Hoy os traigo una nueva entrada sobre fallos cometidos a la hora de formular. En este caso concreto, la formulación de los peróxidos.
Cuando aprendemos a formular con óxidos y sales, nos enseñan que si la carga de la parte positiva de la fórmula y la carga de la parte negativa de la fórmula tienen el mismo valor absoluto, estas se pueden anular la una con la otra y no poner subíndices. Lo que se le llama simplificar. Esto es aplicable por ejemplo al óxido de hierro (II) y al sulfato de cobre (II).
Sin embargo, para los peróxidos esto no funciona así. Para el caso del peróxido de litio, entre otros, es muy tentador hacer esto:
El berilio sin embargo, como tiene las “las dos manos libres” se agarra a un oxígeno por cada mano. Resultando entonces: