Tengo cerca de 20 años de seguir a los Chicago Bears, en gran parte gracias a esa afición es que empecé a jugar el deporte a los 8 años y como cualquier fanático, de otro equipo en la NFL el afecto va creciendo año con año, sin importar en realidad buenos o malos resultados.
De hecho, a principios de la década de los 90, cuando inició esta pasión por el equipo, la franquicia era de las peores de la NFL, yo celebraba cuando un jugador de los Bears era seleccionado al Pro Bowl, acababa de pasar la gran época de Mike Ditka, Walter Payton, Mike Singletary, era un equipo con pocos nombres, malas decisiones y terribles actuaciones.
Sólo en dos años en dicha década se logró un boleto a playoffs, nombres como los de Cutis Conway, James Allen, Neal Anderson, Erik Kramer, Barry Minter, vienen a mi mente, y dudo que algún lector los reconozca. Eran tiempo difíciles y aún así mi cariño por la franquicia fue hacia arriba. A pesar de que las victorias eran pocas, siempre se veía cierta actitud en el equipo, una base por así decirlo, una manera de jugar, fuerte, con la cabeza en alto al igual que sus fanáticos, hoy la historia no es la misma.
Sólo han sido dos partidos los que en esta temporada los Bears han sido destrozados, pero esos dos encuentros han sido más que suficiente para poder decir que este equipo, es el peor que yo he visto en la historia de Chicago. Con la gran cantidad de talento en sus líneas pero con una actitud, esfuerzo y energías en el suelo, por parte de todos los que envuelven esa organización no me queda más que asegurar este hecho.
Los Bears han aceptado más de 5o puntos en sus últimos dos partidos, de hecho son el primer equipo, desde 1923, que recibe más de 50 puntos en semanas consecutivas, eso sin duda es hacer historia. Se ha pedido la cabeza de head coach Marc Trestman, del Coordinador Defensivo Mel Tucker y hasta se ha recomendado que la Señore Virginia McCaskey debería vender la franquicia. Sin embargo creo que esos son mínimos problemas, que sólo tranquilizarían a los fanáticos, en general, los jugadores no se les ve ni ganas a momentos de jugar football.
El experimento de traer a Jay Cutler ha Chicago ha fracasado, el quarterback no es el peor de la NFL y si no es titular en los Bears lo puede ser en otro lado, pero su actitud, liderazgo y si, habilidad dejan mucho qué desear. Los jugadores traídos de la agencia libre han sido un total desastre, Jared Allen, Lamarr Houston, Ryan Mundy, Jermon Bushrod, D.J. Williams. Los veteranos que aún juegan en el equipo, ya no deberían hacerlo, Charles Tillman ya no tiene el volumen ni la velocidad, Lance Briggs es lentísimo y sin Urlacher no tiene a nadie quien le diga a qué lado ir, Roberto Garza no comanda la línea y sus lecturas son abismales.
No veo una solución pronta más que un cambio de actitud, es claro que Phil Emery el Gerente General también está en grandes problemas, el contrató a Trestman y dejó a Lovie Smith (gran error en mi opinión). Este mandato de hecho inició mal cuando no se le ofreció un buen contrato a Brian Urlacher obligándolo a retirarse, pocos fanáticos estuvieron contentos, y hoy, no tengo duda, su liderazgo se extraña muchísimo.
El próximo fin de semana ante los Vikings en casa, donde Chicago aún no gana por cierto, será un nuevo reto para este equipo, una prueba importante para ver si de alguna manera se pueden levantar de este letargo, es complicado, aún ganando, si no es una victoria convincente.