Arrancó la campaña electoral para las elecciones del 20 de diciembre. Una campaña que se sustenta en el dinero conseguido por cada partido que se presenta a ellas. El PSOE piensa gastar 9 millones de euros; Ciudadanos estima que su coste se moverá sobre los 4,5 millones de euros; IU se mueve en los 2.5 millones y Podemos tiene un tope de 2 millones. Los partidos buscan la captación de votos y hacen llegar sus programas a todos los rincones de España. El único que no ha ofrecido datos oficiales sobre lo que gastará hasta el 20D es el PP, aunque prometió transparencia, limpieza, austeridad. En las pasadas elecciones de 2011 el PP gastó 13,8 millones de euros, más casi otro millón con sus distintas coaliciones: UPN en Navarra, el PAR en Aragón y Extremadura Unida. El PSOE, con Alfredo Pérez Rubalcaba como candidato a la presidencia de gobierno, un total de 12,7 millones de euros. Cuatro años después, los socialistas reducen su inversión en un 30%. Los llamados partidos emergentes no disponen de tanto presupuesto, por lo que buscaron dinero para afrontar con garantías la campaña, negociando préstamos bancarios y realizando campañas de captación de dinero entre sus afiliados y simpatizantes. Sólo el PP se cierra en banda. Después de la campaña, repite Jorge Moragas, responsable de campaña, ofreceremos las cuentas claras. Una vez más, demasiado tarde. Aunque tal vez sea la manera de evitar protestas y ahorrarse escándalos antes de hora.
Ciudadanos confirma que pidió 4 millones de euros de préstamo y busca ingresos extras con campañas de micromecenaje (crowfunding). Podemos se mueve en los 2 millones de euros logrados a través de las aportaciones de sus simpatizantes, que ingresaron cantidades que van entre 100 y 10.000 euros y que el partido promete devolver cuando reciba la subvención del Estado por sus resultados electorales. Una de sus señas de identidad desde su fundación fue su negativa a negociar con entidades bancarias. Recaudó algo más de 2 millones de euros para las autonómicas de mayo del 2015 y 400.000 para las andaluzas de enero de este año. Por su parte, IU tiene un tope de 2,5 millones de euros, muy lejos de los 6 invertidos en el 2011. Dinero conseguido gracias a un crédito bancario que podrá devolver sin problemas gracias a las subvenciones que recibirán tras los comicios. El Estado subvencionará con 21.167,64 euros cada escaño del Congreso y del Senado que los partidos políticos obtengan en las elecciones del 20 de diciembre, lo que supone 465,69 euros menos que en los anteriores comicios. Por otra parte, se subvencionará con 0,81 euros cada uno de los votos obtenidos por cada candidatura al Congreso, siempre que al menos uno de sus miembros obtenga escaño de diputado. En el caso del Senado, la subvención será de 0,32 euros por cada uno de los votos obtenidos por cada candidato que obtenga escaño de senador. En las anteriores elecciones generales, la subvención fue de 0,83 euros por voto obtenido por cada lista al Congreso y 0,33 euros por voto a cada candidatura al Senado.
