Aunque apenas queda en unas cuantas salas defeñas, aún es tiempo de revisar el vigoroso filme de horror Los Niños (The Children, GB-Islas Caimán, 2008), segundo largometraje del ascendente especialista británico Tom Shankland, de quien escribimos por aquí sobre su notable opera prima WAZ: El Amor No Muere... Mata (2007).
Sobre un relato de Paul Andrew Williams adaptado por el propio cineasta, Los Niños abreva de la no tan escasa tradición de los niños maléficos que atacan a sus sorprendidos y abnegados papases. El asunto aquí es que los escuincles de esta cinta no son malos de nación (como en La Mala Semilla/LeRoy/1956) o porque sean hijos, literalmente, de Satanás (La Profecía/Donner/1976, con sus secuelas y remakes), sino porque una infección los convierte en una suerte de pequeños zombies asesinos, como la niña que, hacia el desenlace de La Noche de los Muertos Vivientes (Romero, 1968), está almorzando las tripas de sus progenitores.
El planteamiento argumental es muy sencillo pero efectivo: la pareja matrimonial de Elaine (Eva Birthistle) y Jonah (Stephen Campbell Moore) viajan con sus tres hijos a la idílica casa del bosque propiedad de Chloe (Rachel Shelley) y su marido Robbie (Jeremy Sheffield). Elaine y Chloe son hermanas y, aunque es obvio que sus lazos fraternales son sólidos, no faltan las tensiones típicas de cualquier familia más o menos común: la alcohólica mamá de ambas permanece alejada de la familia, hay ciertos resquemores entre las dos hermanas por roces que han tenido en el pasado, el relajado Robbie es visiblemente mejor proveedor que el el estirado Jonah, la hija mayor de Elaine, la potable adolescente Casey (Hannah Tointon), es producto de un anterior matrimonio, así que la relación de ella con su nuevo papá Jonah no ha sido completamente resuelta... A todo esto hay que agregar que los primitos -los tres hijos de Elaine/Jonah y los dos de Chloe/Robbie- tienen también sus pleitos infantiles típicos, sus desconfianzas, sus diferencias. En realidad, nada del otro mundo, así que la reunión familiar para celebrar la llegada del Año Nuevo no puede ser más típica... hasta que el horror inicia para los adultos: piernas quebradas, destripamientos, perforaciones de cráneos, mutilaciones de ojos... Y cuando es evidente que los niños se han transformado en mini-zombies asesinos, el dilema central de la cinta: ¿qué padre mataría a su propio hijito para salvar su vida?
Como ya lo había demostrado en WAZ..., Shankland no tiene empacho en montar algunas buenas escenas de horror gore -como la que tiene que ver con el terrible "accidente" de Robbie- pero también es un cineasta con recursos que van más allá del mero shocking, como puede constatarse en una espléndida secuencia de narración paralela en la que Elaine es acosada por su propio hijito Paulie mientras Chloe descubre cómo han "adornado" el estómago de Robbie.
Es una pena el ninguneo que ha sufrido Shankland, pues su cine no ha salido de los festivales especializados de horror y fantasía y porque en el gran mercado estadounidense Los Niños se distribuyó sólo en DVD. Disco que, por cierto, se encuentra en amazon, aquí a la derecha (bara-bara-bara).