Revista Opinión

Los pequeños y medianos empresarios se creen la élite, pero no lo son

Publicado el 21 marzo 2020 por Johnny Zuri @johnnyzuri
Los pequeños y medianos empresarios se creen la élite, pero no lo son

Es hora de que la mayoría de los empresarios (medianos y pequeños) se percaten de que no comparten la agenda con los más ricos. Es imprescindible que se unan y soliciten políticas que terminen con los monopolios y la desigualdad.

marzo 2020

Los pequeños y medianos empresarios se creen la élite, pero no lo son

La autora de esta argumentación, que comparto en gran parte, es analista política mexicana y doctora en Gobierno por la Universidad de Harvard.

Ella estima que los empresarios mexicanos, pero podríamos hablar de los de todo el mundo, piensan que son «la elite económica», mas es una aspiración más que una realidad: la mayor parte de ellos son una parte de la clase media o bien baja. Para pertenecer al 1 por ciento de los hogares más ricos de este país, pues precisarían tener ingresos promedio de por lo menos ochocientos setenta y dos mil pesos mensuales.

De ahí que, el empresario promedio en México debe solicitar políticas que se enfoquen a empoderar a la clase media en vez de proteger a quienes ostentan la mayoría de la riqueza del país.

No obstante, pese a la contundencia de los datos, el empresario promedio no admite que pasa por problemas económicos. Al contrario, ideológicamente, muchos de ellos ha cerrado filas contra las agendas redistributivas y los planes fiscales que aumenten los impuestos a los más poderosos, subsidios a la actividad productiva y, generalmente, a políticas que los favorecerían.

El gobierno mexicano ha contribuido a esta mala interpretación por sus fobias ideológicas. Con cierta frecuencia, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se refiere a los empresarios como la élite conservadora y los acusa de ser un conjunto de «influyentistas» que han hecho dinero al amparo del poder político.

Aunque es verdad que existen muchas fortunas en México que han sido hechas desde privilegios de mercado, amigazgos y relaciones con el poder, (En España se han hecho muchas también al calor de la izquierda) la verdad es que la enorme mayoría de los empresarios mexicanos son víctimas, no adjudicatarios, de esa forma de hacer negocios.

El empresariado debe articular una agenda política que suprima las desigualdades entre ellos y las limitaciones sistemáticas que les impiden medrar. Esta agenda debería buscar que se aumentara la colecta de los empresarios que pertenecen al 1 por ciento de manera que se tengan recursos para subsidiar apoyos para empresarios pequeños y se amplíen los créditos productivos a tasas preferentes. Y, sobre todo, se deben ampliar y facilitar los recursos legales con los que cuenta la Comisión Federal de Competencia Económica para eludir las concentraciones de mercado y los monopolios de manera que los pequeños negocios puedan competir.

Asimismo se debe sancionar a las compañías que no paguen en tiempo y forma a sus distribuidores pequeños. Es vital que el empresariado mexicano comprenda que las políticas que favorecen a los pocos empresarios más ricos los dañan a ellos.

Origen: La élite económica mexicana que no es


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