24 enero, 2020
021030
En Argentina fue introducido a fines de los años 60′, tuvo un brote en los 70 y volvió a incrementare su cultivo en los años 90′. Con más de 3 mil hectáreas, Misiones es la provincia con más superficie de plantaciones de Paulownia. Lo defienden algunos especialistas del INTA, una institución que ha sido denunciada por ambientalistas en numerosas ocasiones.El de Argentina es un camino que ya transitó hace varios años Colombia, donde el árbol se puso de moda y comenzaron a proliferar las explotaciones madereras. En 2018 las autoridades colombianas prohibieron su siembra e importación después de que los científicos advirtieran de que su expansión podía causar estragos en la biodiversidad del país.En España, en tanto, la ‘Paulownia tomentosa’ está incluida en la lista negra preliminar de especies exóticas invasoras elaborada por el Gobierno, pero eso no impide su comercialización.
https://www.laverdad.es/sociedad/kiri-sombra-20190618092812-nt.html
“Es triste detectar los efectos de las especies invasoras cuando ya ocurrieron. Lo ideal es pensar de forma preventiva, para evitar que sucedan”, dice la ecóloga Carolina Castellanos, una de las científicas del Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt, de Colombia, que evaluó el riesgo de kiri. “Se parte del principio de precaución: si la especie presenta unas características biológicas que facilitan que sea una invasora, como puede serlo la rapidez de su estrategia reproductiva, se recomienda darle un manejo de mayor cuidado”, explica Dairon Cárdenas, el curador del herbario amazónico del Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas Sinchi.La lucha contra las especies invasoras“Muchas veces se piensa que introducir una especie de afuera es una buena idea, pero tenemos que evaluar antes cuáles son sus potenciales efectos negativos y qué puede suceder si prosperan. Debemos reflexionar sobre qué capacidad tenemos como país de manejar especies exóticas”, dice María Piedad Baptiste, una bióloga del Instituto Humboldt, experta en invasoras.En el caso del kiri, su historia muestra cómo impactos ambientales que dejó el colonialismo europeo aún se pueden sentir siglos después. Fueron marineros holandeses de la Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales –que era el brazo comercial de la flota mercante que colonizó Indonesia y mantuvo rutas comerciales por toda Asia– quienes llevaron sus semillas desde China a Europa en 1830 y lo popularizaron como árbol ornamental. Sin embargo, por razones aún crípticas, su nombre científico y sus apodos hacen referencia a la princesa rusa Ana Pavlovna, nieta de la zarina Catalina la Grande.“Las especies invasoras son un motor de pérdida de la biodiversidad, junto con la deforestación o la contaminación. Lo pueden ser por varias razones: porque se comen a otras especies nativas, porque ocupan el espacio de otras especies con estrategias agresivas de crecimiento poblacional o porque transmiten enfermedades”, dice Carolina Castellanos.