Demasiado a menudo somos nada.
La nada es una enfermedad escandalosa,como lo es la escarlatina en un cuerpo de niño en la penumbracuando llega la siesta pero el calor no viene.
El cuerpo se desentiende de las sábanas.
Comienza a relatarlo la mirada quieta,que estrella sobre el pentagrama las notas intangiblesde lo que vive contigo y no te habita.
¿Explotaría mi carne si fuera capaz de mostrar la siluetade todo mi deseo?
Date prisa, me han dicho que caducan las caricias.
No hay realidad más bellaque la que corre por delante de las manos,por delante de los dedos que persiguen a una mujer que descarga su almíbar sobre segundos calientes de la tarde.
Ahora todo tiene que ver con la temperatura exactade lo que no se exhibe.
Espero que los cristales colaboren,que no se empañen y me sigan el juego.
Quiero devolverle a la tarde mis muslos blancospara que lama su sombra mi secreto.
La habitación permanecerá intacta.Los orgasmos nunca dejan marcas.
Poema del libro “Mirar y ser mirada”, de Sonia Fides, que obtuvo el X Premio de Poesía “Nicolás del Hierro” 2006. Para saber y leer más de esta autora, visitad su blog: mademoisellejoue.blogspot.com
Extraído del blog Entre nómadas