Que sí, que sí. Que ya sé que esta frase no era así. Pero que cada uno en su blog barre y limpia cuando quiere.
Hoy he visto en el blog de mi amigo Pablo Herreros un vídeo de lo más descriptivo y certero sobre el infierno de la prensa. Bueno, más bien sobre los tipos de periodistas malos -para tratar de ser buena periodista, diré que no sé si la descripción del infierno es certera porque no sé cómo es el infierno en realidad, aunque presumo que debe de ser lo más parecido al ambiente que se sufre en alguna que otra redacción-.
Yo no soy ni buena ni mala. Y a veces no sé ni si soy periodista. No sé si iré al cielo, al infierno, a todas partes o a ninguna. Pero sé que no quiero ser como ninguna de las especies de pseudoperiodistas que protagonizan este vídeo.
Y también intuyo que los periodistas buenos muchas veces se quedan en casa porque no interesan y los malos llegan donde quieren porque medran a su antojo. Penita de profesión.