Según algunas encuestas públicas, los votos conseguidos se repartirán entre PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos, igualando su número en las principales provincias. Dos encuestas, de El País y ABC, así lo reflejan. Según el primero, incluso PP, PSOE, Ciudadanos y Podemos se igualan en número de escaños en las provincias con mayor población. El 50% de los españoles residen en 100 grandes ciudades. En las cinco provincias más pobladas de España –Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla y Alicante–, cada uno de los cuatro principales partidos (PP, PSOE, Ciudadanos y Podemos) obtendrían entre 22 y 26 escaños. El PP obtendría entre 24 y 25 escaños; el PSOE, 24; y Ciudadanos, entre 22 y 26; y Podemos, con 23 ó 24 actas. El PP perdería, según esta encuesta, la mitad de los escaños que logró en las últimas elecciones generales, mientras que los socialistas se dejarían una decena de escaños. Izquierda Unida, que consiguió cinco escaños en las pasadas elecciones, ahora alcanzaría, como máximo, 3. En el caso de UPyD la situación es peor, ya que perdería sus cinco escaños. En Madrid, el PP obtendrá 11 escaños, cuando hace cuatro años consiguió 19. Ciudadanos alcanzaría entre 9 y 10 diputados, mientras que el PSOE baja de 10 a 7. Podemos se haría con 7 escaños, gracias al voto de antiguos electores del PSOE e IU. Esta última se quedaría sólo con un diputado en la capital. En Barcelona, la plataforma Comú Podem, que integra Podemos, sería la fuerza más votada (con 7 u 8 escaños), seguida por Ciutadans con 6 ó 7. El PSC podría obtener 6 escaños en la lista que encabeza la exministra de Defensa, Carme Chacón. El PP se quedaría con 3 escaños en tanto que Democracia y Llibertad (antes Convergencia Democràtica de Catalunya) empataría a 4 escaños con Esquerra Republicana. En Valencia, los cuatro partidos conseguirían resultados similares y lo mismo ocurriría en Alicante. En cambio, en Sevilla, el PSOE ganaría, con 5 escaños, seguido del PP con tres, y Ciudadanos y Podemos se quedarían con un diputado cada uno.
De acuerdo con el sondeo de ABC, el PP sería el primero en 13 regiones, pero no obtendría mayoría absoluta en ninguna de ellas. El PP sería el primer partido en Aragón, Asturias, Baleares, Canarias, Cantabria, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Comunidad Valenciana, Galicia, Comunidad de Madrid, Murcia, Navarra y La Rioja, además de Ceuta y Melilla, mientras que el PSOE se mantendría fuerte en Andalucía y Extremadura. En la primera, lograría 22 diputados. El PP andaluz llegaría a los 20-21 escaños en las ocho provincias de esta Comunidad, y Ciudadanos se quedaría en una horquilla de 11-13. Podemos sumaría seis diputados e IU estaría al borde de la desaparición. En Extremadura, el PSOE sería el primer partido con cinco diputados, frente a los cuatro del PP y el único representante que ganaría Ciudadanos, según el sondeo de ABC, que se esmera en dibujar un hundimiento de los socialistas en favor del ascenso de Ciudadanos. En Castilla y León, Ciudadanos sería la segunda fuerza (8 ó 9 diputados), detrás del PP (15 ó 16) y por delante del PSOE (7). Los socialistas, sin embargo superarían a la formación de Rivera en votos gracias al respaldo de provincias grandes como Valladolid. En la Comunidad Valenciana, Ciudadanos empataría en el segundo puesto con la marca regional de Podemos (7 escaños cada uno), por delante del PSOE (6 o 7) y por detrás del PP (11).En Madrid, detrás del PP (13 diputados) quedaría Ciudadanos, con ocho escaños. En tercer lugar se situaría Podemos (7-8), mientras que el PSOE se quedaría en la cuarta posición (6-7). En Murcia y La Rioja, PSOE y Ciudadanos empatarían en el número de diputados: dos en la primera, uno en la segunda. Y, en el País Vasco, el PNV conseguiría cinco escaños y Bildu (cuatro diputados), Podemos (cuatro), PSOE (tres) y PP (dos). Ciudadanos se quedaría sin representación.
Dos días después, otro debate en TVE, sobre la creación de empleo y las propuestas como el contrato único, la lucha contra la corrupción, la solución al desafío independentista o la estrategia contra la violencia de género. Esta vez fueron nueve los candidatos que intervinieron: Pablo Casado (PP), Antonio Hernando (PSOE), Miguel Puig (Democracia i Llibertat), Montse Surroca (Unió), Alberto Garzón (IU-Unidad Popular), Andrés Herzog (UPyD), Aitor Esteban (PNV), Íñigo Errejón (Podemos) y Marta Rivera (Ciudadanos). Pero Garzón y Errejón lideraron y animaron el debate de todos contra todos. Errejón –con chaqueta– evitó el cruce de descalificaciones con Hernando, el representante del PSOE –este hizo lo propio–, centrado en denunciar las políticas del PP pero yendo más allá a la hora de reclamar “una nueva forma de hacer las cosas”. En este sentido, en su minuto final, igualmente, muy bien preparado, reivindicó el espíritu “que hizo salir a las calles y plazas a miles de indignados que reclamaban cosas de mucho sentido común. Con ese espíritu –dijp, al final– vamos al 20D”.
