Cortometraje ganador Supervivencia Fílmica en Donostia-San Sebastián
Bien podía haberse llamado Las miradas de Laia, porque este cortometraje va de eso. Somos muchos los que creemos en la importancia de que no nos retiren la mirada, los que pensamos que si no hay nada que esconder hay que mirar siempre a los ojos de la persona que tenemos delante, pero, ¿qué pasa si llevamos ésto hasta el extremo? ¿qué ocurre si tenemos razones profundas para convertir nuestros cruces de miradas en una competición, en un duelo cotidiano?.