Una bici con asiento almohadillado. Una muñeca que cante, que recite en verso y que te haga los trabajos del colegio. Un ordenador que escriba solo y estudie por ti. Un menú compuesto única y exclusivamente por chocolate. Que no les regañes. Que no les castigues. Que no les obligues a estudiar. Que les dejes jugar siempre. Y, sobre todo, contigo. Pero no contigo como compi de correrías, sino como pelele desmadejado.
Ésas son algunas de las cosas –sólo algunas– que quieren los niños de ahora. En realidad, podría resumirlo en tres palabras: LO-QUIEREN-TODO. Hasta lo que no es posible. Material o inmaterial. Y hay padres que, con tal de no verles sufrir –o llorar lágrimas de cocodrilo–, son capaces de todo. Hasta de volverse quienes no son.
Es lo que le sucede a Juan Diego Botto en la última película de Achero Mañas, Todo lo que tú quieras. Que no quiere defraudar a su hija y, por lograr su felicidad, la lía... y de qué manera. La lía, se lía, lo lía... conjugadlo como buenamente podáis, o, mejor, id al cine a ver la peli... porque merece la pena. Sobre todo la interpretación de Lucía, la niña de cuatro años que protagoniza la cinta junto a Botto.
Mañas ha hecho una verdadera obra de arte con ese papel tan tierno y, al mismo tiempo, tan impactante. Y todo, dice, jugando. Le tenía que haber pedido la fórmula. Debe de ser cosa de magia lograr que los niños que quieren demasiado terminen haciendo todo lo que tú quieres. Y que, además, no se den cuenta.
Aquí os dejo la entrevista que le hice para AR. ¿Sabías que sus hijas son el motivo de que él haya llegado a ser quien quería? Lee, lee...
Tráiler de Todo lo que tú quieras.