Los periodistas no pueden ser especialistas en todos los campos. Su labor es otra, informar.
No puede ser que te sientes frente al televisor, enciendas la radio y aparezca, siempre, el desgastado formato de “debate” en donde en la mesa solo estén sentados periodistas que opinan de todo. Son expertos en cualquier materia y campo. Da igual que se hable de energía nuclear que de la “prima de riesgo” o de la prima del rey.Un ejemplo: estos días el foco y el interés ha estado centrado sobre Grecia, y no ha existido debate o programa en el que los protagonistas del mismo no fueran periodistas. Y lo más grave es que algunos ni han pisado Atenas, y por no conocer, ni conocen, ni tienen un amigo griego. Hablan teóricamente y desde la distancia del sentimiento griego, de como piensa y se siente ese pueblo, de los errores de su política, de soluciones, de su economía... puro artificio de imaginación. Así, cómo el anterior ejemplo, tenemos muchos casos. Si se habla de economía, no se invita a un experto económico, ellos tienen y conocen todas las fórmulas; si se habla del Ébola, apenas intervienen personas vinculadas con la sanidad o que hayan estado en los países en donde se desarrolló la epidemia; si se habla de política, ellos saben más que los propios políticos y aportan ideas y soluciones para cualquier problema. Los podemos ver en una cadena de tv por la mañana y al rato les escucho en la radio y por la noche aparecen en otro canal. Siempre los mismos. Y lo peor es que, de antemano, conoces como opinarán, en función de su color político (cosa mala en periodismo). Y es que valen lo mismo para un roto que para un descosido. Son expertos en todo.
"Los periodistas están para preguntar, no para opinar sobre todo" Juan Cruz @cosmejuan — Francisco Concepción (@FranCoescribe) julio 6, 2015Esta fórmula hace un flaco favor a la opinión pública, que al final acaba desinformada, informada a medias o erróneamente. El periodismo siempre ha sido el garante de la democracia y tiene una función muy importante. La sociedad, según estudios, no sabe separar, con éxito, la verdad de la mentira cuando habla un periodista; porque está programada para recibir la verdad, por ello lo delicado de su profesión.
Imaginemos a un médico de familia metido en un quirófano interviniendo a corazón abierto. A un dentista operando unas cataratas, o un fisioterapeuta transplantado un riñón. Cada profesional tiene su especialidad y un periodista tiene la suya: buscar, recolectar, elaborar y publicar en periodismo gráfico (prensa escrita), radial (periodismo radiofónico) audiovisual (televisión) y periodismo electrónico (Internet), información relativa a la actualidad, especialmente sobre hechos novedosos de interés social y público. Su base es la noticia. Y lo más importante: ayudar a la sociedad a destapar casos y hechos que muchas veces quedan tapados, cuando la policía, ni los jueces llegan. ¿Dónde quedaron aquellas figuras de gabardina que cada mañana pateaban la calle como sabuesos tras una exclusiva o tras la pista de un caso? Ahora se limitan, la mayoría, a realizar refritos de información sacada de internet y a preparar cuatro apuntes para participar de contertulios en los debates diciendo siempre lo mismo. Sin duda el periodismo que yo conocía era otra cosa. En la facultad de periodismo creo que no imparten la especialidad de ciencias políticas, medicina, economía, ciencias sociales, ni entre otras la especialidad sobre terrorismo... Como decía mi padre “zapatero a tus zapatos”. Si me hablan de cualquier tema quiero escuchar a los mejores profesionales sobre ese tema, o a individuos que por alguna razón (cercanía, ser parte implicada, estudios, etc.) pueden aportar valor al tema. Para escuchar opiniones genéricas me voy a un bar a tomar una caña. ;))
Hasta el próximoEditorial del domingo Artículo: Francisco Concepción
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