Los prebióticos en la infancia mejoran la salud cerebral en edad adulta

Por Pequelia @pequelia

Se han realizado muchas investigaciones sobre los probióticos (alimentos funcionales que se definen como ingredientes digestibles que no afectan al organismo mediante el crecimiento y actividad de bacterias en el colon mejorando la salud) y los beneficios que ofrecen a la infancia, mejoran la flora intestinal de los niños que sufren obesidad, reducen los efectos de la dermatitis atópica, son beneficiosos para prevenir la infección aguda en los niños, etc.

Ahora hay que sumar un nuevo beneficio, según una investigación desarrollada por expertos de la Universidad de Oxford (Reino Unido), los prebióticos en la infancia mejoran la salud cerebral en edad adulta. Aunque el estudio se ha realizado con roedores de laboratorio, los resultados se pueden trasladar a los seres humanos, pero como suele suceder en estos casos, se deberá analizar el efecto que tienen los prebióticos en niños de edad escolar y concretamente en aquellos niños que sufren ansiedad o estrés.
En la investigación se utilizó un producto prebiótico patentado denominado Bimuno galactooligosacáridos (BGOS), del que podéis conocer más detalles en esta página. En el estudio se ha demostrado que este prebiótico administrado al poco de nacer, modula la expresión de moléculas clave que están involucradas en la cognición, en diversas enfermedades y en posibles trastornos neuropsiquíaticos, sus efectos se mantienen hasta que los roedores alcanzaron la edad adulta. Los especialistas explican que mejoran la expresión de proteínas clave en el funcionamiento normal y la conectividad neuronal del cerebro.

En estudios anteriores se había demostrado que los roedores que carecen de proteínas clave como los receptores NMDA o NMDAr (de N-metil-D-aspartato), que actúan como componentes prioritarios en la plasticidad neuronal y memoria, o el factor neurotrófico derivado del cerebro o FNDC, proteína que actúa como factor de crecimiento de la familia de las neurotrofinas asociadas al factor de crecimiento nervioso, tenían un comportamiento cerebral anormal, pero gracias al prebiótico indicado se lograba normalizar la expresión génica y el comportamiento de los roedores, aunque estos resultados sólo se obtenían si se introducía el prebiótico en la infancia.

Los nuevos resultados no hacen más que demostrar que la introducción de prebióticos en la infancia no sólo mejora la salud del sistema digestivo, también favorece el buen funcionamiento neurobiológico en edad adulta. Por lo tanto, se puede desarrollar una línea de actuación en los niños, a través de una intervención dietética se podría ayudar a mejorar la conectividad neuronal y la salud cerebral.

En la investigación se trabajó con 48 crías lactantes de roedores de laboratorio que se dividieron en dos grupos, uno recibió el suplemento prebiótico Bimuno galactooligosacáridos, y el otro actuó como grupo de control. El primer grupo experimentó un aumento de las proteínas clave para una función neuronal normal, estos efectos se prolongaron hasta que los roedores alcanzaron la edad adulta. De todos modos, los expertos comentan que han de llevar a cabo más investigaciones, ya que consideran que los prebióticos pueden influir en otras funciones.

Como decíamos al principio, ahora se están esperando los resultados de un estudio realizado con un grupo de niños en edad escolar que sufren ansiedad o estrés para comprobar si el prebiótico puede reducir los efectos de la ansiedad o el estrés y mejorar el rendimiento escolar. Lo cierto es que hay mucho que investigar, por lo que aun tardaremos en conocer más sobre las líneas de trabajo que los expertos han puesto en marcha, podéis conocer todos los detalles de la investigación a través de este artículo publicado en la revista científica Synapse.

Foto | treehouse1977

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