«Los ojos de Mona. «Una novela en 52 obras maestras», de Thomas Schlesser

Por Guillermo Guillermo Lorén González @GuillermoLorn

«Una apasionante y conmovedora novela filosófica que propone
una iniciación a la belleza y a la vida en 52 obras maestras»

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«Empecé esta novela en 2013, tras un difícil episodio personal en el que sentí la necesidad de crear para mí a una niña extraordinaria que experimenta tanto lo peor —enfermedad y amenazas—, como lo mejor —una iniciación al arte con un abuelo genial y fascinante—. Para realizar el proyecto narrativo de mi libro
me inspiré mucho en oulipo (acrónimo de «Ouvroir de littérature potentielle», en castellano «Taller de literatura potencial» es un grupo de experimentación literaria creado en 1960 y formado principalmente por escritores y matemáticos de habla francesa, que buscan crear obras utilizando técnicas de escritura limitada), Georges Perec y Jacques Roubaud. Creé un sistema discreto que invita a leer el libro dos veces: cada obra lleva una lección y se aplica en el siguiente capítulo.
Quería que hubiera diversidad entre obras muy conocidas, como El juramento de los Horacios, por ejemplo, nombres absolutamente imprescindibles como Van Gogh o Frida Kahlo y cosas mucho más raras, mucho más singulares como una fotografía de Julia Margaret Cameron (fotógrafa inglesa que se dedicó al retrato fotográfico de corte artístico 1815-1879) El resto sucedió durante la escritura. Dependiendo del desarrollo dramático y de la progresión de Mona, fue necesario adaptarse, citar una obra en lugar de otra.»

La historia comienza una tarde de otoño, cuando Mona, una niña de diez años, pierde la visión. Durante sesenta y tres minutos angustiantes todo se ensombrece hasta que, a las puertas de un hospital, Mona recupera poco a poco la vista. El extraño episodio desconcierta al pediatra, que sugiere realizar una serie de estudios y que la niña visite también a un psiquiatra, responsabilidad que recae en Henry, el abuelo de Mona. Pero si su nieta se enfrenta a la posibilidad de una ceguera permanente, piensa Henry mientras ve a la niña rodeada de los objetos fútiles que llenan la infancia, se trata quizá de atesorar en la memoria la belleza del mundo para que pueda recurrir a estos recuerdos si, por desgracia, sus ojos se apagan para siempre. Mona, se dice Henry, no necesita ir a un psiquiatra, sino a esos lugares donde se conserva lo más hermoso y humano: los museos. En secreto, el abuelo le prescribe a su nieta un original tratamiento: cada miércoles, durante un año, irán juntos a los museos más emblemáticos de París para contemplar, en cada visita, una sola obra de arte.

«Voy a citar una frase de Cézanne que me encanta: «Hay que ir al Louvre a través de la naturaleza y volver a la naturaleza a través del Louvre». Lo que el artista quiere decir aquí es que entre el trabajo de un museo y el mundo circundante existe un circuito de retroalimentación positiva.»

Semana tras semana, abuelo y nieta acuden a la cita, que comienza en las salas del Louvre y continúa en el Museo de Orsay y el Centro Pompidou. Allí, Mona aprende a detenerse y observar atentamente pinturas y esculturas a las que se aproxima desde sus emociones, sus sentidos y un entusiasmo infantil que es el complemento perfecto de la erudición y la sagacidad de Henry. De Sandro Botticelli a Pierre Soulages, pasando por figuras rupturistas, artistas canónicos del barroco, el clasicismo y el modernismo y otros menos célebres, el anciano escoge las piezas para iniciar a su nieta en la historia del arte y, al mismo
tiempo, tramar a través de las obras una preciosa educación en la vida. En la sonrisa ínfima y contagiosa de La Gioconda, Mona descubre entonces el valor de la empatía y de un simple gesto frente al caos del mundo. Un autorretrato tardío de Rembrandt le revela, en sus claroscuros, la melancolía que conlleva el paso del tiempo y la importancia de conocerse a uno mismo con lo que nos hace fuertes y todas nuestras debilidades y límites. Y ante un bodegón de Goya, la niña, turbada, aprende que la humanidad engendra monstruos que el arte nos ayuda a aceptar. La mirada profunda, admonitora, de un buey en una escena rural pintada por Rosa Bonheur le recuerda que los animales son nuestros iguales, y las bailarinas de Edgar Degas muestran con su danza que la vida, muchas veces, está hecha de movimientos y acciones sin
aparente utilidad que existen por la belleza misma del gesto. En la simplicidad de las formas de Malévich y su cruz negra sobre fondo blanco, Mona ve una exhortación a la libertad y la autonomía. Observando una obra de Louise Bourgeois aprende, a su vez, dos nuevas lecciones: el arte puede ser un refugio y hay que saber decir «no». Y si con un fresco de Botticelli Mona comprende la importancia del acto de recibir, a través de una instalación de Marina Abramović se asoma, al final del recorrido, a la idea de la separación y el desprendimiento de aquello que alguna vez amamos como oportunidad de renacimiento.

Cincuenta y dos semanas y cincuenta y dos obras después de su episodio de ceguera, Mona es una niña que deja la infancia atrás. Todo el arte que, guiada por su abuelo, aprende a mirar y amar se inscribe ahora en lo más hondo de su ser, dándole una nueva conciencia de sus emociones, de la pérdida y de la belleza del mundo que transforma su existencia.

Los ojos de Mona es una novela de iniciación al arte y a la vida que ahonda en la luminosa relación entre una nieta y su abuelo. Una historia llena de hermosos sentimientos que se ha convertido en un extraordinario fenómeno editorial antes incluso de su publicación en Francia.
La edición se complementa con 16 páginas de ilustraciones a todo color.

El autor:
Thomas Schlesser (París, 1977) dirige la Fundación Hartung-Bergman y es profesor de la Escuela Politécnica de París. Es historiador del arte, autor de numerosos ensayos, como Faire rêver (2019) y Anna-Eva Bergman: vies lumineuses (2022). La publicación de su novela Los ojos de Mona, finalista del Grand Prix RTL-Lire Magazine Littéraire 2024 que se fallará en marzo, se ha convertido en un acontecimiento editorial en veintiocho países.

El libro:
Los ojos de Mona (título original: Les Yeux de Mona, 2024) h sido publicado por la Editorial Lumen en su Colección Narrativa. Traducción de Lydia Vázquez. Encuadernado en rústica con solapas, tiene 512 páginas. 

Como complemento pongo el vídeo de la presentación de Thomas Schlesser de su obra “Les yeux de Mona”.


Para saber más:
https://fr.wikipedia.org/wiki/Thomas_Schlesser