Las nominaciones del Man Booker Prize, que premia a la mejor novela escrita en inglés del año en curso, son un excelente escaparate de la literatura emergente en las antiguas colonias, en particular de la India y África. Este es el caso de Los pescadores (2015), la primera novela del nigeriano Chigozie Obioma (Akure, 1986), que resultó finalista en la pasada edición y ha cosechado éxito en forma de traducciones a más de veinte lenguas y un mayor interés mediático. El autor, compatriota de Chimamanda Ngozi Adichie, ha vivido en Chipre, Turquía y, en la actualidad, en Estados Unidos, donde imparte clases de literatura y escritura creativa en la Universidad de Nebraska-Lincoln. Los pescadores narra la irrupción de lo mítico en la vida de unos hermanos nigerianos criados según los valores occidentales. El relato se desarrolla en un momento concreto de la historia del país —los años noventa, con el gobierno militar plagado de corrupción y la población profundamente desencantada— y puede leerse como una alegoría de la realidad social de Nigeria, un país donde los conflictos étnicos y políticos no han cesado desde su independencia.
Chigozie Obioma
El estilo, rico y descriptivo, está lleno de metáforas sobre la naturaleza que asocian a los personajes con animales (no siempre salvajes), un recurso que acrecienta la inmersión de los hermanos en ese «universo» irracional. A pesar de la influencia de la cultura autóctona, el contenido mítico bebe asimismo del relato bíblico y la mitología griega, sobre todo en el tema de la muerte y la redención. Los pescadores no es, desde luego, una novela amable, aunque, como las tragedias griegas, respira liberación gracias a su purificación final. Esta liberación reside en la confianza en el futuro, un futuro protagonizado por los niños que no se han enfangado en el río, una generación limpia que podrá dejar atrás el pasado. Esa historia, no obstante, todavía tiene que escribirse. De momento, muchos saludan a Chigozie Obioma como el heredero de Chinua Achebe (Todo se desmorona), al que cita explícitamente en el libro. En un panorama literario en el que hay tantas obras escritas en lengua inglesa de género entre realista y posmoderno, una propuesta mítica como esta de Chigozie Obioma se recibe como un feliz soplo de aire fresco al que habrá que seguir prestando atención.