Los Panzer de Kleist conquistan Rostov, la puerta al Cáucaso - 20/11/1941

Por Lupulox

Camaradas,
Mientras el Undécimo Ejército de Manstein irrumpía en Crimea, el resto de Ejércitos de Grupo de Ejércitos Sur, combatiendo en el continente, seguían avanzando hacia el este entre el Dnieper y el Donets.
Una de las tantas escenas de adhesión con que los ciudadanos de la Unión Soviética han prodigado a la Wehrmacht, que los libera del yugo soviético.
El Primer Grupo Panzer de Kleist, después de aplastar la contraofensiva soviética contra la retaguardia de Manstein en la Batalla del Mar de Azov, y tras haber sido ascendido a la categoría de Primer Ejército Panzer, había estado persiguiendo al derrotado enemigo y en seguida se dispuso a atacar Rostov. Entre el 12 y el 17 de octubre el puerto de Taganrog en el Mar de Azov fue ocupado tras arduos combates. El elevado precio de este éxito lo ilustra el hecho de que la 3ª Compañía del Regimiento de Infantería de la Brigada Leibstandarte SS Adolf Hitler salió de esta batalla con sólo siete hombres. El resto habían muerto. Pero el Río Myus había sido cruzado. El 20 de octubre la 1ª División de Montaña Alemana le arrebató Stalino al 12º Ejército Soviético. Así, el principal centro de fabricación de armamento en el área del Donets, la más importante región industrial de la Unión Soviética, se encontraba en manos alemanas. De acuerdo con la teoría del Führer -teoría que ha mantenido en contra de la opinión del Estado Mayor y del Alto Mando, de que la guerra la decidiría la captura de los centros industriales, la derrota de Stalin debería haber quedado sellada con esta conquista.
Soldados alemanes en el puerto de Taganrog.
El 28 de octubre, el Coronel General von Kleist había alcanzado el Río Myus con todas las unidades de su Primer Ejército Panzer y el Decimoséptimo Ejército del General von Stülpnagel se encontraba sobre el Donets. Cuatro días antes, el Sexto Ejército de Reichenau en el ala norte del Grupo de Ejércitos había capturado el gran centro industrial de Kharkov.
Pero entonces, en el sur al igual que a lo largo de todo el Frente Este, el periodo del barro otoñal detuvo todas las operaciones. Los Ejércitos quedaron atascados y no ha sido hasta el 17 de noviembre, con la llegada de las heladas, que Kleist ha podido reanudar su avance sobre el ala derecha. Cuarenta y ocho horas antes el Mariscal von Bock había desatado el ataque final sobre Moscú en el frente central.
Soldados soviéticos dispuestos a morir por Stalin.  Y a fe que lo harán.
Pero los soviéticos habían aprovechado el respiro dispensado por el barro. En el Cáucaso, el Mariscal Timoshenko organizaba nuevas divisiones, cuerpos y ejércitos. Entre los miembros de su Consejo Militar en el Frente Sudoeste se encuentra un hombre, poco conocido, que está desplegando una gran energía a la hora de reclutar nuevas unidades y, en particular, organizar actividades partisanas. Su nombre es Nikita Sergeyevich Khrushchev.
Mientras el Alto Mando Soviético movilizaba nuevos ejércitos, la escasez general de todo tipo de recursos recaía cada vez más en el lado alemán. No hay reservas por ningún lado. Si los rusos logran romper el frente por cualquier punto, entonces habrá que retirar fuerzas de otro lugar para contener la penetración. Los alemanes echan en falta al menos tres Ejércitos en todo el Frente Este - uno para cada Grupo de Ejército.
Soldados motociclistas de la Brigada SS Leibstandarte Adolf Hitler se dirigen hacia Rostov.
A pesar de todo, el 17 de noviembre el III Cuerpo Panzer del General von Mackensen dio inicio a su ataque contra esta puerta de acceso al Cáucaso con las Divisiones Panzer 13ª y 14ª, la 60ª División de Infantería Motorizada y la Brigada Motorizada Leibstandarte SS Adolf Hitler. La Leibstandarte, reforzada con el 4º Regimiento Panzer de la 13ª División Panzer, penetró las fortificaciones de Sultan-Saly. A su izquierda, la 14ª División Panzer atacó en Bloshiye-Saly. El General Remizov, que defendía Rostov con su 56º Ejército, replicó con un poderoso ataque contra el flanco de la 14ª División Panzer. Acto seguido, Mackensen lanzó a su 60ª División de Infantería Motorizada en un ataque de flanqueo al este, con el objeto de cubrir su flanco.
Elementos blindados de una unidad Panzer combatiendo en las calles de Rostov.
Finalmente hoy, 20 de noviembre, las tres divisiones rápidas alemanas han entrado en la ciudad de Rostov, con 500.000 habitantes, y han avanzado en dirección hacia el Don. El 1º Batallón de la Leibstandarte se ha abierto paso hasta el puente de ferrocarril de Rostov y lo ha capturado intacto. Mientras tanto, la 60ª División de Infantería Motorizada ha cubierto el flanco expuesto del cuerpo mediante un elegante avance hacia el este y sudeste, capturando Aksayskaya mientras unidades de la 13ª División Panzer han perseguido vigorosamente al enemigo en retirada desde el oeste. Rostov, la puerta al paraíso petrolífero soviético, se encuentra en manos alemanas.
La estratégica situación de Rostov en el Mar Negro.
Ha sido una victoria decisiva. Los puentes sobre el Don de Rostov son más que simples cruces de río: son los puentes que conducen al Cáucaso y a Persia. No es por nada que Gran Bretaña y la Unión Soviética han ocupado Persia a finales del pasado agosto y construido una carretera de suministros desde el Golfo Pérsico a través de Tabriz hasta la frontera caucásica soviética. De este modo la Unión Soviética ha obtenido un enlace terrestre directo -el único- con sus ricos Aliados occidentales. La vieja Autopista Militar Georgiana, la carretera desde el Valle de Terek por encima de los pasos caucásicos hasta Tiflis, conquistada por los rusos a mediados del siglo diecinueve, ha adquirido una nueva importancia.
Como resultado, Rostov se ha convertido en una suerte de centro de comunicaciones. Un puesto de enlace entre la Unión Soviética y Gran Bretaña para los suministros embarcados a través del Golfo Pérsico. Como es natural, el Estado Mayor Soviético tratará de hacer todo lo posible para reconquistar Rostov y negarle al Ejército Panzer de Kleist el acceso al Cáucaso. Pero hoy, ¡la victoria es nuestra!
Nach Kaukasus, Kamaraden, für den Führer!
Sieg Heil, Viktoria!