Veintiún meses o 1 año y 273 días o 638 días o 15 312 horas o 918 720 minutos o 55 123 200 segundos, es el tiempo que ya se ha tomado la dictadura castrista para intentar enderezar la letra del hijo de Cuba que ella se empecina en que nadie quiera. Pero ni han logrado enderezar su letra ni han logrado que nadie no lo quiera. Sí han logrado que más y más organismos y personas en el mundo festejen los crímenes que llevan cometiendo desde hace 55 años y 345 días o 20 420 días o 490 080 horas o 29 404 800 minutos o 1 764 288 000 segundos, ello sin contar el tiempo previo a la toma del poder en el que se han esmerado en multiplicar también dichos crímenes. Vamos, que lo único que han hecho bien en este tiempo es cometer crímenes y comprar complicidades.
55 años y 345 días o 670 meses o 55 años y 345 días o 20 420 días o 490 080 horas o 29 404 800 minutos o 1 764 288 000 segundos es –ni más ni menos- el tiempo que los hermanos dictadores llevan empecinados en destruir la patria de TODOS los cubanos. De lo único que no se los puede acusar es de falta de constancia.
Frente a estos números abrumadores, es inevitable hacer otra lectura: el mismo tiempo que llevan tratando de hacer arrodillar a Ángel Santiesteban-Prats es el que llevan siendo derrotados una y otra vez porque no lo han conseguido ni lo conseguirán.
Ángel está aislado, no puede enviar cartas ni posts para publicar, pero sigue tan fuerte o más que al principio de su encierro. Él es de los que se crecen ante la adversidad y es justamente eso lo que más le molesta al dictador. Como ya he dicho en otra oportunidad, el silencio obligado de Ángel habla más de los crímenes de Raúl Castro que sus palabras en el blog.
Gracias Raúl Castro, gracias por hacer de Ángel un hombre más fuerte y más digno. Gracias por aportarle a la Historia un granito más de arena para que no los absuelva. Gracias por darle a Ángel un lugar en la historia de los que pusieron todo de sí por recuperar la grandeza y la libertad de su patria y para que ustedes jamás sean absueltos. Gracias.
La Editora