Uno de los argumentos más invocados por los partidarios
de la legalización del aborto afirma que esa legalización evita los abortos
clandestinos, que suponen un riesgo de mortalidad materna, evitable por las
mejores condiciones sanitarias que se darían si los abortos no estuvieran fuera
de la ley. Un artículo recientemente publicado en PloS One ha seguido cincuenta
años de estadística de mortalidad materna en Chile, donde se prohibió el aborto
en 1989, y ha demostrado que dicha prohibición no se asocia con un aumento de la
mortalidad materna.