Probar el iPad es vivir una experiencia informática diferente, extraña. Es un ordenador portátil que se enciende en unos 15 segundos, no hace ruido, no se calienta, las aplicaciones se abren y responden al instante, los documentos se guardan solos, cuando abres un programa te lleva al documento y al punto en el que lo dejaste al cerrar... La rapidez y naturalidad con la que todo sucede es un verdadero cambio en nuestra relación con los ordenadores. Pero de momento, Apple nos vende el iPad con un eslogan más «modesto»: el mejor dispositivo para navegar por la web, consultar el correo y ver fotos. Centrándonos en la navegación, hay que decir que, aunque en general el iPad destaca por su rapidez, precisamente la visualización de páginas webs es más lenta que en un ordenador portátil convencional.
Otro inconveniente es que, al no tener Flash, igual que en el iPhone, te pierdes los vídeos e infografías interactivas de muchas webs de medios de comunicación. No de todos, porque algunos medios como la CNN, New York Times o National Geographic han comenzado una transición de Flash a HTML5 y sus webs ya son compatibles con el iPad (ver lista de webs compatibles: http://www.apple.com/ipad/ready-for-ipad/. Una mejora con respecto al iPhone, es que en el iPad sí puedes ver los vídeos de YouTube incrustados en la propia página, sin que se te abra una aplicación específica para verlos.
Navegando con los dedos
Frente a la cierta lentitud en la visualización de páginas web y la carencia de Flash, el iPad ofrece una experiencia de navegación estupenda, gracias a su interfaz multitáctil, que aporta agilidad y comodidad. Agilidad porque tocas directamente sobre los enlaces y te desplazas fácilmente sobre la página. Comodidad porque, con los mismos gestos del iPhone, haces un zoom nítido sobre la zona de la página que te interesa. Por ejemplo, en un blog te centras en la columna que contiene los post. O también puedes buscarte un lugar acogedor en las interminables portadas de muchos medios online. El zoom, que en el iPhone es una necesidad para poder leer webs clásicas (no versiones para móviles), en el iPad es un extra de lujo.
Y este agilidad y comodidad son el mayor de los inconvenientes del iPad como navegador. Una vez que los has probado, quieres tocar los enlaces en la pantalla de tu ordenador de toda la vida, te molesta no poder hacer zoom para centrar tu atención en la lectura, te indigna que tu portátil te caliente las piernas y te obligue a adoptar extrañas posturas en el sofá. El gran problema del iPad, con todas sus carencias, es que le pides a los otros ordenadores que se parezcan a él.
Actualidad iPad :: Gran análisis del iPad: Epic Tablet Videocast