Los problemas de una mala comunicación

Por Utopiacf

La comunicación es la piedra angular de cualquier grupo de personas que tienen un objetivo en común. Una buena comunicación es el pegamento que mantiene unido y motivado a un equipo.

Parece sencillo, pero una buena comunicación requiere no solo sinceridad y voluntad. Necesita de una buena estrategia, del establecimiento de canales de transmisión adecuados y del desarrollo de las técnicas apropiadas para ponerlas en práctica.

Si no se dan estos factores, no es difícil que surjan algunos problemas derivados de esta mala comunicación.

Falta de compromiso con el proyecto

Cuando no se transmite de la forma apropiada y con entusiasmo la naturaleza del proyecto que se está llevando a cabo, es fácil que las personas encargadas de llevarlo a término olviden que forman parte de algo más grandes que ellos mismos.

Por ello, un buen líder debe ser un buen comunicador, capaz de inspirar a su equipo para que den lo mejor de sí mismos cada día persiguiendo un bien común.

Si no se hace apropiadamente, puede ocurrir que el equipo perciba que el proyecto es irrelevante o que las personas implicadas en el no creen en lo que están haciendo, circunstancia que resulta terriblemente desmotivadora para un trabajador.

Hacer que no todos persigan los mismos objetivos

Este es un problema demasiado frecuente en las empresas como para ser pasado por alto. Ocurre que una mala comunicación deriva que que varias personas perciban un mensaje diferente escuchando el mismo discurso. Esto genera que las metas que cada uno considera que le han sido transmitidas difieran mucho de una persona a otra.

Cuando esto pasa se pierde la convergencia del trabajo de equipo y cada uno avanzará por un camino diferente, haciendo que el proyecto se aleje del foco que realmente quería fijar el líder. Ni qué decir tiene que esto se traduce directamente en pérdida de tiempo y de productividad.

Será realmente difícil poner de acuerdo de nuevo a todo el equipo para que remen en la misma dirección.

Falta de motivación

Las personas somos seres sociales y necesitamos estar enterados de lo que ocurre a nuestro alrededor. Si no se refuerzan con frecuencia los mensajes positivos sobre nuestro trabajo, es probable que llegue un momento que no notemos la diferencia entre hacer un buen y un mal trabajo.

Del mismo modo, una comunicación en la que solo se señalan los errores que cometemos o se nos pide que nos esforcemos más duro transmite un mensaje negativo. La percepción en este caso es que no importa cuánto nos esforcemos, porque nuestro trabajo no es valorado. Y si no se valora nuestro trabajo, qué más dá hacerlo bien o mal.

Fomentar un mal clima laboral

Técnicamente, que los entornos de trabajo sean lugares hostiles o no depende de la relación que se cree entre las personas que trabajan juntas. Estas relaciones dependen fundamentalmente de la forma que tengan las personas de comunicarse entre sí.

Probablemente no os resulten ajenos los errores de comunicación pueden destruir el clima laboral. A nadie le gusta trabajar con un líder pasivo-agresivo, con alguien que se está quejando todo el día, con alguien maleducado o que no respeta tu espacio personal…

No atajar estos errores de comunicación de raíz lleva a la proliferación de trabajadores tóxicos que pueden convertir la experiencia del trabajo en equipo en un auténtico suplicio.

Quedar aislado

En el trabajo, la única meta no es desempeñar la labor que a ti o a tu equipo le ha sido asignada. Normalmente, es necesaria la colaboración de otras personas para poder enriquecer el proyecto y hacerlo crecer en todos los sentidos.

Si no se establecen y se estimulan formas de comunicación con el exterior, no pasará demasiado tiempo antes de que tu equipo viva en una isla desierta, sin ayuda de ningún tipo del exterior y sin posibilidad de escapar.

Un equipo que trabaja aislado del resto de la empresa es un equipo que está abocado a su desintegración paulatina. Por eso, es imprescindible fomentar la comunicación interdepartamental para que tu equipo no quede aislado.

Como se puede comprobar, es sorprendente la cantidad de problemas que puede acarrear una mala comunicación. Por suerte podemos anticiparnos a estos problemas y paliar sus consecuencias antes de que surjan.

Escrito por Daniel Grifol