Los Planetas a través de sus videoclips

Publicado el 19 febrero 2012 por Gritanlosdedos

Ahora que el grupo granadino Los Planetas cumple sus dos décadas de vida musical nada parece mejor que atisbarlos desde un catalejo. Veinte años han dado para mucho. En el escenario, en sus discos, en sus proyectos simultáneos, etc. Pero, ¿qué hay de esas pequeñas historias en movimiento, esos videoclips que poco aclaraban sobre sus canciones?

El grupo que abanderó el movimiento indie cantado en castellano tiene para todos los gustos. O como se dice coloquialmente para dar y tomar. Les presentamos una selección de lo más reseñable de su trayectoria:

El primero de sus videoclips, que ya da las directrices de la personalidad de la banda, es realizado por Jesús Franco, director español de películas de serie B, que también encontró un hueco en el trabajo de Los Planetas. El vídeo de Himno generacional nº83, bajo la dirección de Franco, refleja perfectamente la cultura de un cine perseguido por la censura. En concreto, el director se sirve de sus dotes más sangrientas para plasmarlas en un mini concierto a sala cerrada. Un video que hace honor a una canción efímera que no puede llevar título mejor. Muy noventero, imprescindible para seguir la trayectoria de la banda granadina.

Fue también en 1996 cuando encontramos otro claro exponente de retrato social de los noventa. Los Planetas grabaron David y Claudia, menos original que el primero pero también con una tendencia a desmarcarse de toda la esfera musical de la época. En este mismo año sale también Qué puedo hacer. Un vídeo algo mejor más simpático que el anterior y de mejor calidad. Otro guiño al cine con estas fantásticas escenas persecutorias.

Dos años más tarde, ya en 1998, volvemos a encontrarnos con un videoclip no demasiado rompedor. En La playa podemos ver cómo el juego de solarizar la imagen se convierte en el único recurso de este vídeo. Los Planetas aparecen en una noche veraniega en mitad del campo.

Pero Los Planetas nos vuelven a sorprender a un año de entrar en el nuevo milenio con Prueba esto. Esta vez el escenario elegido es un monasterio. Desde aquí, los de Granada lanzan un mensaje insinuante. El título de la canción ya dice bastante. Es un canto a la experimentación vital y un no a la abstinencia en todos los sentidos. Prueba esto nos vuelve a hablar de temas universales. De las cosas de las que nos arrepentimos que alguna vez hemos hecho en el pasado o de las que puedes arrepentirte si no suceden. El videoclip a pesar de no contar con recursos especiales está bien resuelto. Entretenido pero no inolvidable.

Siguiendo esta senda de las tentaciones toca parón en el camino. Santos que yo te pinté vuelve a hablarnos de ellas. Pero de un modo más explícito y auténtico. Los Planetas buscan perfilar el coqueteo con las drogas en una espléndida canción extrapolable a cualquier otro asunto. El peligro, el tenebrismo y el ocultismo son los principales ingredientes de este gris videoclip. Espléndido pese a todo.

Cambiamos de tercio. De las drogas pasamos al interior de un supermercado y a la calle en sí. Si miramos en conjunto todos los videoclips de Los Planetas no hay duda que uno de los más geniales y divertidos es Nosotros somos los zíngaros. Rodado después del atentado de las torres gemelas (de ahí su guiño) y donde los actores fueron sometidos a un duro casting por el elevado riesgo al que se sometían (juzguen por ustedes mismos). Bromas aparte, es un vídeo desternillante a la par que crítico y muy original. Memorable en grado sumo ese baile apoteósico del final. De lo mejorcito.

Aunque no brille como videoclip por su espectacularidad, la competición en la pista de karts de Pesadilla en el parque de atracciones no podía faltar. Para los seguidores más fieles y para los no tanto, esta canción se ha convertido en todo un himno del grupo. Una canción descarnada, cruel y muy sincera. El vídeo merece sólo por volverla a escuchar.

Al videoclip de Corrientes circulares en el tiempo le pasa algo parecido al anterior: no llega a despegar. Pese a situarnos ante una nueva realidad para hablarnos de la complejidad social en el tiempo y el espacio no es un video con mucha chicha que digamos. Es repetitivo y resulta cansino. Nos hace recordar otros trabajos audiovisuales como el del afamado single Un buen día, que puesta la imagen no llevan a nada más. Quizás podría decirse que son videoclips lentos, a su aire, que buscan acercarse a un paradigma de imagen de grupo y no al público, vertiendo una nueva interpretación. Lo único que salvan estos videos son sus respectivas canciones. Ambos son videoclips para amantes de la banda.

En Y además es imposible vemos la otra cara del grupo. Esos fogonazos de genialidad que impregnan otro tipo de videoclip cultivado por Los Planetas, el del género de la animación (San Juan de la Cruz). Además de una canción con un mensaje profundo (de su discografía de las que más tocan el corazoncito) el videoclip no tiene desperdicio. Ameno, sencillo y reseñable.

Llega el año 2007 y el videoclip de Alegrías del incendio sale a la luz. Es un video provocador y ocurrente. En determinados momentos el espectador puede llegar a preguntarse si está ante un anuncio de preservativos o, realmente, ante un videoclip. Pese a ello, es un video coherente con su perspectiva, que rompe con la estela de videos comerciales con censura y donde las escenas en la cama son vistas desde múltipes prismas: el humor, la ternura, el jugueteo. La diversión siempre está en su horizonte.

Por mucho que una canción guarde los muebles hay videoclips que no pueden salvarse. Y en la cara negativa de los vídeos de Los Planetas estaría Reunión en la cumbre, que no llega a dar el callo. Son algo más de tres minutos aburridos, monótonos y más que predecibles. Quizás lo destacable del videoclip es algo que ya está en la letra: la crítica al sistema establecido y al reparto de la riqueza.

Su último videoclip No sé como te atreves aspira a ser un videoclip más convencional aunque sin perder ese punto personal de contar una historia y meternos dentro de una atmósfera única. Esta vez la banda planetaria opta por una historia de fuga y final fatal al estilo de las historias de adolescentes de películas como Rebelde sin causa.

María José Gata