un cinéfilo atento, que lee, ve cine, discute, escucha e intercambia ideas, termina rebasando a cualquier "chamán" del internet que descubre el agua tibia cada tercera película que ve.
Y si el nivel de la crítica de cine en México está por los suelos -insisto, no voy a discutir este punto: en general, estoy de acuerdo-, ¿no es hora que otros profesionales tengan sus propios espacios en la red? En Estados Unidos hay por lo menos una veintena de grandes cinecríticos -empezando por David Bordwell- que tienen su blog y/o página web. Y en México, ¿para cuando?
A lo mejor para nunca. Pero a lo mejor, entre esos veinteañeros que ahora tienen su blog personal de cine y que devoran películas a ritmo voraz, está la nueva generación de críticos fílmicos. No hay que desechar la idea por completo. Es más: hasta en Twitter he encontrado agudezas cinecríticas envidiables. Digamos pues, que si la crítica de cine en México está muerta y los críticos, por lo tanto, estamos también muertos, muchos de nosotros -incluyendo a Gustavo- seguimos aquí dando lata. Como decía una antiquísima copla política del siglo XIX mexicano: "parte en el sepulcro está/parte dándonos guerra/¿será esto de la Tierra?/¿o qué demonios será?".
El artículo completo de Gustavo García en nexos, aquí.