Desde Alicante, Alberto Garzón, de Unidad Popular-Izquierda Unida, pidió apoyos para frenar a la derecha y criticó que el PP “sólo mira a los barrios ricos” con sus políticas. Garzón quiere dejar fuera a “la nueva derecha”, en referencia a Ciudadanos. “No prometemos milagros sino lucha política en las instituciones y en la calle” aseguró. El político malagueño acusó a Mariano Rajoy, de ser un “pésimo cuentacuentos” que “no pisa la calle” y que trata de convencer de que “la recuperación económica está en las casas”. Garzón fue aplaudido por unos 2.500 militantes y simpatizantes que interrumpieron en numerosas ocasiones con gritos de “presidente, presidente”. El candidato de UP/IU denunció “las mentiras de la oligarquía y de los gobiernos, como el del PP”, que tratan de hacer creer que “hemos superado lo peor” de la crisis económica. “Da la impresión –dijo– de que el PP, con Rajoy a la cabeza, vive en un país de fantasía, que no pisa la calle y no ve la realidad que sufre una mayoría social: los desahucios, el desempleo, la precariedad, la miseria y la desigualdad. El PP sólo mira sus barrios ricos o, quizá, esté viendo ese país de fantasía que relatan sus cuentos”. Para Garzón, las privatizaciones y los rescates a la banca demuestran que las políticas sociales dependen de un problema de voluntad política y no económico, ya que el Ejecutivo de Rajoy “prioriza a sus amiguetes antes que a su pueblo”. Afirmó que la izquierda “resulta incómoda por lo que dice” y aseguró que UP-IU tiene la “coherencia de la gente comprometida que no cambia su discurso al calor de las encuestas”. Recordó que muchas personas se ven obligadas a concatenar contratos con un salario muy bajo, mientras que hay más de 130 banqueros que cobran 2.300 euros al día y casos como el presidente de Iberdrola, José Ignacio Sánchez Galán, que cobró 44.000 euros diarios durante 2014. Afirmó que en España “mandan quienes no se presentan a las elecciones. No la alcaldesa de Alicante (la popular Sonia Castedo) sino otra gente que se esconde entre bambalinas. Si el presidente hubiera sido Florentino Pérez, nos habríamos ahorrado un intermediario, Rajoy”.
Mariano Rajoy visitó el mercado del Olivar de Palma de Mallorca, antes de su mitin en el Parc de la Mar, donde participó en el acto principal de su visita. Pero, allí solo acudieron tres centenares de simpatizantes y militantes, la mayoría de avanzada edad, con un dispositivo policial calificado de “exagerado”. Miquel Vidal, presidente del PP en Baleares, abrió el mitin, agradeciendo al presidente del Gobierno su presencia y ensalzando el trabajo realizado durante estos cuatro años. Aseguró que “a pesar de todo, ha valido la pena” y que Rajoy “ha salvado el estado de bienestar y la España del rescate”. Rajoy dijo que con las ecotasas “no se gana nada y que son una equivocación”, en alusión al impuesto del turismo sostenido por el Gobierno insular en Baleares. Un mitin atípico, breve, mal preparado y sin las masas acostumbradas.
Iglesias y Errejón, en un Palma Arena repleto. Podemos, por el contrario, abarrotó las 5.000 plazas del velódromo Palma Arena por el cual el presidente Matas fuera procesado. Una hora antes del mitin al que acudió Pablo Iglesias, la cola para entrar llegaba a la calle General Riera. Eran 500 metros de simpatizantes capaces de atestar ese pabellón. Desde ZP, en 2008, ningún candidato se había atrevido a intentar llenarlo. Podemos lo intentó y lo llenó. Algo chirriaba en la realidad que cocinaban las encuestas de intención de voto. Los políticos decían que el PSOE, Podemos y Ciudadanos empataban en Balears, por detrás del PP, pero allí no se respiraba a empate, sino de una clara victoria de Podemos. Y Pablo Iglesias entró triunfal, dando gracias al personal al ritmo de la banda sonora de Cazafantasmas.
