Los Primeros Hibakusha

Publicado el 28 agosto 2020 por Carerac @abcienciade

Hace 75 años, precisamente el 16 de Julio de 1945 entramos en la era nuclear. Ese día el ejercito de los Estados Unidos detonaba en el desierto de Nuevo Mexico la primera prueba de una bomba atómica. La denominada prueba Trinity, fue la primera explosión de la historia de la humanidad en utilizar una arma atómica. A las 05:29:45 hora local, la bomba atómica de plutonio explotó con una energía equivalente a 19 kilotones, es decir 19.000 toneladas de TNT o 85,7 TeraJulios. Cerca del sitio de la detonación, todos los animales del desierto se volvieron cenizas sobre la arena agrietada y compactada. El 6 de agosto de 1945 se lanzó la bomba atómica sombre Hiroshima y el 9 de agosto sobre Nagasaki.

Hongo nuclear sobre Hiroshima el 6 de agosto de 1945

Hiroshima y Nagasaki

El cielo sobre Hiroshima estaba completamente despejado a las 8:15 a.m del naciente 6 de agosto de 1945. Debajo, la ciudad estaba despierta y poblada de vida, mientras tanto Little Boy se aceleraba hacia un nuevo mundo. Un minuto mas tarde la ciudad estaba destruida y desanimada. La destrucción sobre Hiroshima fue completa en un área de 6,5 kilómetros cuadrados, la mayoría de los edificios en un área de 16 kilómetros cuadrados fueron destruidos o seriamente dañados. Los vidrios de las ventanas fueron destrozados dentro de los 12,8 kilómetros de la zona central de detonación (hipocentro). El área completamente quemada cubría 7,2 kilómetros cuadrados. La mañana siguiente, el 9 de agosto la muerte nuclear abrazaba el Valle Urakami de Nagasaki.

El único edificio cerca del hipocentro que no se derrumbo totalmente. Hongo Nuclear sobre Nagasaki 15 minutos después de la explosión. Hiromichi Matsuda Huesos esparcidos en septiembre de 1945 en al patio de una escuela, cerca de 1 km del hipocentro El reloj se detuvo a la hora de la detonación. Puesto de Policia el 15 de septiembre de 1945. Eiichi Matsumoto

Para los sobrevivientes de repente lo inconcebible se volvió real. Si estaban comiendo, trabajando o leyendo un libro, minutos después deambulaban, sin sentir, pasando por cadáveres, vecinos atrapados entre escombros en llamas o niños sin piel. Nadie antes en la humanidad había convivido entre la delgada línea de la destrucción nuclear, entre la línea que separa todos los matices del horror a la de la incapacidad emocional. Estas dos mañanas de agosto separaron definitivamente a los que habían vivido antes de la era nuclear y a los que vivirían en el nuevo amanecer de la era atómica.

La dosis de radiación total sobre Hiroshima fue estimada en 10.300 rads y en Nagasaki 25.100 rads Para comprender la magnitud de estos niveles comparamos con el accidente de Chernobyl de 1986 donde los síntomas de la radiación eran alrededor de 100 rads.

Dosis de radiación sobre Hiroshima a partir del Hipocentro

Los Hibakusha

Los japones denominaron a los sobrevivientes de Hiroshima y Nagasaki con el nombre de hibakusha. El término es muy amplio, se puede referir a los primeros expuestos a la detonación de la bomba, los afectados por los escombros, el fuego, la radiación…en definitiva los hibakusha fueron los primeros humanos afectados por la era atómica. Se reconocieron 368.259 sobrevivientes. La inmensa mayoría de ellos (71% en Hiroshima y 69% en Nagasaki) sufrieron síntomas agudos de enfermedad por radiación en los días inmediatos posteriores a la detonación.

La bomba sobre Hiroshima causó entre 90.000 y 120.000 muertos, algunos fallecieron instantáneamente y otros a lo largo de las siguientes semanas y meses debido a las lesiones o directamente por los efectos de la radiación en la médula ósea y en el tracto intestinal. La explosión en Nagasaki 3 días después se llevó entre 60.000 y 70.000 vidas. Difícil de valorar tanto en Hiroshima y Nagasaki debido a que cerca de donde cayeron las dos bombas no quedaban cuerpos para contar, puesto que el terrible calor generado vaporizó literalmente a las personas más cercanas. Muchos cuerpos desaparecieron arrastrados al mar con la marea, después de tirarse a los ríos buscando alivio de las quemaduras.

