Este año el premio ha recaído no en un cocinero sino en dos (no sabemos si esto de dar premios ex aequo empieza a ser un virus, pero hace unos días sucedió algo parecido con el Premio Chef Millesime): Elena Arzak, del Restaurante Arzak, hija del grandísimo Jose Mari Arzak, que curiosamente fue el primer chef que recibió este galardón, allá por 1974, y Pepe Rodriguez Rey, responsable de El Bohío, en Illescas (Toledo), cocinero que siempre tuvo claro que debía dar protagonismo culinario a su localidad natal; y así decidió crear el Bohío, un lugar de obligado paso si realmente se ama el mundo de los fogones (por cierto, que en el anteriormente citado Premio Chef Millesime que reconoce a la joven generación que viene apretando fuerte, Pepe Rodriguez Rey también compartió el premio con otro “monstruo” de las ollas como es Paco Morales, del Hotel Ferrero localizado en Bocairent, Valencia).
De una u otra manera, de manera directa o indirecta, los grandes espacios gastronómicos de nuestro país han sido premiados; Arzak, el Celler de Can Roca, El Bulli (también se ha llevado el premio a la mejor publicación, La cocina de la salud, un trabajo que Ferrán Adríá ha elaborado junto a Valentí Fuster y Josep Corbella) y también Mugaritz; su jefe de sala, José Ramón Calvo se llevó el Premio al Mejor Jefe de Sala.
Siguiendo con los premiados, el galardón a la Mejor labor periodística se lo llevó Rosa Rivas, del diario El País. La serie de reportajes de TVE, “Un país para comérselo”, presentada por Imanol Arias y Juan Echanove, ganó el Premio al mejor programa de televisión. El Premio “Doctor Marañón” al mejor científico en el campo de la alimentación ha recaído en el Director de Nutrición y del Laboratorio de Genómica de la Universidad de Tufts (Boston, EEUU), José Ordovás, y en el biólogo Santiago Orts.
Por último, la Real Academia Nacional de Gastronomía ha nombrado Personalidad Gastronómica del año al cocinero español José Andrés, Mejor Chef del Año en Estados Unidos.