Precio: 17,95€
ISBN: 9788415433125
Páginas: 302
Serie: Los hermanos Mackenzie #3
Puntuación: 5/5
1981. Ainsley Douglas es una mujer con un fuerte sentido de la justicia que vive para ayudar a los demás, incluso aunque para ello deba colarse a escondidas en el dormitorio de un notorio libertino como lord Cameron Mackenzie. Pero la suya es una misión muy importante: recuperar unas cartas de amor que pueden poner en entredicho la reputación de la propia reina Victoria... Según sus amantes, a lord Cameron sólo le interesan los caballos y las mujeres, y en ese orden. Por eso, cuando encuentra a Ainsley en su dormitorio por segunda vez en seis años, decide poner en práctica un intrincado juego para seducirla y culminar, por fin, lo que crepita entre ellos desde que se encontraron por primera vez. Sin embargo, lo que comienza como juego, una lujuriosa diversión, puede llegar a hacer saltar en pedazos las reglas del propio Cam... y sanar las cicatrices de su oscuro y sombrío pasado.
Opinión personal
Como dije en la reseña de El escandaloso matrimonio de lady Isabella, Jennifer Ashley se ha convertido en apenas tres libros en una de mis escritoras favoritas del género, así como su saga Los hermanos Mackenzie se ha ganado un merecido puesto entre las series románticas que más recomiendo. Los personajes y tramas que nos presenta la autora tiene un toque especial, un algo que, incluso sin ser innovador, conquista al lector.Después del loco Ian Mackenzie y del encantador Mac, le llega el turno al personaje que más ganas tenía de conocer. Aquél que, por lo que nos dejaba vislumbrar Jennifer Ashley, más tormentos había padecido... Aunque todavía nos queda el hermano mayor; quizá nos llevemos alguna que otra sorpresa.
No quiero desvelar demasiados detalles del pasado de Cam, así que me limitaré a describir su personalidad en la actualidad; es decir, en el momento en el que se desarrolla la novela, y que cada cual vaya sacando sus propias conjeturas. Como dice la sinopsis, a lord Cameron sólo hay dos cosas que le interesan: los caballos y las mujeres; y por ese orden. Yo cambiaría un poco esta descripción. A nuestro protagonista nada más que le agradan dos cosas: su familia, encabezada por su hijo, y los caballos. Lo único que le interesa de las mujeres es algo muy concreto, y le da igual con quién sea; no le preocupan ellas, sino los breves momentos en los que el placer le arranca de ese hastío en el que se ha convertido su existencia. Por lo menos hasta que reaparece en su vida una joven que le fascina en todos los sentido: Ainsley Douglas; una joven viuda, actual dama de honor en la Corte de Su Majestad. No es un trabajo que le agrade especialmente, pero es una manera decente de vivir sin tener que ser una carga para nadie. Aunque Ainsley no se puede definir como un lastre, sino todo lo contrario. Su misión ahora mismo es conseguir unas cartas robadas a la reina, y con las cuales está siendo chantajeada. Y ¿quién mejor para recuperarlas que esa joven con grandes dotes para el hurto? Dale una horquilla, unos segundos, y no habrá cerradura que se le resista. Sin embargo, es en Kilmorgan, mansión de los Mackenzie, donde tendrá que reunirse con la chantajista, y también el lugar donde volverá a encontrarse con el mujeriego y serio Cameron.
Como veis, ambos tienen un pasado en común; por lo menos una vivencia que les marcó lo suficiente como para no olvidarse en todo este tiempo. Ahora que sus caminos vuelven a cruzarse en tan extrañas circunstancias, la veda para la seducción queda abierta. Sin duda ésta es una de las mejores partes del libro; el tira y afloja que tendrán desde el primero momento. Aunque a primera vista puede parecer uno más de los libros del género, quiero resaltar que tiene una peculiaridad que lo hace más excepcional; Ainsley puede ser muchas cosas, pero no una mojigata. Es osada, temeraria, con una personalidad enérgica, que sabe lo que quiere y desea... es decir, a Cam. Él, a su vez, también me ha sorprendido, porque, incluso siendo un hombre con grandes cicatrices emocionales y físicas que son muestra de sufrimiento, es capaz de discernir algo diferente en ella... algo por lo que quizá valga la pena arriesgarse. No es un cínico seductor que intente utilizar a la protagonista, sino un hombre honesto pero cansado de la vida, que no busca más que algo por lo que seguir viviendo. Puede que ésta sea la razón, precisamente, por la cual la autora rompe de alguna forma con el esquema que tanto se repite en este tipo de novelas: comienzo de la relación con sus problemas, enamoramiento, disputa que los separa, y reconciliación feliz. Esto no sucede. El relato lleva una evolución mucho más natural de los sentimientos y comportamiento de ambos. Dos personajes muy bien perfilados, y absolutamente creíbles, que conquistarán al lector.
Ainsley emitió un sonido de exasperación. Colocó bruscamente el libro en el lugar y, tomando una carpeta, la abrió y sacó una lámina que estudió con atención. -Sé que soy poco mundana, lord Cameron, pero estoy segura de que esto es imposible. Él se inclinó sobre su hombro para observar el sensual bosquejo que Romano había dibujado tres siglos antes. Tuvo que reconocer que aquellas personas estaban en una postura complicada. -Lo he adquirido por la belleza de las láminas, no por lo que pueda aprender. -Bueno, pues es una suerte, o jamás habría tenido un hijo. Soltó otra risotada, notando que un intenso regocijo inundaba su ser.Los acompañará, como es habitual, toda la familia Mackienzie, por lo que seguiremos las andanzas de los protagonistas de los libros anteriores, mostrándonos así sus vidas en la actualidad. Tengo que hacer mención especial de Ian; sigo maravillándome de lo bien que retrata Jennifer a este personaje. También tendremos un pequeño adelanto de lo que será el libro del hermano mayor, conociendo a la futura protagonista. Por otro lado, además del romance, hallaremos la relación padre e hijo. Daniel tiene un papel muy importante en el camino a la felicidad de su progenitor. La historia de ambos, desde su nacimiento, será una de las partes más tristes y duras, pero a la vez conmovedoras; aquello que un padre está dispuesto a hacer por un hijo...
Los pecados de lord Cameron es uno de los mejores libros románticos que he leído últimamente. No he podido despegarme de sus páginas, de sus personajes, y de su historia, hasta el final. Sin duda otro sobresaliente para una autora que ya ha demostrado de sobra que lo suyo es talento, y que seguiremos disfrutando de él durante mucho tiempo.
Puntuación sobre cinco
Títulos de la serie
1. La locura de lord Ian Mackenzie2. El escandaloso matrimonio de lady Isabella
3. Los pecados de lord Cameron (Abril 2013)
4. La esposa perfecta para el duque
5. The seduction of Elliot McBride
6. The life and love of Daniel Mackenzie