Después de 6 semanas de la detonación, un equipo de tres expertos Americanos y dos Japoneses fueron a las dos ciudades para estudiar el impacto biológico de la radiación. Aunque sus objetivos eran diferentes. Los japoneses trataban de entender los efectos de las medicinas sobre los supervivientes. Los americanos esperaban conocer de qué manera y porque las personas murieron a consecuencia de la radiación en la explosión atómica. En vista que se esperaba por parte de EEUU una creciente escalada en la producción de bombas atómicas y por tanto la posibilidad de una futura guerra nuclear. Con el conocimiento adquirido sobre el terreno de la explosión este podría ayudar a clasificar las futuras víctimas, separando cuales podrían salvarse de los destinados irremediablemente a morir durante las siguientes guerras atómicas. Recogieron la información que pudieron durante unos meses y regresaron a Estados Unidos.

Los japoneses estaban interesados por supuesto en los cuidados médicos, bajo el liderazgo del DR. Masao Tsuzuki se recogieron numerosos datos clínicos ya durante el primer mes. Estos estudios son de innumerable valor, pero fuero ocultados inicialmente dada la censura de la ocupación militar americana. Posteriormente el 12 de octubre de 1945 se formó la Joint Commisision for the Investigation of the Effects of the Atomic Bomb. El Dr. Tsuzuki se encargo del proyecto junto con 90 científicos y médicos japoneses y los americanos junto a 60 especialistas. Se empezaron a publicar datos y resultados aunque seguían manteniéndose algunos clasificados como secreto.

En noviembre de 1946 el Presidente Harry Truman aprobó la creación de una investigación mucho más amplia. Creó dentro del National Research Council (Consejo Nacional de Investigación) una nueva comisión, la Atomic Bomb Casualty Commission (ABCC) destinada a estudiar los efectos médicos y biológicos de la radiación. Fue una extensión de la comisión enviada a Japón para evaluar los efectos biológicos inmediatos a la detonación en Hiroshima y Nagasaki. Su comienzo fue difícil i caótico por la convivencia de los científicos y militares americanos y japoneses. Y por supuesto, entre los científicos y los militares. El objetivo primordial de los científicos americanos era la necesidad urgente de investigar sobre los efectos médicos y genéticos inmediatos a la radiación de la detonación, sin embargo las autoridades militares estaban más interesadas en las medidas ofensivas y defensivas implicadas en la radiación atómica.

La Directiva Presidencial para la creación de la ABCC

A falta de un nombre concreto según las anécdotas ellos mismos se denominaron Comisión de Víctimas de Bombas Atómicas, en ingles, Atomic Bomb Casualty Commission (ABCC).


De izquierda a derecha: Teniente Frederick Ulrich, Teniente James V. Neel, Capitan Melvin Block, Dr. Paul S. Henshaw, Dr. Masaao Tsuzuki, Dr. Austin Brues

Una de las consecuencias más dramáticas era estudiar el posible impacto de la radiación sobre los niños sobrevivientes. Estaba claro que la radiación de la detonación afectaba a los niños concebidos en agosto de 1945, dado que se observó un aumento de niños nacidos con un tamaño más pequeño de la cabeza. Y la irradiación en los adultos afecta a los cambios genéticos hereditarios que comporta mutaciones de nacimiento en la descendencia y a más largo plazo. El resultado social fue dramático, para los japoneses los hibakusha llevaban la sangre del demonio. Fueron discriminados socialmente incluso dentro de sus propias familias, no obtuvieron soparte gubernamental hasta 1957. Para citar un caso, el de Michiko Kodama, tenia 7 años y se encontraba dentro de una escuela de madera en las afueras de Hiroshima el día de la detonación. Ella escapó sin grandes heridas, pero en las siguientes semanas perdió a muchos parientes a causa de los efectos de la radiación, incluyendo una prima que murió en sus brazos, pidiendo agua que no podía tragar. Kodama tuvo dificultades para encontrar trabajo cuando termino la escuela, por suerte una maestra la ayudó para encontrar un empleo en una empresa local. Allí, con 20 años conoció a un hombre que la llevó a conocer a su familia. La madre de ese hombre le dijo “No puedes casarte con mi hijo porque eres una hibakusha”. Varios años después, un amigo presentó a Kodama a un hombre con el que se caso y tuvieron dos hijas. Pero la maldición de los hibakusha persiste en la siguiente generación. La madre del novio de una hija se opuso a su matrimonio debido a sus antecedentes de hibakusha. Pero el hijo desafió a su madre y la joven pareja se casó.

