¿Los primeros perros?

Publicado el 12 marzo 2021 por Pailov7994

Una característica presente en buena parte de las sociedades del mundo es la domesticación de los perros. En las ciudades estos animales suelen servir compañía, de asistencia a las personas ciegas, de ayuda a la policía… mientras que en medios rurales suelen servir también para la caza. Incluso en las regiones del Ártico han sido usados tradicionalmente para tirar de trineos.

Un animal con una cercanía tan grande a las personas es normal que haya sido domesticado desde hace miles de años. Normalmente se ha aceptado que sobre el 12000 a.C. ya existían perros domesticados, lo que se insertaría en un contexto más generalizado de domesticación de plantas y animales que desembocaría en las sociedades agrícolas.

Sin embargo, existe evidencia para mover esta fechas miles de años atrás, hasta períodos anteriores al último máximo glacial. Estas evidencias se encuentran repartidas por el continente euroasiático con una antigüedad que llega aproximadamente hasta los 35000 años a.C.

Una de las evidencias más destacados en este sentido es la descubierta en la cueva de Razboinichya, en el Altái. En esta cueva, de 90 metros de largo se han excavado unos 71290 huesos de mamíferos, entre ellos la mandíbula de un cánido datada en torno al 31000 a.C. Por una parte, las muelas carniceras no se diferencian mucho de la de los lobos salvajes, pero las medidas craneales se asemejan a las de perros neolíticos. Además los análisis genéticos muestran una mayor similitud con los perros, especialmente con los perros de Norteamérica, que con los lobos.

Esto nos sugiere que el perro de Razboinichya se encontraba en una fase inicial de domesticación, en la que había empezado a diferenciarse de los lobos salvajes. Sin embargo, contamos con un ejemplo más antiguo en la cueva de Goyet, en Bélgica. Estos restos, datados sobre el 34000 a.C. han sido disputados pues, si bien cuentan con características parecidas a las de un perro, el análisis de su ADN mitocondrial demuestra que son de un ejemplar perteneciente a un grupo hermano de perros y lobos pero no antecesor de estos.

Un ejemplo más claro, por otra parte, lo encontramos en la cueva de Predmosti, en Moravia. Allí encontramos numerosas pruebas de presencia humana de época gravetiense, como huesos y dientes caninos modificados por personas o restos de esqueletos humanos. Ello nos permite plantear si otros restos caninos hallados pertenecen a perros domesticados.

Uno de los efectos de la domesticación del lobo salvaje es que estos aprovechan los restos alimentarios dejados por los humanos, incluyendo los huesos. Ciertamente, el análisis del desgaste dental de los perros de Predmosti, datados alrededor del 26500 a.C, muestran evidencias de consumo de huesos. Además los cánidos de Predmosti muestran unos hocicos algo más cortos que los lobos salvajes.

Estos ejemplos, sin embargo, no son universalmente aceptados, por ejemplo se señala la débil asociación de los restos de la cueva de Goyet o del Altái con evidencias de presencia humana. En el último caso, sin embargo, restos de huesos quemados o carbón vegetal parecen indicar que los humanos pasaban algún tiempo allí.

De confirmarse la domesticación de perros en las fechas antes señaladas estaríamos hablando de que ya antes del último máximo glacial el ser humano había comenzado a domesticar al menos una especie animal.

Es posible, sin embargo, que el cambio de las condiciones climáticas parase estos primitivos intentos. Los lobos salvajes empezaron a convivir con los humanos atraidos por los recursos de sus asentamientos sedentarios o semisedentarios, sin embargo, cuando la temperatura bajó se hizo más dificil encontrar estos recursos, por lo que la movilidad debió aumentar, evitando que se prolongasen los contactos entre hombres y lobos.

En todo caso, la domesticación de lobos en épocas tan lejanas es algo sobre lo que aún no se tienen muchos datos, por lo que conviene ser prudentes y esperar a nuevas investigaciones sobre el tema.

Los perros empezaron a divergir de los lobos hace miles de años, fruto de una creciente convivencia con seres humanos, que hizo cambiar sus dietas y su morfología. Las fechas exactas aún son debatidas (Fotografía del U.S. Fish and Wildlife Service Headquarters, 2013)

BIBLIOGRAFÍA

  • “A 33,000-Year-Old Incipient Dog from the Altai Mountains of Siberia: Evidence of the Earliest Domestication Disrupted by the Last Glacial Maximum” de Nikolai D. Ovodov et al.
  • “Complete Mitochondrial Genomes of Ancient Canids Suggest a European Origin of Domestic Dogs” de O. Thalmann et al.
  • “Dental microwear as a behavioral proxy for distinguishing between canids at the Upper Paleolithic (Gravettian) site of Predmostí, Czech Republic” de Kari A. Prassack et al.
  • “Ancient DNA Analysis Affirms the Canid from Altai as a Primitive Dog” de Anna S. Druzhkova et al.
  • “In search of Paleolithic dogs: a quest with mixed results” de Darcy F. Morey

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