Aunque Belén Rueda, protagonista omnipresente a lo largo de todo el metraje —y candidata a convertirse, a base de repetir perfil, en la reina del terror hispano—, no sea Audrey Hepburn ni Ingrid Bergman, el film desprende, en su tronco argumental, efluvios inequívocos a precedentes tales como “Sola en la oscuridad” (no en balde, es la ceguera un leit motiv temático sobre el que gira todo el despliegue de la trama), o, más atrás aún en el tiempo, “Luz de gas” (con su paulatino cierre de círculo amenazante alrededor de la figura de la protagonista), si bien se distingue de ambos en su factura visual y su ritmo narrativo, plenamente acordes con este tiempo volátil y acelerado en que nos ha tocado a todos movernos, cada cual, obviamente, en lo suyo (los cineastas, haciendo sus películas; y los espectadores, intentando no dejarnos arrollar por ellas...). En todo caso, y tras su buena acogida en el Festival de Sitges, donde tuvo su premiere, las perspectivas comerciales de la cinta pintan de un color tremendamente halagüeño. Y no hará falta esperar mucho para comprobarlo: el viernes, estreno en las pantallas comerciales.
* APUNTE DEL DÍA: disponible en Suite 101 nota de preestreno de "Ché, un hombre nuevo", un interesante documental de Tristán Bauer. El enlace, aquí.
* Apuntes sobre el cine que viene LI.-