El resultado final no termina siendo lo más importante. De hecho, Argentina fue eliminada de esta copa sin haber perdido. El tema acá fue el nivel futbolístico, las actuaciones que completó el equipo, aún teniendo al mejor del mundo en campo. Fueron bajas, poco convincentes y frente a rivales no demasiado importantes. Es cierto que levantó en los últimos dos encuentros pero aún así sería conformarse con escaso para este plantel.
Frente a Costa Rica, el entrenador, se percató de una vez por todas, que el equipo no funcionaba, que su intención de triple cinco no iba a ningún lado. Sólo dos partidos duró la “formación Barcelona” pues Ever Banega no es Xavi ni Cambiasso, Iniesta o viceversa. Ese cambio fue de los pocos positivos durante su mandato. Funcionó contra el equipo de Ricardo La Volpe y también hoy.
Durante el partido, Argentina fue mucho más que Uruguay. Aunque el conjunto de OscarTabárez se puso adelante en el resultado apenas a los cinco minutos con gol de Diego Pérez, quien debió ser expulsado, primero a los dos por un planchazo a Javier Mascherano (también lo echaron pero injustamente) y después por un golpe a Lionel Messi. Finalmente a los 38, sí abandonó el campo tras un empujón a Fernando Gago cuando salía para la contra.
Desde el tanto de la “Celeste”, el seleccionado nacional fue más vertical que en otros partidos, no se relajó en un toqueteo inocente y a partir de la figura del jugador del Real Madrid y del rosarino intentó llegar al arco rival. No pateó muchas veces, sólo dos, y en ambas el responsable fue Gonzalo Higuaín. Autor del gol tras un pase exquisito del 10, que acarició la pelota como uno acaricia al amor de toda su vida.
Después de una etapa inicial muy intensa, el complemente comenzó más tranquilo. Con el empate Argentina movió más el balón por el ancho del terreno pero le costó ingresar a posición de gol. Messi mermó un poco su nivel, tal vez por las miles de patadas que recibió aunque cuando tocó la pelota generalmente le dio buen destino. Uruguay siguió corriendo y amenazó más que nada con la pelota parada. Un arma que supo utilizar bien y con la cual los defensores argentinos también cooperaron. Entre los cuatro de atrás y el medio ocasionaron 12 faltas que Diego Forlán se encargó de mandar al área (más que nada Nicolás Burdisso apoyándose al saltar). Sus compañeros cabecearon en 10 oportunidades.
Aún así, las chances más claras fueron para Argentina, que no pudo definir simple, tal vez por carencia de fortuna, pero puntualmente por Fernando Muslera. El arquero del Lazio de Italia fue sin duda la gran figura del partido, se encargó de mantener el empate hasta el final. Atajó todo lo que le tiraron y pocas veces dio rebote. De arriba, de abajo y con el cuerpo. En particular dos: una que se le tiró como un león a Higuaín y otra, un tiro libre de Carlos Tevez que sacó con la pierna.
Seguramente de no haber sido por él, este no hubiera sido el primer superclásico rioplatense en 177 ediciones que deriva en suplementario. Allí, Argentina continuó controlando la posesión pero no pudo quebrar a Uruguay que esperó agazapado. Messi tuvo dos chances, pero en ambas, Muslera derribó sus esperanzas.
De esta manera, el encuentro terminó en penales. Aún en el siglo XXI sigue siendo la manera más injusta de finalizar un partido. Principalmente porque varias veces determinó injustamente al ganador. Esta no fue la excepción. Convirtieron todos salvo Tevez que tiró fuerte a la derecha del arquero uruguayo quien retuvo el disparo.
Así sin más terminó el periplo de Argentina en su Copa América, tras el quinto penal convertido por Martín Cáceres. El balance: negativo. Pobre en cuanto al nivel futbolístico y al rendimiento de los jugadores en general. Un torneo que no sirvió para nada salvo para revalidar la figura de Gago y Sergio Romero y descubrir que hay un lateral derecho dispuesto y capaz como Pablo Zabaleta. Pero no mucho más. Higuaín y Agüero tienen que estar. Naturalmente Messi también pero quedaron ganas de ver más de Marcos Rojo, el único marcador de punta izquierdo real pero también “el gran responsable” del empate con Bolivia.
Así termina la Copa América. Lindos estadios y gente predispuesta y alentadora (salvo en Rosario contra Colombia). Nada más. Tal vez cambiaría si en las próximas horas, el entrenador decide dar un paso al costado para un buen porvenir del país. Pero eso no podremos saberlo hasta el momento en que llegue. Es así. Argentina out y Uruguay a semis donde lo espera Perú, el martes desde las 21.45.