No soy mucho de verano, pero debo reconocer que los colores, bajo el sol, resplandecen de un modo sin parangón. Cada estación tiene su propia atmósfera, ese halo que lo envuelve todo, y la de los meses estivales es sinónimo de alegría.
Eso mismo debieron de pensar los «ideólogos» de los paraguas flotantes que, desde hace años, cubren los cielos de algunas calles peatonales, invitando a los transeúntes a recorrerlas a resguardo del sol, a la vez que funcionan como un original objeto decorativo que se agita al vaivén del viento.
Las famosas hileras de coloridos paraguas de fachada a fachada constituyen la imagen por la cual la localidad portuguesa de Águeda se ha hecho conocida nacional e internacionalmente, llegando a convertirse en su marca de identidad. Todo empezó en 2011, cuando la empresa Sextafeira Produções, dedicada a la publicidad y organización de eventos de este municipio retó a la cámara municipal a llevar a cabo un proyecto de arte urbano semipermanente que presentaron bajo el nombre «Umbrella Sky». Desde entonces, los «paraguas de Águeda» adornan las calles de la ciudad lusa desde finales de junio hasta mediados de septiembre con periodicidad anual, formando parte de su mobiliario urbano y marcando el ritmo del festival artístico-cultural AgitÁgueda.
Pero los paraguas son algo más que una estampa simpática o un invento útil para protegerse del sol en verano, son una forma de dinamizar la vida de las calles más céntricas y comerciales de cualquier localidad, convirtiéndolas en verdaderos espacios de convivencia ciudadana y facilitando que surjan otras formas de expresión artística. Una forma de romper con la rutina y promover la cultura que ya cruzó fronteras. Muchos son los países que, con el sello Umbrella Sky inundan sus calles de luz y color. Un ejemplo de cómo el arte siempre va más allá de sí mismo, produciendo valor.
A continuación, algunas de las instalaciones (y otros paraguas) con las que me he ido encontrando a lo largo de los años y a las que ahora les puedo poner nombre y apellidos
* España
Una calle de Getafe, en Madrid* Reino Unido | Las Islas Británicas son lluviosas por naturaleza y Londres es mundialmente conocido por sus precipitaciones frecuentes (aunque sostengo que no llueve tanto). De hecho, el paraguas forma parte del estereotipo del gentleman inglés y la urbe sigue conservando exclusivas tiendas en donde hacerse con uno, como la longeva James Smith & Sons, que ocupa una bella casa victoriana en New Oxford Street.
Hace ya unos años que este rincón de Londres disfruta del Umbrella Sky. Se trata de un pequeño patio —o court— en los aledaños del famoso Borough Market, en la conjunción de las calles Park Street y Stony Street. Podrás verlos durante todo el año mientras comes o tomas una copa de vino en uno de los restaurantes con asientos bajo la instalación. Todo un lujo.
* Italia
* Francia
* Israel | Estas son las imágenes más recientes sobre el tema; las tomé el pasado mes de abril en Old Jaffa, junto a Tel Aviv, y en Jerusalén.
El proyecto Umbrella Sky se implementó por primera vez en este país en 2013, con 600 paraguas de colores suspendidos sobre el Rothschild Boulevard de Tel Aviv para celebrar la llegada del Wi-Fi gratuito por toda la ciudad.
– Old Jaffa
– Jerusalén | El distrito Nachalat Shiva fue fundado en 1869 por siete («shiva», en hebreo) residentes judíos de la Ciudad Vieja y es uno de los primeros vecindarios que se construyó fuera de sus murallas. Además de galerías y tiendas, aloja sinagogas históricas y la icónica librería-café Tmol Shilshom.
* Japón | Si hay un país que me sorprendió por el uso tan extendido de paraguas ese fue Japón. En verdad, no les faltan razones: por una parte están los veranos, de un calor sofocante y con muchas calles carentes de sombra o demasiado escasa como para ir sin protección (yo lo hice y ¡acabé desmayándome en plena calle!); por otra, las lluvias repentinas, normalmente de corta duración pero abundantes; y, por último, la moda —y aquí englobo las tribus urbanas tipo «lolitas» que hacen del paraguas un complemento más de su indumentaria, la más o menos reciente tendencia del uso masculino del paraguas, o el invento de la silla-paraguas, de la que acabo de tener noticia. No podía ser en otro lugar del mundo, claro—.
– Nagano
– Yokohama
– Narita
– Tokio
Las sombrillas son también un clásico de la ciudad. Con ellas, los vendedores protegen sus productos del sol y, de paso, aportan color al entorno.
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