Los orígenes del ron cubano y el mito de Bacardí

Por Vagabond
“A lo cubano: botella de ron y tabaco habano…” Así comienza una canción de los Orishas y lo cierto es que este grupo musical ha logrado captar la esencia de la cultura cubana, al menos tal y como es percibida desde el extranjero ya que los puros habanos y el ron son sus productos más famosos.
De hecho, el ron tal y como hoy se conoce nació en Cuba hace ya más de 150 años. Y claro, cuando se habla de ron cubano no podemos evitar pensar en Bacardí. No obstante, la historia realmente comenzó mucho antes, cuando Cristóbal Colón en su segundo viaje a América, trajo las raíces de la caña de azúcar desde las Islas Canarias. Las tierras fértiles de Cuba, las lluvias y el sol se conjugaron para darle un impulso a los cañaverales. Así surgió el guarapo (zumo de caña) y después, el aguardiente. No obstante, la idea del aguardiente no fue de los españoles sino de los indios taínos y los negros africanos. La cunyaya fue el primer aparato que se usó para extraer el guarapo de la caña de azúcar y posteriormente esta idea fue desarrollándose hasta dar lugar a los trapiches y después a los centrales. Un buen día el padre Jean Baptiste Labat se dio cuenta de que los esclavos consumían una bebida particularmente fuerte que les animaba y les ayudaba a reponerse de la fatiga. Se trataba del aguardiente. Sus “propiedades” se propagaron rápidamente, sobre todo a través de los piratas y corsarios. Tanto es así que surgió el famoso “draque”, el trago preferido de Francis Drake. A inicios del siglo XIX ya se elaboraba a lo largo de toda la isla tanto el aguardiente como el ron. En este punto se debe especificar que realmente el ron ya se elaboraba en otras islas caribeñas, como en Jamaica, donde se destiló por vez primera. No obstante, el producto obtenido era demasiado fuerte (tenía una elevadísima concentración de alcohol) por lo que su consumo no se llegó a generalizar. Este honor le correspondió a Bacardí. Bacardí: Una historia legendaria Los orígenes de Bacardí se remontan al 4 de febrero de 1862, el momento oficial en que se creó la empresa. No obstante, al igual que en el caso de Coca Cola, esta bebida está envuelta en un halo de misterio que ha dado lugar a numerosas leyendas (muchas de ellas sin una base real) y que han contribuido a aumentar su éxito. De hecho, cuando Bacardí fundó su empresa ya existían muchas otras en la isla pero estas creaban fundamentalmente el aguardiente. Este empresario español creó un ron más suave y agradable al paladar y comenzó a exportarlo al extranjero por lo que su fama creció rápidamente, imponiéndose también en el mercado nacional.
Se conoce que el famoso logotipo del murciélago se debe a una propuesta de su esposa, Doña Amalia. Don Facundo Bacardí asumió inmediatamente esta idea debido a que en la destilería donde se producía el ron existía una colonia de estos animales que, por demás, entre los cubanos son sinónimo de fortuna, sabiduría y optimismo. Una de las leyendas que circula sobre el éxito del ron Bacardí se refiere a unas fuentes de aguas “mágicas” situadas en Santiago de Cuba mientras que otras historias indican que el secreto fue desvelado a Bacardí por un vinatero francés con quien solía irse de juerga. Con el triunfo de la revolución, Bacardí abandonó Cuba y se llevaron su fórmula secreta. No obstante, muchos afirman que el auténtico ron Bacardí murió en ese mismo momento ya que la comunión de factores que existía en Santiago de Cuba le daban un toque peculiar al ron que ha sido imposible de repetir en otros entornos. Y es que tampoco faltan quienes afirman que no existe tal “secreto”, que la magia del Bacardí residía en la combinación del sol, el azúcar y las aguas de Santiago de Cuba.