El autor de este blog levanta el premio, mientras Eduardo Díez-Hochleitner, vicepresidente del Grupo 20 minutos, sostiene el diploma - Foto: Jorge París. |
28 de marzo de 2014 8:26 felicidades por la nominacion de los 20blogs :) !!!
Estaba solo en la redacción y me puse a gritar: "¡No puede ser! ¡No puede ser!" Pero era cierto, en la web del periódico Cronómetro de Récords figuraba como uno de los tres finalistas en Deportes junto con El ajedrez transforma tu vida y El Fútbol es Injusto, blog muy completo creado por Dani Navedo y que conozco bien, pues colaboro con ellos con un artículo mensual. El sueño de ganar por fin era real. Aunque había sido segundo en 2010 y tercero en 2011 y 2009, llegaba al último día sin opciones. Entonces sólo contaban los votos de los participantes. Esta vez, como en la edición pasada, el apoyo de los concursantes —y de los que se registraran para votar en la web del 20 minutos, se ha ampliado del todo el perfil de votantes— era un criterio más. La última palabra la tenía el jurado. La entrega de premios sería el jueves 24 de abril en CaixaForum Madrid. No tardé en procurarme un par de billetes de AVE y a buen precio.
Madrid me recibió con un chaparrón y sin paraguas. Tras llegar al hostal, ducharme y salir a comer, fui a examinar el lugar del sueño. En la entrada de CaixaForum Madrid un grupo de operarios estaba montando el cartel de la octava edición de los Premios 20Blogs.
Operarios montando el cartel de la entrada de los Premios 20Blogs - Foto: Toni Delgado.
—¿Tenéis que montar muchos carteles como éste? ¿Le pondréis focos? —les pregunté.—Sí. Algunos. Éste llevará focos, sí. —Ah. Lo preguntaba porque vendré a esto. Luego lo veo entonces. Tras el paseo, y sólo porque me caía de paso, me pasé de nuevo. El cartel estaba ya listo e iluminado. No tardó en ponerse a llover de nuevo. El cielo de Madrid disfrutaba viéndome en remojo. A la hora acordada, las ocho de la noche, volvía a estar en CaixaForum Madrid. Ni llovía ni parecía que volviese a hacerlo en las próximas horas. Me puse It's my life, de Bon Jovi, para relajarme —cada uno tiene sus métodos— y en la cola vi a Enrique Richard y a su mujer. Lo conocía de haberlo entrevistado con la excusa de su libro Con carteles por la calle, nacido de su blog, del mismo título. Estaba nominado en Solidario. Les dije a los dos que sería muy grande que dos hospitalenses como nosotros pudiesen ganar en los Premios 20Blogs. "Sí, pero no sé por qué estoy aquí. Siempre escribo sobre lo mismo...", dijo, humilde, Enrique. "Pero tus protagonistas [gente, en general, sin techo y que ha conocido a lo largo de estos años como voluntario de Arrels Fundació] tienen cada uno sus historias particulares. Haces poemas, relatos...", le dije. Fue entonces cuando vi a Jesús Fariña, autor de Las mejores películas de la historia del cine. —¿Y cómo me has reconocido, Toni? —Porque estás igual de moreno que en la foto del Facebook, hombre. —¡Es lo que tiene Tenerife [risas]! Anunciaron que la entrega de premios estaba a punto de empezar. Jesús, acompañado por unos cuantos familiares, y servidor nos sentamos juntos. Toni Garrido era el presentador del acto y dio paso a Arsenio Escolar, director editorial de 20 minutos, que elogió la importancia de los blogs: "Hay quien habla ya de 200 millones de blogs vivos, actualizándose con cierta frecuencia. Se dice que cada día se crean 120.000 blogs nuevos. ¡Cada día!". Toni Garrido advirtió a los inminentes ganadores que fuesen ágiles y que no podrían hacer discursos. Pero las primeras, las compañeras de Goldman Sachs Is Not An Aftershave, no siguieron las instrucciones: gritaron y se abrazaron antes de recoger el premio como mejor blog de Actualidad —su alegría fue todavía mayor, como es lógico, tras ser reconocidas como el Mejor Blog y llevarse 5.000 euros de premio al final de la gala—. Que en Cine y Televisión no ganase Jesús con Las mejores películas de la historia del cine acabó siendo lo único negativo de la noche. También fue finalista en los Premios Bitácoras y se merecía el galardón por la constancia de ver y revisar películas de cualquier época y de sacar tiempo de donde sea para hacerlo: "A veces me quedo dormido en el sofá y luego sigo". Tras la decepción, tocaba saber el ganador de Culturas y Tendencias. El último paréntesis antes de Deportes. En la pantalla salieron los tres finalistas por orden alfabético: Cronómetro de Récords, con un pantallazo de la imagen del artículo que había escrito sobre la victoria de Marc Márquez en Austin; El ajedrez transforma tu vida; y El Fútbol es Injusto.
Momento en el que se presenta a Cronómetro de Récords como uno de los finalistas de Deportes - Foto: T. Delgado.
