Los portugueses frenan los recortes

Publicado el 23 septiembre 2012 por Rgalmazan @RGAlmazan

Mucho ha costado. Sangre, sudor y lágrimas. Varias etapas de recortes, de disminuir el nivel de vida de los portugueses de forma dramática, el gobierno luso guiado por la Troika había amenazado, de nuevo, con más recortes sociales.

Ante esas expectativas que seguían recorriendo el camino de la miseria, los portugueses se han lanzado a la calle. Varias manifestaciones que han ido in crescendo, desde el día 7 de septiembre, en el que se anunció la subida de la Seguridad Social a los trabajadores –lo que les suponía un 7% menos de media en los salarios-- y la bajada de la misma a los empresarios, han desembocado en una reunión del Consejo de Estado –institución que se reúne en casos excepcionales— que ha acordado que se estudiarán otras medidas alternativas.

Sin duda la presión de la calle ha surtido efecto, las manifestaciones han hecho retroceder al gobierno de Passos Coelho y, por primera vez en esta crisis, hacerle rectificar en su política de recortes. El gobierno portugués y la Troika han perdido la primera batalla en Portugal.

Una señal que ha de animar a los otros países mediterráneos a aumentar la presión social, a concurrir a las manifestaciones, a salir a la calle constantemente. Porque, aunque desde las fuerzas mediáticas reaccionarias, sientan repelús y rechacen las manifestaciones –menos las de los obispos y la derecha ultramontana, a las que bendicen en España—, el ejemplo de Portugal nos hace ver que sirven y que pueden hacer parar, al menos en parte, el desastre que nos está cayendo.

En Portugal, los gobiernos recuerdan bien lo que los ciudadanos pueden ser capaces de llegar a conseguir. Sin duda, el miedo a una nueva “revolución de los claveles” ha podido hacer rendirse a este gobierno, que por primera vez tiene que buscar alternativas y no seguir adocenado las órdenes de la maldita Troika.

Justo es de reconocer la envidia que nos provoca el pueblo portugués, capaz de haberle parado los pies a su gobierno, mientras nosotros, más bien parece que rendidos ante lo inevitable, quedamos resignados esperando los próximos recortes que nos llegarán, con el que parece ineludible rescate que ya se está negociando.

Por otra parte, es justo reconocer que la patronal portuguesa también se ha manifestado en contra de las medidas, a pesar de que les rebajaban la cuota que pagan a la Seguridad Social, por entender que serían contraproducentes y que frenarían el consumo, haciendo más honda la crisis portuguesa.

¿Alguien se imagina que nuestra CEOE protestara cuando le bajaran las cuotas de la Seguridad Social? Yo no, desde luego. Estarían encantados con pagar menos. De hecho, no hay más que ver lo que opinan hoy. Toda su pretensión es que no suban los sueldos y que se bajen las cotizaciones empresariales a la Seguridad Social, aún a sabiendas de que eso provoca más paro y penaliza el consumo.

Los grandes empresarios no rechazarían una medida así ni de coña. Quienes estarían en contra serían, como ha ocurrido hasta ahora, las pequeñas y medianas empresas, que son junto con los trabajadores los que están pagando esta crisis. La CEOE estaría encantada y aplaudiría, como ha hecho hasta ahora, las medidas impuestas por el gobierno que tan mal resultado han dado para el país, sin duda más recortes. Al fin y al cabo, hasta ahora lo que sin duda se ha conseguido es un mercado laboral que ha rebajado los salarios y las condiciones de los trabajadores, que ha aumentado el paro y cuya flexibilidad se resume en que hoy, salvo raras excepciones, todos los contratos son precarios.

Valga el ejemplo portugués para que nos haga ver que es posible, si todos los perjudicados estamos dispuestos a protestar en la calle, cambiar la dirección de estas políticas de recortes insoportables, impuestas por gobiernos manejados desde Berlín o Bruselas. Sin duda, seguir en la lucha es nuestro único activo capaz de conseguir ese anhelado cambio político. ¡Un hurra por los portugueses!

Salud y República