La Conferencia Episcopal de España no acaba de entender que ya salimos de la edad media y esta aprovechando las elecciones generales del 20N para presionar al estado y a los ciudadanos en su decisión de voto.
En un comunicado emitido esta semana, los obispo recomiendan no votar a partidos que “reconozcan y tutelen mejor el derecho de todos a la vida, así como el derecho de los españoles a ser tratados por la ley específicamente como esposo y esposa, en un matrimonio estable”.
La Conferencia, que no se ha leído las estadísticas de divorcio de las últimas décadas, insulta y menosprecia a los matrimonios homosexuales calificándolos de poco estables. Obviando que la gran mayoría de los españoles están a favor de la igualdad en el matrimonio y que ya perdieron la batalla política por influir en las decisiones del parlamento.
Los obispos arremeten también contra el aborto, calificando indicando prácticas “no tutelan adecuadamente el derecho fundamental a la vida de cada ser humano, desde su concepción hasta su muerte natural”.
Se olvidaron eso si, de incluir la palabra dios o biblia en sus discursos, por que ya no quieren aparecer en la prensa como únicos representantes de lo divino.
En el comunicado también arremeten contra los partidos separatistas, algo que no ha gustado nada a uno de los políticos más católicos y homófobos del parlamento español, Josep Antoni Duran i Lleida. Que por cierto, hace tan sólo unos días avalaba las técnicas que pretenden curar la homosexualidad.
En su carrera por dominar la opinión pública y mediática, los obispos no determinan a que partido votar, pero sólo existe un único partido en España capaz de recoger todas sus propuestas. Este es el partido que aglutina en España a la extrema derecha, la derecha y los liberales, el Partido Popular.