El mar en su máximo esplendor, siendo el único y verdadero protagonista, sin explotación turística, sin gentío, con sus sonidos y sus silencios, con su encanto intrínseco.
Y es que nuestra joven promesa, no solo opta por la sencillez y pureza de sus paisajes, sino también de sus técnicas fotográficas, sin retoques, ni artificios, lo cual crea una obra con un gran paralelismo, este real, no invisible.
Esa sencillez también la plasma en su inspiración, ya que como ha afirmado recientemente,“concibo la fotografía como algo impulsivo, poco premeditado, así que no puedo decir que esta serie naciera de un proceso de ideación previo a la serie en sí”.Morelli, quién reconoce su predilección por el mar, pretende identificar al espectador con esa minoría que acude a él en invierno (como hacía ella misma en su infancia), y la soledad de cada individuo frente al paisaje. Así mismo, este trabajo le ha servido para darse cuenta que, “por muy distantes y diferentes que sean las ciudades costeras, pueden parecer una misma durante el invierno”. De ahí el nombre de su exposición “Paralelos Invisibles”
Os recomendaría que pasarais por Darío Aparicio 32, ya que podréis realizar una bella visita a través de vuestros ojos, de la inmensidad que transmite el mar, su belleza y la paz y sosiego que inconscientemente genera en nuestros sentidos.
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