Y el ganador es... —¡Cronómetro de Récords!A partir de ahí los recuerdos son algo confusos. No sé si le di la mano o abracé a Jesús, pero sí que fui celebrándolo mientras bajaba las escaleras cerrando los puños y agitándolos. En el escenario me esperaba Eduardo Díez-Hochleitner, vicepresidente del Grupo 20 minutos. Le di las gracias y, superado —no recuerdo si aproveché para coger la estatuilla o no—, me fui a abrazar a Toni Garrido. Había que ir rápido y posar para la foto. En teoría, tenía que coger la estatuilla con una mano y el diploma acreditativo con la otra. Eduardo me quiso dar el diploma, pero acabé levantando el trofeo con las dos manos como si hubiese ganado el Mundial. "Esto ha sido un '¡me lo merezco! ¡Me lo merezco!'", resolvió Toni Garrido.Mientras volvía a mi asiento, me acordé de la copa que me dieron en 6º de EGB en dibujo, que no se me daba especialmente bien. Aquel día salté, abracé al padre de la APA —todavía no era AMPA— que me lo dio y me puse a llorar. "¡Eres una niña! ¡Eres una niña!" me dijeron algunos compañeros. Esta vez no lloré, pero tenía motivos para hacerlo: de la alegría, por las horas invertidas en estos casi siete años de Cronómetro de Récords, los casi 1.500 artículos publicados, las horas de sueño de menos, la constancia de no abandonar nunca... En las manos tenía un sueño, que dejé entre las piernas para aplaudir a Enrique. ¡También ganó! Hospitalet tiene un sabor especial. Sin duda. A los vencedores nos reclamaron en el escenario para hacernos una foto de familia. Como Enrique y servidor fuimos los más lentos nos tocó el peor sitio. Los fotógrafos recolocaron al personal y se nos ve a los dos. Yo, por si acaso, movía el brazo con la estatuilla. Al menos que saliese eso en la imagen.
Foto en familia de los ganadores del concurso - Foto: Jorge París.
En la cena-fiesta conocí a un deportista, al que acabé entrevistando. Mientras lo hacía, apareció alguien que parecía un espontáneo. Era Arturo Loaiza, redactor jefe de... ¡El Fútbol es Injusto! O sea, que somos compañeros. Me dijo que había conocido al otro finalista, Ángel Llanas, de El ajedrez transforma tu vida, un espacio hecho con mucho corazón sobre el juego que su padre le enseñó a los siete años. Ahora el profesor es él. Los tres iniciamos una tertulia deportiva en la que salieron Mendieta y sus golazos, Raúl González, la ida de semifinales de la Europa League —Arturo es del Milán, pero quería que ganase la Juventus al Benfica porque "voy con todo lo que implique la azzurra"; es un buen aficionado, además de buen analista de fútbol—, de los esfuerzos y dificultades de Ángel por difundir el ajedrez... Hablamos con Arsenio Escolar, director editorial de 20 minutos, que nos contó anécdotas de su pasado deportivo y nos confesó que él había sido el ponente de la categoría. Antes nos había entrevistado, uno a uno, Daniel G. Aparicio, el reportero oficial de la gala. —Te voy a pedir que demuestres una de tus habilidades. ¿Qué sabes hacer? ¿Haces malabares, por ejemplo? —me preguntó Dani. —Bueno, puedo poner voz de chica. Es voz estándar, eh [solté un ¡hola! con voz que intentaba ser femenina]. —¡Perfecto!—Pero tú tienes que seguirme el rollo y poner otra voz. —Me parece bien [Dani dijo esto con voz de Manolo después de tomarse un carajillo].La conversación de voces o los comentarios sobre si el ajedrez es o no un deporte se perdieron en la sala de edición. Dani sabe crear situaciones divertidas. Es un crack como la última persona a la que conocí, Cris, amiga de uno de los dos finalistas de Economía. Desconozco si de Iñaki, de SobreviviRRHHé!, o de Alfonso, de Mi Dinaru. Cris es valencialista y quería saber cómo iba el Sevilla-Valencia (2-0). Hablamos de diferentes aficiones de fútbol, de Ayala y Gerard López, de Pizzi y de quien más me recuerda a El Lagarto, Paco Alcácer, quizás con más técnica, pero con olfato y generosidad, dos conceptos que definieron a Pizzi, su entrenador. Por el camino llamé a casa para comunicar que iba por el Paseo del Prado con una estatuilla y un diploma, que había cumplido un sueño. Me gustaría que uno de los motivos del jurado para reconocer a Cronómetro de Récords haya sido el tratamiento a deportes menos seguidos, especialmente el deporte femenino y al #basketfem en particular. De la última Copa de la Reina de Torrejón de Ardoz hice una docena de artículos. Hay varias personas que siempre me han apoyado en este proyecto. Ellos saben quienes son. Tampoco me olvido de los que nunca han entendido por qué sigo con esto. —¿Pero te da para un sueldo esto?—No. —¿Y por qué lo haces? Cada bloguero que no haya convertido su página en su biberón tendrá una respuesta. Hablé con Jesús de esto. Los dos compartimos que seguimos por compromiso con los lectores y con nosotros mismos. Así que a los dos, como a tantos otros, los que consideran que perdemos el tiempo con nuestras bitácoras nos motivan más. Jesús, me gustaría verte levantar el trofeo el año que viene, aunque no hace falta que lo hagas con las dos manos. lo mismo les digo a los compañeros de El Fútbol es Injusto. Y a Jorge París quiero felicitarle por la foto que encabeza este artículo: a la izquierda, un tipo inmensamente feliz, y a la derecha, otro, quien reparte el premio, que acepta con espontaneidad aguantar el diploma.