La SociedadGracias a la intervención de su Dios, la sociedad de Kinaros comenzó a desarrollarse y a tomar la forma que tiene ahora. Su gran soberano les enseñó a dejar de guerrear tontamente, y les mostró los beneficios del cultivo, la artesanía... y, sin duda alguna, la esclavitud.
Es en las grandes ciudades donde los esclavos son comprados y vendidos, ya sean criados, capturados o, sencillamente, abandonados por sus anteriores amos. Aquí es donde muchos amos, antiguas estirpes que se remontan a los primeros servidores de Dios, tienen sus residencias. También viven aquí algunos ciudadanos... aunque estos suelen estar en los pueblos, más asequibles, donde se vive de la artesanía.
La gente también habita en otras zonas, naturalmente. Los amos tienen varias residencias, a la par que diversos negocios: las granjas, los cultivos y las minas son algunos de los más fructíferos. Los ciudadanos son sirvientes y trabajadores, alquilan talleres y hogares a sus propietarios.
Después están los esclavos: llevan a cabo las tareas más nefastas, son meras pertenencias, prescindibles, sustituibles. Y, al contrario que en otros mundos, no pueden comprar su libertad. Son lo que son... para siempre.
La lengua que se habla en Kinaros es muy parecida a la traykelinia; podría decirse que son dos dialectos que han cambiado muy poco con el paso de los siglos. Así, los habitantes de ambas tierras pueden entenderse... aunque sea solo para declararse la guerra y desearse la muerte.
La TierraKinaros siempre fue una tierra áspera y hostil, poco fructífera y muy caliente. El suelo era estéril y duro, pero la llegada del Soberano ayudó a las sencillas tribus a... mejorarla.
Con la colaboración de su Dios, la gente modificó el curso de los ríos. Dicen que por accidente Su Divinidad provocó el terremoto que dividió en dos la mayor parte del territorio... aunque también se comenta que lo hizo por una rabieta. Nunca se sabe.
Esa división se ha convertido en parte integral de la tierra y el modo en que se controla. En el norte, donde está la Torre de Dios, es donde están el prestigio y la riqueza. En el sur incluso las ciudades son más pobres.
¿Y los campos? La mayor parte de ellos son artificiales, naturalmente: tierra trabajada por los esclavos, bajo la atenta mirada de los capataces, vigilantes y el amo ocasional.
Se cultiva sobre todo una planta, Hierba Azul, cuyas raíces, hojas y frutos son comestibles, y cuya flor puede hilarse y tejerse para hacer ropa.
En campos más pequeños y con muchísimo más trabajo, se cultivan lo que las tierras vecinas dan con facilidad: el maíz, el arroz, el trigo, las patatas... todo eso y más crece con dificultades, y es un producto tremendamente caro, solo asequible para los más ricos.
NovelasPor ahora, solo una de las novelas publicadas en Athalia's transcurre en esta tierra hostil: Andras, el Nigromante, nos acerca a la vida no de un amo... sino de un esclavo.