Actualmente la edad promedio de los sobrevivientes es de mas de 83 años y muchos siguen sufriendo los efectos de la radiación, combinada con la frustración de contemplar un mundo que ha aprendido la lección de su sufrimiento.

Consecuencias de la radiación

Una de las preocupaciones inmediatas de la ABCC era determinar el posible efecto de la radiación sobre la malformación de los niños nacidos posteriormente a la detonación. Se escogieron embarazadas según a la distancia que vivían del hipocentro de Hiroshima y Nagasaki. Se tomaron datos de ellas y sus maridos, sus condiciones de vida y finalmente se recogieron los resultados médicos de los niños que nacieron. Entre 1948 y 1952 se estudiaron 31.034 embarazadas en Hiroshima y 31.073 en Nagasaki. Los resultados fueron publicados en 1953 en la revista Science bajo el título “The Effect of Exposure to the Atomic Bombs on Pregnacy Termination in Hiroshima and Nagasaki: Preliminary Report”.

La interpretación de los resultados según los distintos tests aplicados eran difíciles de realizar. Sin embargo parecían indicar que no se encontraba ninguna correlación entre la exposición de los padres a la radiación y la frecuencia de malformaciones, bebes muertos o diferencias de peso al nacer. Se observaron indicios de que la radiación en las madres provocaba el nacimiento de mas niñas mientras que la exposición a la radiación en los padres tendía a incrementar el número de niños. Se podría pensar que eran relativamente buenas noticias, sin embargo se detectó un aumento de casos de leucemia en los supervivientes. Los primeros estudios ya detectaron la relación de la cantidad de casos de leucemia con la distancia al hipocentro.

Los científicos calcularon la radiación esperada según la distancia al hipocentro y posteriormente se comprobó a partir de las muestras de los adornos de cobre situadas en el techo de los templos. Se utilizó además, la espectrometría de masas, para comprobar la presencia de isótopos de níquel, creado por el bombardeo de los neutrones generados en la detonación. Incluso se construyeron edificios parecidos a los japoneses en el sitio de pruebas de Nevada y se midieron los niveles de radiación dentro y fuera de las casas durante las pruebas atómicas en 1957 y 1958.

Lo peor del caso es que año a año se fueron detectando incidencias de diferentes tipos de cáncer entre los supervivientes, demostrando que los riesgos de la exposición a la radiación son sumamente complejos. Indicando que la dosis recibida de radiación adquiere un notable efecto.

Se utiliza como unidad de dosis absorbida de cantidad de radiación el “gray”. Se define como la absorción de un julio de energía de radiación por kilogramo de materia o 100 rad. La unidad recibe el nombre debido al médico británico L. Harold Gray que uso la radiación como tratamiento para el cáncer. Para hacernos una idea muy general de la cantidad de radiación que representa 1 gray, tomemos por ejemplo la dosis de radiación que recibimos al hacernos una radiografía de las extremidades (mano, pie, etc), corresponde a 0,001 mSv (miliSievert). Veamos la comparación entre las unidades de medida gray, rad y mSv. La siguiente relación no puede tomarse como general, pues depende del tipo de radiación (rayos gamma, rayos X, neutrones, partículas alpha) y del tipo de material. Pero para hacernos una idea aproximada funcionará, seria la siguiente:

1 gray = 100 rad = 1000 mSv = 1 Sv

De esta manera podemos establecer la siguiente relación entre los rayos X de una radiografía de articulaciones.

1 radiografia = 0,001 mSv = 0,000001 Sv = 0,000001 gray.

El objetivo principal de esta conversión es tener una idea aproximada de que significó para la población de Hiroshima y Nagasaki la detonación de la bomba atómica en forma de radiación. En definitiva 1 gray es equivalente a 1.000.000 de radiografías de las extremidades, es decir, un millón de radiografías. Si observamos la imagen de la dosis de radiación en Hiroshima, en el hipocentro la radiación supero los dos millones de radiografías.

Esta enorme radiación aumentó el riesgo de leucemia entre los supervivientes, seguido de cáncer de estómago, pulmón, hígado y mama. Hubo menos impacto en los cánceres de recto, próstata y riñón, sin embargo aumentó el riesgo de insuficiencia cardíaca y accidente cerebrovascular, asma y efectos gastrointestinales.

Por desgracia conocemos todos estos detalles sobre la radiación, gracias a los hibakusha. Sin embargo los estudios realizados por la ABCC nunca revertieron en tratamientos para estos primeros seres de la era nuclear.

Trinity Prueba. La primera explosión nuclear.