Es posible encontrar un creyente relativamente nuevo en las montañas del Perú que entienda más sobre la Biblia que un doctorado en teología. De hecho, ese peruano sin educación puede no sólo saber más acerca de la Biblia, sino que también puede conocer al Señor de una manera que el erudito griego o hebreo no le conoce.
Recuerda, fue Jesús quien se alegró y dijo:
“Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños” (Lucas 10:21, cursivas añadidas).
ORAR ANTES DE LEER LA PALABRA
Es fácil para muchos de nosotros acercarnos a la Palabra de Dios diariamente con poca dependencia del Espíritu Santo. A menudo, no oramos antes de leer la Biblia incluso aunque necesitamos la ayuda de Dios para entenderla. Cuanto más inteligentes y educados somos, más difícil es para nosotros venir como niños, confiando en el Espíritu para hacer la Palabra real. Debemos tener la ayuda del Espíritu, y si le pedimos con fe, Él nos ayudará.
El salmista oraba:
“Abre mis ojos, y miraré las maravillas de tu ley” (Salmos 119:18)
Note que la oración no pide ojos abiertos para "leer tu ley" o incluso para "entender tu ley". No, la oración del salmista pide a Dios algo en lo que rara vez pensamos cuando abrimos la Palabra: “Abre mis ojos que pueda ver cosas maravillosas en tu ley”. Él no estaba hablando de sus ojos físicos, estaba hablando de los ojos de su corazón.
REVELACIÓN CONSTANTE
Todos tenemos dos pares de ojos. Tenemos los ojos de nuestra cabeza, y tenemos los ojos del corazón, a los que la Biblia se refiere en muchas ocasiones (por ejemplo, Efesios 1:18). El proceso de ver las cosas espirituales a través de los ojos del corazón, no sólo de la mente, se llama "revelación". Esto no es una locura salvaje, confusa y que depende solo de manifestaciones. Es un trabajo cotidiano del Espíritu Santo en todos los que lo desean.
Por Jim Cymbala quien comenzó la iglesia Brooklyn Tabernacle con menos de veinte miembros en un pequeño y deteriorado edificio en una parte difícil de la ciudad. Nacido en Brooklyn, es un viejo amigo de David y Gary Wilkerson.
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