En 1538, vecinos de Muñeca, Intorcisa y los de la jurisdicción de Guardo, se reúnen para llegar a un acuerdo amigable en el asunto denominado "la prendada". Firman un documento en el que se estipulaba que cada ganado que fuese pillado en pasto de otro, pagaría un tanto, determinado entonces en maravedíes: cuatro maravedíes por las ovejas, siempre que no pasasen de diez, y cuatro maravedíes por cada cabeza de ganado mayor [197]. Lo que sucede en Guardo y los pueblos limítrofes viene recogido en nuestra zona en el conocido pleito de pastos entre los concejos de Redondo y Brañosera, que se inicia en 1575. Un ejemplo de reincidentes discusiones pastoriles en los núcleos rurales de nuestra montaña, que tuvo un precedente en 1399 por los pastos de Covarrés y Sel de la Fuente. De aquellos pleitos se deriva la costumbre de correr la mojonera cada nueve años, que explicamos con detalle en el estudio de Redondo.
En 1984, los datos de la Clasificación General de los Montes Públicos citan 252 montes, propiedad de los pueblos, excepto uno propiedad del Estado en Lebanza y otros 45 que se declaraban enajenables [198]. La distribución actual de la superficie de los montes de la Montaña de Palencia según el régimen de propiedad queda reflejada en los siguientes datos: 78.729 hectáreas corresponden a montes de utilidad pública no consorciados, y 9.659 hectáreas a montes de utilidad pública consorciados. Los montes públicos de libre disposición/consorciados suman 1.266 hectáreas. Por su parte, los montes privados ocupan 20.304 hectáreas. Todo ello da un total de 109.958 hectáreas. Se incluyen en este perímetro los puertos de merinas y los pastos sobrantes. En los últimos años han sido las juntas vecinales las adjudicatarias de estos pastos en Palencia, que arriendan a ganaderos foráneos, trashumantes o transterminantes [199].
Durante años se deduce un uso mancomunado de los puertos, por parte de palentinos y cántabros, práctica a la que puso fin la privatización de los mismos y donde tampoco faltaron las disputas de siglos, como el famoso pleito de Piedrasluengas con Valdeprado, que vemos en el apartado de aquel pueblo [200].
TrashumanciaAunque se vio mermada o modificada de algún modo por la explotación de otros recursos naturales, como el carbón, la Montaña Palentina siempre tuvo una acendrada tradición trashumante. Es importante citar el fuero de Brañosera, que nos toca y afecta en muchas partes y donde Klein creyó encontrar la referencia sobre la trashumancia [201]. Pero en la carta se apunta que sean apresados los ganados que lleguen de fuera del concejo, lo que acota en cierto modo su primera impresión.
Se sabe que desde comienzos del siglo XVI, en Guardo, los duques del Infantado (señores de Guardo) cobraron portazgo por la entrada de reses trashumantes [202]. También hay constancia escrita de que el ganado segoviano pastaba en los puertos de La Pernía, en el llamado Pleito de la Montaña, entablado entre el obispo de Segovia y los curas de los pueblos serranos por el cobro de los diezmos y que se prolongó a lo largo de los siglos XVI a XVIII [203]. En él se citan los lugares de Lores, Camasobres, Redondo, Polentinos, Resoba, Santibáñez, Rabanal, Arvejal y Cervera. Y según el Catastro de Ensenada, Cervera de Pisuerga arrendaba sus propios a los rebaños merinos del marqués de Yturbieta y de otros vecinos de Madrid [204].
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[197] García Reyero, J. "Guardo, sus gentes y su historia". "El siglo XVII, el mayorazgo", pág. 127
[198] Cuerpo de Ingenieros de Montes (Mangas, 1984)
[199] Desplazamientos ganaderos de más corto recorrido
[200] Algunas zonas como Pineda, han pertenecido tanto a Cantabria como a Palencia (Madoz, 1848).
[201] Julius Klein, La Mesta. Un estudio de historia económica española, Madrid, 1979.[202] FERNÁNDEZ, Q. (1975): El señorío de Guardo. Excma. Diputación Provincial. Palencia, pág. 83
[203] PÉREZ MOREDA, V. (1978): La trashumance estivale des merinos de Segovie: Le Pleito de la Montaña. Mel. Casa de Velazquez, XIV, págs. 285-312. Madrid.
[204] Fue primer Marqués de Iturbieta, Miguel de Arizcún y Mendinueta (19 de Enero de 1741). Actual titular: Ignacio Martos y Blázquez. En Segovia se ha recuperado como paseo la Dehesa del Alto Clamores y ante los planes de una autovía se alzaban voces discordantes al tocar la misma el histórico Cordel de Santillana, donde se vive inténsamente en aquellas épocas el Esquileo de Iturbieta y donde se dan cita esquiladores, recibidores, velloneros, apiladores, ligadores, bedejeras, moreneros, escanciadores, apartadores, toda una gran epopeya de la historia de Segovia.
Un exhaustivo estudio de la historia, las tradiciones, los personajes, las leyendas y las anécdotas de los pueblos que se encuentran entre Cervera de Pisuerga y el Puerto de Piedrasluengas. El libro recoge el trabajo de investigación realizado en los últimos 30 años por el autor perniano Froilán de Lózar. Gremio de Editores de Castilla y León, Octubre de 2011