Alberto Magro escribe en el Diario de Mallorca: “‘Coleta morada´ llegaba media hora tarde y esta vez sin guitarra, pero a juzgar por la algarabía, los gritos y la euforia, llevaban años esperándolo. A esa tesis se apuntaba la estrella de los debates de Podemos, que no es Pablo Iglesias, sino Iñigo Errejón, pura efusión verbal, un torbellino dialéctico que ametralla al mismo ritmo implacable en castellano y en catalán, para alegría de la marea verde, presente en el mitin y quizá ausente el 20 de diciembre en las urnas de Més. Para más señas, entre la concurrencia aplaudían rostros y excandidatos de Més, quizá la próxima víctima de la tiranía del voto útil. A ese granero de votos apuntaba Podemos en Balears, con el juez y candidato Yllanes a la cabeza. Madrileño de cuna, sevillano de raza, mallorquín de adopción y nacionalista por parte de yerno y candidato de Més, Juan Pedro Yllanes se animaba con un catalán entreverado de acento andaluz para arengar desde el escenario a una marea de camisetas verdes como la que él mismo lució antes del mitin. Lo mismo hacía Errejón y su incontinencia política verbal, de tal calibre que sus quince minutos de discurso dejaron más ideas que las dos horas de debate televisivo a cuatro voces el día anterior. Dijo tanto que aquí no hay sitio ni para resumir su diatriba contra la corrupción y la casta a la que ya no llaman casta, ni para enumerar las veces que esa ‘gente le aplaudió, harta de estar harta’ que, cuando se harta de hartarse, le adora”.
Enric Sopena recuerda y critica, en ElPlural.com, los argumentos del PP: “Soraya Sáenz de Santamaría, vicepresidenta durante casi cuatro años del Gobierno de España en serio, es probable que se haya orientado, ahora, entre emociones diversas y algunos que otros gozos, a desempeñar el papel de heredera. Sin complejos. Y todo ello, trasladando a Rajoy esta conmovedora y hermosa petición: ‘Mariano, ruegan los nuestros que no les abandones en medio del hundimiento de tu querido Partido Popular’. Resulta desagradable –comenta Sopena– oír y ver a la vicepresidenta, siguiendo las directrices de su jefe y señor. Muchos de los argumentos utilizados por Soraya para difundir las maravillas del paraíso popular no son ciertos. Son sólo un ramillete de mentiras. Es una falsedad total reiterar hasta el hastío, que la espléndida política de Rajoy, dirigida a demostrar que él sí vencería a la crisis, se ha hecho realidad. Como es también falso que el PP sea ahora, como dice la vicepresidenta, el partido más honrado del mundo. La trama Gürtel ha desaparecido, según Rajoy y Soraya. Y aquí no ha pasado casi nada. Es bochornoso observar en numerosas encuestas que la derecha popular puede ser el partido ganador del domingo día 20 de diciembre. Y mientras tanto, Don Mariano a divertirse en su faceta de locutor de fútbol en la COPE. Por si fuera poco, el eslogan electoral que el PP se ha sacado de la manga dice así: ‘PP, España, en serio’. ¿Es que, hasta ahora, España estaba de broma, señor Rajoy?”.
