Para abrir boca. Recordemos lo que decían estudios especializados hace muy pocos años, en este caso proceden de BP, una de las grandes petroleras mundiales. La cuestión energética es un buen ejemplo de realidad contradictoria, poco lineal y poco absoluta. Desde aquellas crisis energéticas de los setenta cuando mucha gente aventuraba un pronto final a la era del petroleo, aprendí un aspecto fundamental a la hora de aproximarme al tema de los hidrocarburos: la existencia de más o menos reservas estaba ligado al precio, por tanto su aparente inmediata desaparición, no estaba tan cercana; han pasado 40 años y aquí seguimos.
Había mas o menos petroleo en función del precio que se fijara de rentabilidad; con los costes de producción (x) se podían estimar unas reservas (y), pero con unos costes 2x podían estimarse reservas muy superiores. Por tanto, ni las reservas conocidas, a partir de las cuales se ofrecían los estudios, ni los costes aceptados en cada momento, eran fijos e inmutables y por tanto gran parte del conocimiento temporal estaba ligado a los costes de mercado. Lo cual determinaba o influía en las alternativas a los hidrocarburos, que en gran medida dependían de los costes y rentabilidad. Para comprender la crisis actual, comencemos por unas ideas básicas: