Por Hogaradas
Los polvos compactos celebran su 150 aniversario convertidos en un elemento imprescindible en todo neceser de maquillaje.
Desde entonces se ha conseguido en uno de los grandes aliados de la belleza por su acabado cuidado y mate en nuestra piel, evitando los antiestéticos brillos.
Además de matizar, unificar y suavizar la piel, los polvos consiguen que la base de maquillaje se fije mejor a la piel y permanezca intacta durante más tiempo.
A la hora de aplicarlos debemos tener en cuenta el efecto que queremos conseguir, de modo que para un look natural lo haremos con la ayuda de una brocha, difuminándolos por todo el rostro, pero si lo que buscamos es un acabado impecable, utilizaremos una pequeńa esponja, porque así nos quedarán fijados en la piel.
En cuanto al color, deberemos elegir un tono más claro que el de nuestra piel, ya que con el paso del tiempo ésta tiende a oscurecerse al impregnarse de sebo.
A la hora de aplicarlos debemos también pensar en la forma de nuestro rostro.
Cara alargada: Si tienes una barbilla demasiado pronunciada intentarás suavizarla, así que aplica unos polvos de tonalidad natural y similar a la de tu piel con la ayuda de una brocha. Dale el toque final a tu maquillaje con un tono profundo de colorete en la zona.
Cara cuadrada: Aplícalos desde el centro de las mejillas descendiendo hasta los contornos de la mandíbula, y no olvides el colorete en los pómulos.
Cara redonda: Disimula tu rostro redondeado jugando con los polvos en los pómulos, aplicándolos en dirección ascendente hacia las sientes. Utiliza un tono más profundo para contornear la zona de la mandíbula y uno más claro para destacar la barbilla.
Fotografías - www.astorcosmetics.com/es