El matrimonio Quesada Cerdán dejaba cuatro hijos huérfanos: Pedro, Miguel, Teresa y Mª Luisa. Un año más joven que Manuel Gago, Pedro Quesada se había visto obligado a ponerse a trabajar para sacar adelante a la familia desde el encarcelamiento de su padre, pero ya no era suficiente. Miguel tuvo que dejar con tan sólo doce años el colegio para ayudar a su hermano con la economía familiar. En la escuela “General Primo de Rivera” –que había sido inaugurada el 17 de septiembre de 1934 como “Escuelas Graduadas Nicolás Salmerón” [2] –dejaba a un amigo que también tenía grandes aptitudes para el dibujo, Luis Bermejo Rojo, nacido en 1931 en Madrid, donde regresaría en 1951.
Pero la relación de Gago con los Quesada fue un poco más allá, ya que se acabó casando con su hermana Teresa en 1948. Ese mismo año se mudaron a Valencia, donde tendrán cinco hijos: Manuel, Miguel, Ana, María Luisa y María Teresa Gago Quesada. El aumento de la familia obligó a Gago a incrementar su producción. Este ritmo frenético limitó bastante la calidad de sus ilustraciones que, como se ha dicho, ya eran bastante toscas, aunque dinámicas y efectivas.
En tanto Editorial Valenciana no correspondía al éxito de las series de Gago sino arrogándose legalmente la propiedad de sus personajes y atándole con contratos de exclusividad, Manuel decide fundar su propia editorial junto a su padre y un socio capitalista. Editorial Garga (1949) pecó de inexperiencia y cerró al año para dar paso a Editorial Maga (1950), esta vez una empresa totalmente familiar, que creció progresivamente hasta disponer de talleres propios y llegará a lanzar más de cien colecciones durante sus primeros quince años de existencia [4].
Los guiones de Purk, el hombre de piedra (1950-1962) fueron escritos por Pablo Gago. En sus más de doscientas entregas hay todo tipo de bestias antediluvianas. La censura obligó a cubrir el torso de Purk con una piel de leopardo y alargar las faldas de las mujeres, que en los primeros números llegan a medio muslo [7]. Estamos ante la serie de ambientación prehistórica más importante del panorama tebeístico español. Aunque la prehistoria de los hermanos Gago es un periodo mítico en el que los humanos no sólo conviven con dinosaurios (una anacronía muy común en este tipo de cómics, que casaba con el creacionismo oficial), sino con todo tipo de monstruos que van desde el ámbito mitológico, pasando por animales corrientes agigantados hasta quimeras o seres completamente inventados por el autor.
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[1] Grau Carbonell, S. (2017) Entrevista a Miguel Quesada. Esfinge, 31 de marzo.[2] Peralta Juárez, J. (2006) Nicolás Salmerón-General Primo de Rivera: Historia de un colegio (1934-2004). Cuadernos del Museo Pedagógico y de la Infancia de Castilla-La Mancha 11.[3] Rodríguez Humanes, J. M. y Barrero, M. (2008), ampliada por Álvarez Galindo, E. Pandilla de los Siete, la (1946, Valenciana)-El pequeño enmascarado-. Tebeosfera.[4] Porcel, P. (2011) La historieta española de 1951 a 1970. ARBOR, Ciencia, Pensamiento y Cultura, 187 2Extra: 129-158.[5] Porcel, P. (2003) Clásicos en Jauja. La historia del tebeo valenciano 1930-1965, Ediciones de Ponent, Alicante.[6] Gago Quesada, M. (2006) Derechos de autor de “El guerrero del antifaz”. El mercantil valenciano.[7] Ibeas-Altamira, J. M. (2022) Manuel Gago: La catarsis en las viñetas. Teatro: Revista de estudios culturales 35: Article 3.