En realidad el mañana no existe. Es una suposición inmutable, pero inexistente. Es una proyección de nuestros deseos. Alan Watts expresó que "los planes del mañana pueden carecer de sentido al menos que estemos plenamente conectados al presente, dado que vivimos el presente, y sólo en el presente, no hay más realidad que la realidad presente". No descubrió la pólvora porque ya en la filosofía hindú, mesopotámica, griega y romana, y en casi todas las civilizaciones antiguas, se encuentran llena de pensamientos sobre vaguedad de la idea del futuro, y el futuro empieza a cada minuto que pasa del que no hemos pasado. Y Mañana es una eternidad. Y sin embargo, seguimos pensando en planes para mañana. O sea para la eternidad. Es inevitable. Empezaré por hoy, y mañana ya veremos cuando sea hoy, y lo intentaré olvidar cuando sea ayer. A pesar de que el post deambula por una cuerda floja de física cuántica, simplemente, tenga una pértiga para mantener el equilibrio y avancen paso a paso sin mirar hacia el abismo. Todo es cuestión con el ojo con que se miran las cosas. Hoy hace un buen día. No lo dejes escapar por planes para manaña. Que ya llegará.