El Confidencial publicaba el pasado viernes una encuesta demoledora para el PSOE. Según este sondeo, el PP ganaría las elecciones con un 26,7% de los votos; Ciudadanos sería la segunda fuerza, con el 23,2%; Podemos ocuparía la tercera plaza, con el 19,1% y PSOE sólo obtendría el 17% de los votos. Finalmente, IU (UP) llegaría al 6,3% de apoyo. Esta encuesta confirmaba la remontada de Podemos, que, en octubre, tenía sólo un 13,8%. Y, por supuesto, adelanta al PSOE. Podemos era la fuerza más votada en intención directa de voto con el 12,3%. Segundo, Ciudadanos (12%); tercero, el PP, (11,8%) y el PSOE se quedaba más rezagado (9,6%). Los dos partidos emergentes desbandan el bipartidismo del PP y del PSOE. El sondeo recogía el efecto que tuvo el debate a cuatro del lunes, en Atresmedia. La gran sorpresa era el acelerón que daba Podemos en el ecuador de campaña electoral. El partido de Iglesias le robaba votos directamente al PSOE, que se descalabraba y se veía relegado a cuarta fuerza política, con un 17%, casi cuatro puntos menos de lo que cosechaba en el barómetro del CIS. Pedro Sánchez, al que muchos vieron como perdedor del debate, se desinflaba y se jugaría su última carta en el cara a cara del lunes, 14, con Mariano Rajoy, en la Academia de Televisión. Ya muy por detrás quedaba Unidad Popular-IU, con un 6,3%, aunque lograba una fuerte subida con respecto a lo que auguraba el CIS. La encuesta demostraba que Pablo Iglesias había convencido con su discurso a los telespectadores y había atraído hacia Podemos parte del voto indeciso de izquierdas que todavía siguía en el aire. La encuesta remarcaba que todavía había un 26% de los entrevistados que no sabía aún a qué partido iba a votar el 20D.
En estos momentos de la historia de España y de la campaña electoral –escribe Patxi Ibarrondo en “LQSomos” bajo el título “El Gran Debate”–, deberíamos preocuparnos de que no nos insulten o tomen el pelo desde arriba con tanto descaro. En las esferas, donde andan los amos de la Comunicación, se ha decidido y puesto en marcha el dispositivo denominado el Debate Decisivo. Todo lo demás que ha sucedido durante la desgraciada legislatura de presidencia de Rajoy queda proscrito por la rutilancia de los focos y cámaras. La parafernalia. La corrupción a mansalva, el mangoneo con los jueces, los desahucios manu militari con patada en la puerta, el pringoso caso Gürtel, la Operación Púnica, el caso Emperador, los capitales sumergidos y los viajes a Suiza para evadir o blanquear la pasta del choriceo nacional, la Corona escandalosa que abdica sin que sepamos muy bien por qué y en qué medida, aunque lo podamos suponer fácilmente, leyendo los chistes de los humoristas, los radicales recortes de la Sanidad y la Enseñanza Pública, para postrar las aulas y los quirófanos a los pies del Opus empresarial. La televisión es poderosa. El Gran Debate es la Gran Sinfonía del Dinero. Un plató donde los anunciantes pagarán millonadas por poner unos segundos su publicidad. Aquí, en este circo, no saldrá una idea nueva y beneficiosa para el común. Eso y la política es lo que menos importa. Lo que verdaderamente importa es el espectáculo. El morbo de ver a los gallos del corral político picotearse entre sí y agredirse con el espolón del adjetivo descalificativo. Los Partidos hacen sus apuestas a ganador. Nadie puede sustraerse salvo el presidente que ostenta el título. Los otros son los aspirantes y buscan eco. No importa lo que se diga sino quien grita alto y más rápido”.
Esta vez, cuenta El Jueves, es Soraya quien envía a Rajoy al debate del lunes. Otras fotomontajes de esta semana: A ver a quién votáis; A Rajoy le crecen los enanos del circo en que se ha convertido su partido; Nada contra las ballenas; Pedro Sánchez, enamorado de sí mismo; Tic-tac, tic, tac…; ciudadanos en crisis; Ciudadano Populares y Votar y botar.
El humor de esta semana. Qué pasa en la rue de Génova, 15? Otros humoristas: Si la propaganda electoral hablara claro, Entre capullos y gaviotas, M. Fontdevila, El Roto, Peridis, Forges, Vergara, Pat, Juan Carlos, Ferrán, Eneko…
Terminamos con ocho vídeos electorales. El primero es el minuto de oro de Pablo Iglesias.
El segundo, el debate a 9.
¿Creíais que el presidente del gobierno, Mariano Rajoy, no estaba en el Debate Decisivo de Atresmedia? Estábamos equivocados. En 'El Hormiguero 3.0' os demostramos que el líder del Partido Popular sí estaba en el Debate del año.