Los pasos que nos separan

Publicado el 07 diciembre 2014 por María A. Ayuso @MariaysuMundo

Después de leer 'La vida cuando era nuestra' y 'La Bolivia', tenía claro que tenía y que quería repetir con Marian Izaguirre, una autora que, aunque he descubierto relativamente hace poco, ya se ha hecho un hueco definitivo en mi estantería y en mi corazón literarario. Acaba de publicar con Lumen 'Los pasos que nos separan' y una vez más nos vuelve a sorprender con una historia que traspasa el papel, que se mete en yema de nuestros dedos para ir calando, poco a poco, por todo nuestro cuerpo. 

Portada 'Los pasos que nos separan'

'Los pasos que nos separan' nos traslada a 1920, cuando Salvador, un joven perteneciente a la alta burguesía catalana, viaja a Trieste para trabajar mano a mano con un maestro escultor italiano. Un día, cuando el viento bora sopla con todas sus fuerzas, conoce a Edita, una mujer que le corresponde, aunque esté casada y sea madre de una niña. Las zozobras del amor también nos llevan a Barcelona en 1979, cuando Marina, una joven estudiante, se queda embarazada. Todo su empeño es conseguir dinero para viajar a Londres y el destino le llevará a conocer a Salvador con unos años más, cuando está a punto de saldar una cuenta que tiene pendiente con la vida... 
Salvador y Marina se conocen para salvarse mutuamente y pagar, de alguna manera, por los pecados que creen haber cometido. Salvador es un hombre mayor y cansado que necesita volver a Trieste y a Liublana (ciudad natal de Edita) para cerrar una herida que nunca dejó de sangrar. El ascenso del fascismo en Italia, la lucha territorial de la época y la II Guerra Mundial, fueron tres factores determinantes para el devenir de su historia con Edita. Por su parte, Marina, necesita una tabla a la que agarrarse después de naufragar y tirar su vida por la borda con un embarazo no deseado. Dos personajes y dos épocas totalmente diferentes hacen que esta novela esté cargada de contrastes temporales, aunque en realidad, no estén tan lejanas las situaciones que estos protagonistas viven.
Marian Izaguirre nos vuelve a regalar una historia preciosa, contada en dos tiempos por un misterioso personaje que se presenta como Olivia, aunque no será la única voz narrativa de la novela. Olivia es una protagonista más, una voz muy especial y el lector descubrirá al final del relato. ¿Qué hace ahí? ¿Por qué es ella quién nos cuenta parte de la historia?

'Los pasos que nos separan' es un canto a la vida y un canto al amor ya que mientras exista, sea del tipo que sea, existirá la esperanza. La maternidad es otro de los hilos argumentales que la autora nos muestra. La maternidad deseada y arrebatada, y la no deseada, la que se impone, y es aquí donde  reside nuestra capacidad de decidir (la de la mujer), la toma de decisiones. Marian Izaguirre abre así  un debate fundamental (y muy de actualidad) sobre el que es imprescindible pensar, sin moralina ni adoctrinamiento de ningún tipo. 

Esta novela es bella tanto en forma como en fondo. La estructura, los personajes, la historia, es maternidad que cobra tanta importancia en el relato. La autora nos vuelve a regalar una novela preciosa, plagada de detalles, de minuciosidad, de amor, porque, como en cocina, se nota cuando está hecha con todo el cariño y con todo el respeto hacia unos expectantes  y que se quedaron con ganas de mucho más después de leer 'La vida cuando era nuestra'. Imprescindible.