Durante estos días Madrid, celebra la festividad de su patrón, utilizando como escenario central la pradera y las Vistillas. Por ello, me gustaría indagar junto a vosotros en el origen de San Isidro Labrador. ¿Os atrevéis a embarcaros en esta aventura? ¡Vamos allá!
Es cierto que no hay muchos datos sobre el comienzo de esta historia, pero en general hay bastante consenso en admitir que comienza a principios del siglo XI, pocos años antes de que la ciudad de Mayrit pasara de manos musulmanas a cristianas gracias al valor de aquellos gatos que superaron sus infranqueables murallas. Aquellos importantes y convulsos años, donde comenzaron a forjarse algunos de los mitos y leyendas más importantes de la tradición cristiana. Por ejemplo, el hallazgo de la Virgen de la Almudena. En este contexto, la tradición cristiana cuenta que San Isidro Labrador viene al mundo en una humilde casa del barrio mozárabe de la ciudad, en el seno de una familia de agricultores. Estas crónicas cuentan que San Isidro trabajó como jornalero para una de las familias más importantes de aquella época, los Vargas. Estos tendrían su palacio en el solar donde actualmente se levanta el palacio que acoge el Museo de los Orígenes. Además, se trasladó algunos años a la sierra de Madrid, más concretamente en Torrelaguna, al resguardo de las incursiones almorávides que trataban de recuperar las plazas del centro peninsular. Allí conoció y se desposó con María Toribia, más conocida como santa María de la Cabeza.
Uno de los aspectos que llama poderosamente la atención es el carácter humilde, la laicidad y la estrecha relación del santo con la agricultura y la naturaleza. En contraste con los santos de la época, que destacaban por su origen eclesiástico y noble. Esto hace ver a distintos autores una mezcla de valores y aspectos de ambas religiones, la cristiana y la musulmana.
Algunos de ellos se atreven a ver un origen de tradición bereber en este personaje. Este pueblo fue uno de tantos grupos de musulmanes que entró a la península desde el norte de África. Una comunidad que tenía especial dedicación a la agricultura y ganadería, ocupando diversas zonas de la futura España. La historia de estas gentes contaba con diversas figuras protectoras llamadas walis a las que se abrazaban para que hubiera buenas cosechas, por ejemplo. Según esta corriente, el nombre de Isidro vendría directamente del Magreb, más concretamente de la palabra Driss.
Ermita del santo. Pradera de San IsidroMe haría muy feliz que estás líneas os hayan gustado y os hayan hecho viajar a aquel Madrid medieval para recuperar el origen, algo incierto, del patrón de la ciudad. Os aconsejo que en estos días tan especiales para nuestra amada ciudad os acerquéis a celebrar con vuestros vecinos está festividad, ya sea para visitar la Ermita del Santo, tomaros algo en la pradera, pasear por Las Vistillas o cualquiera que sea el lugar donde pasar un buen rato. Disfrutad de estos momentos y compartirlos.
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