Los negocios son negocios y el dinero es dinero. Por eso si rascamos en los negocios de España con Arabia Saudí encontramos beneficios de un lado y beneficios del otro. Esas bombas que España les vende a los saudís para bombardear Yemen supuestamente están ligadas al contrato de las corbetas que dan trabajo en los astilleros de Cádiz y de Ferrol.
La vida es así. Lo que mata en Yemen, esas bombas dirigidas por rayos láser, da trabajo en España. Las cinco corbetas fabricadas por Navantia son un magnífico contrato que da trabajo a cientos de trabajadores y pone encima de la mesa la comida a muchas familias. Por eso los sindicatos protestan cuando el Presidente Sánchez se nos pone antimilitarista y dice que no sigue vendiendo bombas a los saudíes.
Los ciudadanos y ciudadanas del Yemen tendrán que seguir muriendo bajo la lluvía de bombas españolas. Lo sentimos por ellos, pero aquí necesitamos comer. Yo les hubiera vendido a los de Arabia Saudí flores para que tiraran flores desde los cielos en una imitación a la revolución de los claveles portuguesa, pero no van por ahí los tiros o las necesidades, que viene a ser lo mismo en este caso. Ya han puesto en marcha una Comisión en la que están los ministerios de Industria, Exteriores y Defensa para decidir que se venden bombas o corbetas, es decir, lo que nos quieren comprar los jefazos de Arabia Saudí. En Cádiz y en Ferrol estarán contentos. Se dedican a producri armamento militar. Viven de eso. Yo los comprendo. Pero lamento que desde los cielos del Yemen caigan esas bombas sobre niños, mujeres y hombres a los que se le viene encima la guerra.