Los presupuestos: el PP, el PNV y C's

Publicado el 02 mayo 2018 por Rgalmazan @RGAlmazan

Ya tenemos presupuestos. Finalmente M punto Rajoy ha conseguido reunir los votos necesarios para aprobarlos. Ciudadanos estaba rendido de antemano. Incapaz de pedir nada importante, siempre se ha conformado con figurar y con ver cómo las mayorías de sus propuestas acordadas no se han cumplido en anteriores acuerdos. Este año, el PNV les ha comido la tostada, dejándoles con el culo al aire y como simples monaguillos mamporreros de los peperos.
El PNV que había decidido no apoyar los presupuestos, mientras que estuviera en vigor el 155 en Cataluña, ha decidido sacar algo positivo y al final se ha unido al carro. Y no ha sido por un plato de lentejas, como viene haciendo Ciudadanos, sino a cambio de algo muy deseado: la subida de las pensiones de forma importante.
Ciudadanos, que pensaba ser de nuevo el rey del mambo, el adalid de la estabilidad, ha vuelto a ser lo que es: la otra cara del PP, pero la misma moneda. El PNV le ha dejado compuesto y sin novia, al conseguir con cinco votos mucho más de lo que pretende obtener Ciudadanos. Total, su ayuda ha sido prácticamente gratis con seis veces más votos que el PNV.
Desde luego no es que el problema de las pensiones se haya solucionado, este hecho lo demuestra que las manifestaciones siguen en pie, y es que se ha puesto un parche pero no una solución final. Sin embargo, se ha solucionado parte del problema a corto plazo, aunque quede por solucionar lo más importante: la actualización con el IPC de todas las pensiones en el futuro, el aumento de las pensiones mínimas por encima de los mil euros, y su blindaje en la Constitución.
Sin embargo, es de reconocer que los cinco votos del PNV han valido mucho más que los treinta y dos de Ciudadanos. Claro que es lo previsto, mientras que los primeros tratan de vender a buen precio sus votos, los segundos los regalan, a cambio de figurar como instrumentos de una estabilidad que lo que pretende es perpetuar las políticas peperas, lo que demuestran uniéndose al PP en ralentizar y evitar cambios en las leyes del gobierno del PP, que tanto daño han producido en este país. Y eso que Rivera no se cansa de decir que el partido de M punto Rajoy es un partido mafioso y corrupto.
Y es que a Ciudadanos les importa un pito los pensionistas, es más, no les ha hecho ninguna gracia que nos suban la pensión, les ha quitado protagonismo, además provoca subida de impuestos y disminución de los planes de pensiones privados, algo que combaten sin tregua. Su apoyo viene del Ibex-35, y eso les define. Sus aliados, al igual que el PP, están en las grandes empresas y en las clases pudientes.
Hoy, las encuestas les favorecen, pero veremos si no es un globo que se pincha en este año que falta. Su inconsistencia ideológica, sus eslóganes publicitarios y poco más es todo su activo político. Lo de partido anticorrupción se puede echar por tierra cuando su apoyo al partido más corrupto es total.
Y, fíjense en cómo quiere hacer sus listas electorales. En Barcelona estudian fichar para la alcaldía a Manuel Valls, ya saben ese político socialista, que empezó con gran aceptación, para terminar, no se sabe dónde ideológicamente y perdido en las fosas de los políticos franceses fracasados. En Madrid, pretenden otro gran fichaje, se habla de Vargas Llosa, un gran escritor que también fracasó como político, siendo derrotado en su única contienda en su país de origen: Perú, por “ese gran político” llamado Fujimori.
Es lo que hay, actúan como si fueran un equipo de fútbol, tratan de fichar estrellas para compensar su falta de ideario. Por cierto, creo que Gorbachov, Berlusconi o Bush están libres, que prueben a nacionalizarlos para después colocarlos como candidatos en Valencia, Sevilla, Bilbao… Sin duda la falta de personal y de programa les hace buscar famosos, aunque sean personajes denostados, acabados o simplemente perdedores. Y es lo que yo llamaría la operación Lázaro. A lo mejor resucitan…
Y ¡ojo! que ya sabemos cuáles son los programas de televisión que tienen mayor audiencia. ¡Oh país!
Salud y República