Los mundos prehistóricos de Manuel Gago (II)

Publicado el 18 julio 2025 por Koprofago
Continuamos con nuestra serie sobre Manuel Gago, al que dejamos recién convertido en uno de los dibujantes de tebeos más famosos del país con tan sólo diecinueve años, gracias al éxito fulminante de El guerrero del antifaz. Su popularidad le llevó a impartir sesiones de dibujo a las que asistían chavales que querían dedicarse a los tebeos, como el jovencísimo Miguel Quesada Cerdán, nacido el 4 de enero de 1933 y también apasionado por Alex Raymond, al que copiaba hasta la saciedad para aprender [1]. Ana, su madre, había hecho amistad en la cárcel, mientras esperaba para visitar a su marido, con la madre de Gago. Encarcelado por pertenecer al Partido Comunista, Miguel Quesada padre es puesto en libertad tras cuatro años de presidio, gravemente enfermo, falleciendo poco después. Su mujer no tardó en seguirle (Íbidem).
  Miguel Quesada, uno de los grandes de la edad de oro del tebeo español
El matrimonio Quesada Cerdán dejaba cuatro hijos huérfanos: Pedro, Miguel, Teresa y Mª Luisa. Un año más joven que Manuel Gago, Pedro Quesada se había visto obligado a ponerse a trabajar para sacar adelante a la familia desde el encarcelamiento de su padre, pero ya no era suficiente. Miguel tuvo que dejar con tan sólo doce años el colegio para ayudar a su hermano con la economía familiar. En la escuela “General Primo de Rivera” –que había sido inaugurada el 17 de septiembre de 1934 como “Escuelas Graduadas Nicolás Salmerón” [2] –dejaba a un amigo que también tenía grandes aptitudes para el dibujo, Luis Bermejo Rojo, nacido en 1931 en Madrid, donde regresaría en 1951.
El éxito de Manuel espoleó a los hermanos Quesada, que aprovecharon los escasos momentos que sus obligaciones les dejaban libres para lanzarse también al mundo de los tebeos, la única vía de escape que los chavales tenían en aquellos tiempos tan difíciles. Gago ayudó a Miguel a iniciarse en el mundillo con tan sólo trece años como guionista con El pequeño enmascarado (Valenciana), que dibujó Manuel hasta el número 15, ya ilustrado por Miguel y escrito por su hermano Pedro [3]. Fue suficiente para que Valenciana siguiera ofreciéndoles trabajo (en diciembre de 1946, encontramos ya a Pedro como guionista de Roberto Alcázar y Pedrín) y Bruguera se fijara en ellos.
Roberto Alcázar y Pedrín acabará dando la bienvenida a la fauna del Mesozoico
Pero la relación de Gago con los Quesada fue un poco más allá, ya que se acabó casando con su hermana Teresa en 1948. Ese mismo año se mudaron a Valencia, donde tendrán cinco hijos: Manuel, Miguel, Ana, María Luisa y María Teresa Gago Quesada. El aumento de la familia obligó a Gago a incrementar su producción. Este ritmo frenético limitó bastante la calidad de sus ilustraciones que, como se ha dicho, ya eran bastante toscas, aunque dinámicas y efectivas.
Pequeño Pantera Negra, el mayor éxito de Maga, obra de los Quesada
En tanto Editorial Valenciana no correspondía al éxito de las series de Gago sino arrogándose legalmente la propiedad de sus personajes y atándole con contratos de exclusividad, Manuel decide fundar su propia editorial junto a su padre y un socio capitalista. Editorial Garga (1949) pecó de inexperiencia y cerró al año para dar paso a Editorial Maga (1950), esta vez una empresa totalmente familiar, que creció progresivamente hasta disponer de talleres propios y llegará a lanzar más de cien colecciones durante sus primeros quince años de existencia [4].
Gago aprovechó el éxito del lanzamiento ese mismo año por Valenciana de su serie Purk, el hombre de piedra para revisar su contrato, consiguiendo libertad para poder trabajar con otras editoriales [5]. Pero el volumen de trabajo era abrumador y no pudo sacar tiempo para Maga: Durante muchos años, trabajó 16 horas diarias para poder entregar cada sábado 30 páginas completas más las portadas [6]. De modo que los primeros éxitos de Maga se debieron a dos parejas de hermanos: Miguel y Pedro Quesada (que se habían mudado también a Valencia, siguiendo los pasos de su cuñado) y José y Leopoldo Ortiz.
"Los monstruos del mar" (Purk, el hombre de piedra #11, 1951)
Los guiones de Purk, el hombre de piedra (1950-1962) fueron escritos por Pablo Gago. En sus más de doscientas entregas hay todo tipo de bestias antediluvianas. La censura obligó a cubrir el torso de Purk con una piel de leopardo y alargar las faldas de las mujeres, que en los primeros números llegan a medio muslo [7]. Estamos ante la serie de ambientación prehistórica más importante del panorama tebeístico español. Aunque la prehistoria de los hermanos Gago es un periodo mítico en el que los humanos no sólo conviven con dinosaurios (una anacronía muy común en este tipo de cómics, que casaba con el creacionismo oficial), sino con todo tipo de monstruos que van desde el ámbito mitológico, pasando por animales corrientes agigantados hasta quimeras o seres completamente inventados por el autor.

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[1] Grau Carbonell, S. (2017) Entrevista a Miguel Quesada. Esfinge, 31 de marzo.[2] Peralta Juárez, J. (2006) Nicolás Salmerón-General Primo de Rivera: Historia de un colegio (1934-2004). Cuadernos del Museo Pedagógico y de la Infancia de Castilla-La Mancha 11.[3] Rodríguez Humanes, J. M. y Barrero, M. (2008), ampliada por Álvarez Galindo, E. Pandilla de los Siete, la (1946, Valenciana)-El pequeño enmascarado-. Tebeosfera.[4] Porcel, P. (2011) La historieta española de 1951 a 1970. ARBOR, Ciencia, Pensamiento y Cultura, 187 2Extra: 129-158.[5] Porcel, P. (2003) Clásicos en Jauja. La historia del tebeo valenciano 1930-1965, Ediciones de Ponent, Alicante.[6] Gago Quesada, M. (2006) Derechos de autor de “El guerrero del antifaz”. El mercantil valenciano.[7] Ibeas-Altamira, J. M. (2022) Manuel Gago: La catarsis en las viñetas. Teatro: Revista de estudios culturales 35: Article 3.